—En ese caso… tengo algo que decirte, Emma— la miré.
—¡No! No tú, tu tienes que seguir mis órdenes— se cruzó de brazos.
—Pero, no acabas de decir que...— abrí mis ojos como plato.
—Lo dije, pero no me refería a mi esposo— llevó sus manos a la cintura, mientras ladeaba la cabeza.
—Ya lo dije, es exactamente como la reina— dijo mi padre conteniendo la risa.
—¡Emma!— susurré con una sonrisa —¡No seas así!— comencé a reír.
Ella se mantenía en silencio mientras me observaba.
—Esteban… ¿Tengo cara de estar bromeando?— estaba seria.
Ah no… ahora los pájaros tirándole a las escopetas, incliné mi cabeza, esto no era lo que yo estaba planeando cuando me casé.
—Esteban— se acercó Emma —Solo estoy bromeando— sonrió.
No es por exagerar pero sentí como el alma me volvía al cuerpo, ustedes conocen perfectamente a Emma y conocen de su caracter y la gran manera de asustar que posee.
Ella
—Estamos aquí— anunció el general llegando con mi hermano.
—¡Emma!— exclamó acercándose a mí.
—¡Emmanuel!— Corrí a abrazarlo.
Era la primera vez que veía a mi hermano después de su partida, mis ojos se llenaron de lágrimas al saber que estaba en perfectas condiciones, mis manos se posaron en su rostro con una gran sonrisa en mis labios.
—Eres igual de llorona que la última vez— soltó una risita.
—Yo también te extrañé— lo abracé nuevamente.
Por el rabillo del ojo podía ver a Esteban y al rey que se secaban disimuladamente las lágrimas de su rostro.
—Por fin podremos trabajar juntos— añadió mi hermano.
—Es bastante curioso que lleven el mismo nombre... ¿Es a causa de su padre?— preguntó Esteban con una sonrisa.
—Emmanuel, sí yo llevo el nombre de mi madre— regresé la sonrisa.
—¿La señora se llama Emma? Es demasiado extraño— inclinó la cabeza a un lado.
—De hecho, Emma no es nu nombre completo— rió mi hermano.
Todos me observaron vastante curiosos.
—no, no les diré… no me gusta ese nombre— me escondí detrás de Emmanuel.
—Se llama— lo golpeé.
—Vamos, debemos hablar sobre la guerra— lo halé del brazo y lo saqué del lugar.
—Si lo dices… dejaré viuda a tu futura esposa— me crucé de brazos.
—Está bien, no les diré...será nuestro secreto, hermanita— me dio un golpecito en la frente.
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Editado: 25.05.2021