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—¡Esteban despierta!— me sacudió —Hoy tenemos que ir por Maxi— dijo emocionada.

—Espera… ¿Todo eso fue un sueño?—  pregunté mientras me sentaba en la cama.

Emma me observó confundida y me analizaba con la mirada, parecía que ella sabía algo que yo ignoraba, segundos después se acercó a mí, yo tragué grueso.

—Así que… No entiendo… ¿Cómo pudiste estar tan cerca de Abundio y ser tan linda con él, pero… ¿Por qué eres tan distante con tu esposo? ¿Lo quieres menos que a ese mal hombre? te acercaste mucho a él, pero a mí me alejas… ¿Por qué no te acercas a mí’— Ella estaba repitiendo lo de mi sueño —Primero respondeme esto… ¿Quieres más a Abundio o a Esteban?— ella comenzó a reír.

—¿No lo soñé?— pregunté atónito.

—Esteban, querido, hablas dormido— Sonrió y se acercó más —Parece que estás celoso del difunto y miserable Abundio, lo más cerca que estuve de él fue esto— Dijo y se sentó a mi lado posando su cabeza sobre mi hombro, estaba demasiado asombrado por la actitud de Emma —Bueno, te referías a que te gustaría que yo fuera mucho más cercana y linda contigo ¿Te parece bien así?— Ella sonrió ladina y tomando mis hombros quedó sobre mí.

—E-Emma...— Mis ojos se abrieron como platos, no podía creer lo que veía.

—¿A caso no era esto lo que querías?— preguntó acercándose peligrosamente a mis labios.

—Yo… bueno, yo— no podía decir nada, ella sonrió y unió sus labios con los míos.

Después de salir de mi estado de shock, pude corresponder al beso, había querido hacerlo por un tiempo pero no me había atrevido, ella se adelantó, sin duda Emma es una mujer única.

—Ahora sí, vamos por Maxi— dijo son una sonrisa en los labios.

Ella

No saben cuanto amé la cara de Esteban, él se lo buscó, él me había besado mientras dormía. Todo estaba listo para ir en busca de nuestro pequeño, podríamos traerlo a casa además de eso, el rey ya lo sabía y estaba completamente de acuerdo eso me llenaba mucho más de alegría, podríamos estar todos juntos de una vez por todas.

—Ya estoy listo para salir— dijo Esteban aclarando su garganta.

—Creo que deberíamos ir a conseguir más cosas para Maxi ¿Te parece?— Lo observé con una sonrisa.

—Algo me dice que tendremos que ensillar los caballos— rió un poco y salió a hacerlo.

Cuando él había salido entraron los tres mosqueteros, ellos se veían demasiado sonrientes, algo me decía que traían algo entre manos.

—Señora Emma, pronto estará Maximiliano con nosotros, se ve demasiado radiante— dijo Fabián con una sonrisa.

—Sí, estoy bastante emocionada ¿Es muy notorio?— todos asintieron con una gran sonrisa.

—Emma, hora de irnos— dijo Esteban asomándose por la puerta. 

Nos subimos a los caballos, Maxi no tenía ni la más mínima idea que iríamos por él hoy, nadie lo sabía, llegaríamos sin previo aviso, podía imaginarme perfectamente su carita de sorpresa, le haríamos saber que es parte de nuestra familia y que lo amamos demasiado, incluso el rey se mostró bastante emocionado por saber que él viviría con nosotros.

—¿Te gustaría una carrera de aquí a la casa?— Dijo Esteban con una sonrisa de lado.

—me negaría, pero me gustan las carreras— reí por lo bajo.

—¡Lo sabía! además de eso ¡Te ganaré!— al hablar salió galopando.

—¡Hey eso es trampa!— grité mientras iba detrás de él.

Estaba alcanzando a Esteban, de a poco lo pasé hasta que vi a unos eunucos fuera del castillo, parecía que saldrían por la ciudad, detuve el caballo mientras los observaba, eso era muy extraño, ellos normalmente no tienen por qué salir salvo que sea orden del rey, Esteban o mía, mucho menos tienen permitido salir de la ciudad podrían estar aliados con los enemigos y vender la información del reino, eso no me gusta para nada.

—¿Pasó algo Emma?— asentí mientras mi mirada la mantenía fija en su dirección.

—Dos eunucos están saliendo de la ciudad, ¿Les diste alguna orden o sabes si el rey la dio?— él negó con la cabeza.

—Hay algo que me huele demasiado mal, vamos por Maxi y al regresar al palacio se lo comentaremos al rey ¿Te parece?— lo observé directo a los ojos.