Mientras almorzaba, en el restaurante de la universidad, se me acercó un chico y me dijo:
—Le ganaste fácil a esa chica, pero ¿Tendrías los pantalones con un hombre?
—¿Cuándo y dónde?
El debate se llevó a cabo en un auditorio de la universidad, con un moderador que se encargó de mantener el orden y asegurarse de que ambos lados tuvieran la oportunidad de expresarse.
Comenzé argumentando que el capitalismo era el sistema económico más eficiente y justo, ya que permitía la libertad individual y la competencia. Señalé que los países que habían adoptado el comunismo habían fracasado económicamente y habían sufrido dictaduras.
El comunista, llamado Julián, respondió argumentando que el capitalismo era un sistema explotador que beneficiaba a los ricos a expensas de los pobres. Señaló que la desigualdad económica y social era un problema grave en muchos países capitalistas y que el comunismo ofrecía una alternativa más justa y equitativa. Argumentó que los ejemplos de países que habían adoptado el comunismo y habían logrado el éxito, como Cuba, demostraban que el sistema era viable.
Respondí argumentando que el comunismo era incompatible con la libertad individual y que la historia había demostrado que los regímenes comunistas siempre terminaban en dictaduras y represión. Julián respondió que la libertad individual no era más que una ilusión en un sistema capitalista que favorecía a los poderosos y que el comunismo ofrecía una verdadera libertad y igualdad para todos.
El debate continuó con ambos lados presentando argumentos y contraargumentos. Argumenté que la propiedad privada y la iniciativa individual eran fundamentales para la innovación y el progreso económico. Julián respondió que la propiedad colectiva y la planificación centralizada podían ser más eficientes y justas.
Al final del debate, ambos lados habiamos presentado los argumentos de manera clara y apasionada. El moderador resumió los puntos clave del debate y agradeció a ambos participantes por su participación.
El debate demostró que, aunque había diferencias fundamentales entre los dos lados, era posible tener una discusión respetuosa y constructiva sobre temas complejos y controvertidos.