El salón estaba bañado en una luz dorada y cálida, con el eco de la música ambiental y las risas de los invitados, que llenaban el amplio espacio decorado con arreglos florales que desprendían un delicado aroma. Los centros de mesa brillaban bajo la suave iluminación de las velas, creando un ambiente íntimo y romántico. En el centro, una pareja de recién casados bailaba, y a su alrededor los invitados celebraban el momento con una alegría desbordante... excepto una pareja, que observaba lo que acontecía desde una mesa.
—Adrián, Julieth, ¿qué hacen sentados? ¡Vamos a festejar con nuestros amigos! —dijo un entusiasmado Franks, mientras se acercaba junto a una rubia a la pareja de jóvenes.
—Así es, ¡vamos, Julieth! Que debemos bailar con el novio —pronunció Priscila, esbozando una gran sonrisa mientras tomaba del brazo a la castaña.
—Y nosotros con la novia —agregó Franks, mirando a Adrián.
—Bueno, ¡vamos! —expresaron al unísono los jóvenes.
Adrián y Julieth se unieron a los grupos que habían rodeado a cada uno de los novios para bailar con ellos. Luego de algunos minutos, ya habiendo bailado con el novio, Julieth retornó a la mesa que le habían designado. Desde allí observaba a Adrián bailar con Dalí. Estaba tan concentrada que no notó el momento en que un joven se sentó junto a ella.
—Hay cosas que no cambian en la vida: una de ellas es tu perfume y la otra, tu belleza —escuchó decir.
—¡Daniel! —exclamó Julieth, mientras posaba su mirada en un joven que vestía un traje formal.
—Sí, el mismo —contestó él, luego de conectar miradas con la castaña—. Fui un tonto al burlarme tanto de ti.
—Eso ya es pasado…
—Es cierto, es pasado, pero un pasado que te lastimó mucho —dijo Daniel.
—Es cierto, pero ya está superado.
—Me alegra oír eso —pronunció el joven, esbozando una sonrisa—. ¿Sigues con Adrián?
—¿Qué?
—Si tan solo hubiera sido más observador, podría haber sido yo quien esté a tu lado —agregó.
—Adrián no se ganó mi confianza ni mi corazón por ser observador —respondió Julieth—. Él se los ganó por ver más allá de lo que una simple mirada te permite observar.
—¿Qué?
—Él vio en mí lo que nadie vio en su momento: la belleza interna.
Justo cuando Daniel iba a replicar, llegó junto a ellos Adrián.
—¡Hola, Daniel! ¡Tanto tiempo sin saber de ti! Si no fuera por la boda de Dalí, seguirías perdido — dijo sonriendo, mientras abrazaba a su novia.
—Sí, es cierto. Me fui a otra ciudad y cambié de número telefónico…
Minutos después…
—¿Aún no hay planes de boda? —preguntó Daniel, mirando a Adrián y a Julieth.
—Por ahora estamos enfocados en la tesis —dijo la castaña.
—Eso es cierto… pero solo por ahora —agregó Adrián, sonriendo.
Tres meses después…
Adrián aplaudía al ver a su novia recibir su título profesional de manos del rector de la universidad.
—«Ahora sí ya no hay excusas» —pensó el joven, mientras se ponía de pie para ir a darle el encuentro junto al padre de la castaña.
—Hija, ¡felicidades! —pronunció el señor Hall tras abrazarla.
—¡Gracias, papá!
—Cariño, ¡felicitaciones! —expresó Adrián.
—¡Gracias! ¡Y felicitaciones a ti también! —dijo Julieth, abrazándolo.
—Vayamos a festejar —propuso el señor Hall.
—Me parece bien. Permítanme avisarles a mis padres —respondió el joven.
La familia Hall y Adrián fueron a un restaurante, donde se encontraron con los padres de él para compartir un delicioso almuerzo.
—En cuanto terminemos, me acompañas a un lugar —dijo Adrián con calidez.
—¿Qué lugar? —susurró Julieth, mientras observaba a su padre conversar con los padres de su novio.
—A “Fantasy Park” —respondió en tono bajo Adrián—. He oído que ampliaron su área de vivero…
—Sí, yo también escuché eso.
—¿Entonces me acompañas?
—Claro.
Tras terminar de almorzar, Adrián y Julieth se despidieron de sus familiares y fueron al lugar acordado.
Julieth caminaba observando las flores del lugar, mientras Adrián iba a su lado, buscando algo con la mirada.
—Es allí —expresó.
—¿Me dijiste algo? —contestó Julieth, mientras se acercaba a oler una de las flores.
—Tomémonos una foto bajo ese arco floral —pronunció Adrián con calidez.
—Bien.
Los jóvenes caminaron hasta el arco floral. Adrián, como aquella vez en que hicieron su primer trabajo de campo juntos, le pidió a uno de los empleados que les hiciera el favor de tomarles una foto.
#4923 en Novela romántica
#1802 en Otros
romance comedia, amor y amistad, amistad aprendizajes reflexion
Editado: 18.10.2025