—¿Útil? ¿Sin darse cuenta?— preguntó algo confundido.
—Sí… debemos buscar el momento correcto, hay que… tener paciencia— afirmé.
—No sé que esté pasando por tu cabeza, pero, espero que no termines matando a mi padre— me observó fijamente.
—Nada de acabar con el suegro ¡Entendido!— levanté mi mano derecha.
Esteban comenzó a reír y llegamos al palacio, Isabel estaba de pie frente al a puerta de la habitación, al verme a lo lejos corrió a mi dirección, parecía que había vuelto a la vida.
—estaba muy preocupada por usted, salió corriendo y la perdí en medio de esa multitud, no podía encontrarla por ningún lado, pero está bien— dijo algo aliviada.
—Lo siento mucho, no volverá a pasar— susurré con una leve sonrisa.
Entramos los tres a la habitación, Esteban tenía que ir a hablar con su padre, así que estaría con Isabel un rato.
—Emma… cuando estés fuera de esta habitación, no hables con nadie, a menos que yo esté a tu lado ¿Entendido? Esto es algo que debo prohibirse, por favor, hazme caso— me habló con demasiada seriedad.
—No lo haré, confiaré en ti— dicho esto él se fue.
—¿Qué sucedió?— preguntó Isabel algo confundida.
—Es… una… larga historia— incliné mi cabeza y comencé a llorar.
Isabel se acercó a mí bastante preocupada, caí de rodillas, no podía dejar de llorar, mi corazón dolía tanto, no podía soportarlo.
—Emma, Emma ¿Estás bien?— se inclinó quedando a mi altura —Dime ¿qué pasó? ¿Debo llamar a esteban?— preguntó nerviosa.
—Es mi culpa, es mi culpa— repetía una y otra vez mientras sujetaba mi cabeza.
—¿Qué cosa es tu culpa? Emma, me estás preocupando— susurró con su voz temblorosa.
—Esa mujer murió por mi culpa, si yo…no estuviera aquí, o por lo menos, me hubiera mantenido lejos de ella, Maxi no hubiese quedado sin madre— dije esto ahogándome entre lágrimas.
Era mi culpa, yo destruí ese hogar, estaba segura que Abundio me había visto ayudar a esa familia, lo siento mucho Maxi, soy una mala persona, le hice daño a quién no se lo merecía.
El
Estaba en medio de una conversación con mi padre y su Abundio, habían pasado cerca de cinco horas después de haber regresado, debía controlarme para no lanzarme a golpearlo, a lo lejos pude ver a Isabel caminando de un lado a otro, me observaba y seguía caminando en círculos, al haber coordinado miradas, me hizo entender que algo no estaba bien con Emma.
—Disculpenme, debo retirarme— dije mientras me alejaba.
Caminé rápidamente en dirección a Isabel, en sus ojos veía preocupación.
—¿Qué pasó?— caminamos en dirección a la habitación.
—Es Emma… se volvió una estatua— expuso Isabel, demasiado angustiada.
Al comienzo, no logré entender lo que me quería decir, hasta que entramos a la habitación, Emma estaba recostada en el balcon, lo único que se movía era su cabello a causa del viento, sus ojos estaban abiertos, pero… parecían una escultura, como si fuesen perlas.
—Emma… ¿Estás bien?— pregunté moviendola levemente, pero no se inmutó.
—Ella ha estado así podo después que usted de fue— aclaró Isabel.
Me acerqué aún más a ella para detallarla, sus ojos estaban húmedos, lagrimas caían delicadamente de ellos, pero… no se movía de ninguna manera, su respiración era tan calmada, que cualquiera pensaría que no estaba respirando.
—Cuando llegamos se veía tan bien… ¿Qué le pasó?— Pregunté confundido.
—Ella, dijo que la mujer había muerto por su culpa, que era una mala persona, Ella… ¿Está hablando de la mujer de esta mañana?— Me miró fijamente a lo que yo asentí.
—La señora, tenía un hijo, el cual dependía de ella, él… no solo perdió a su madre, sino todas sus posibilidades de sobrevivir, al parecer Emma les llevaba constantemente comida— respondí algo pensativo.
—¡Eso explica por qué dijo que creía que Abundio la había visto con ellos!- exclamó como si hubiese recibido una revelación —pero… ¿Qué será del niño.
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Editado: 25.05.2021