Esa misma tarde le dimos las buenas noticias al pueblo, hicimos la debida representación de nuestros representantes, sus nuevos gobernadores, esperaba que de ahora en adelante todo fuera calma para ellos y para nosotros y más que nada, la seguridad de que Isabel será una gran ayuda para mi hermano.
—Vamos a casa— susurró Esteban dándome un enorme abrazo.
—Volvamos con nuestro hijo— sonreí emocionada.
¡Había extrañado tanto a Maxi! y lo que más ansiaba era el momento en el que lo volvería a ver, sin duda alguna el momento había llegado y no había nada que se interpusiera en mi camino, él era un regalo inigualable que la vida me había concedido.
En todo el camino de regreso a casa recibí los cariños de mi esposo, me contaba acerca de lo que había sucedido en el tiempo de mi ausencia en el campamento, de la misma manera tuve la libertar para contarle acerca de lo que había sucedido en el palacio.
Llegamos a la mañana siguiente y no había rastro alguno de Maxi en el exterior, lo más seguro era que estuviera durmiendo en la habitación junto a Lilian, ellos han cuidado tan bien de mi niño que no sé de qué manera podría recompensarlos, bueno, creo que tengo una idea.
—¡Señores!— exclamó Lilian con una enorme sonrisa —Maxi estará contento de verlos, no ha dejado de preguntar ni un solo día por sus papás.
—¿Dónde está Max?— Preguntó Esteban con una sonrisa.
—Está en mi habitación ¿Lo despierto?— preguntó.
—No, lo esperaremos en nuestra habitación, cuando despierte llevalo por favor con nosotros sin decirle nada— sonreí mientras ella hacía una reverencia.
—Estoy bastante ansioso por ver a Maxi— susurró.
—¿Te parece si nos quedamos en su habitación?— lo observé directamente a los ojos.
—¿Invitas a todos los hombres a la habitación?— preguntó conteniendo su risa.
—Sí, con todos mis hombrecitos, lo hago— guiñé un ojo.
—¿Sabes? Mientras estuve en el campamento lejos de mi amada esposa, estuve intentando recordar el momento preciso en el que comencé a sentir algo por tí ¿Sabes cuándo fue?— me observó.
Por unos instantes guardé el silencio intentando hallar alguna pista o señal que Esteban hubiese dado en el pasado, pero mi mente estaba en blanco, negué con la cabeza para responder que no tenía ni la más mínima idea.
—Desde el instante en que te vi por primera vez, más bien, cuando fuiste una chica muy respondona en presencia de tu rey y tú príncipe— desvió la mirada con una sonrisa.
—Oh, ahora que lo recuerdo, en esa ocasión tenía ganas de dejar el reino— Reí —Pero a causa de cierta persona que me amenazó con hacerle daño a mi familia tuve que quedarme— crucé los brazos.
—Pues le agradezco a “Cierta persona” por obligar a mi futura esposa a quedarse en el reino, ¿Y tú? ¿Cuándo descubriste que tenías sentimientos por mí?
—Esa es… Una muy buena pregunta su majestad— suspiré y comencé a buscar una respuesta —Siento que nos volvimos muy cercanos desde que conocimos a Maxi— sonreí —Sí, creo que desde que destacaste tus virtudes y dejaste de ser tan “Abundio”— susurré.
—¡¿Dejas de ser Abundio?! ¡¿Tan malo era antes?!— se mostró algo ofendido.
—Cariño, tú tienes la respuesta— me acerqué a él.
Esteban colocó sus manos sobre mi cintura, besó mi frente y me envolvió en un cálido abrazo, esos eran los brazos en los que quería estar el resto de mi vida, no había un lugar más seguro que mi hogar.
—¡¿Mamá?! ¡¿Papá?!— exclamó Maxi con lágrimas en los ojitos y corrió a abrazarnos.
Maxi repetía una y otra vez lo mucho que nos había extrañado al igual que nosotros, él no nos soltó por un largo rato que pareció un instante. Había otra cosa que debíamos hacer juntos y era revisar el orfanato que debió haber sido terminado hace dos o tres días según el plazo dado, era un momento bastante emocionante para nosotros, porque la antigua casa de Maxi, llena de tantos recuerdos con su mamá biológica había sido transformada en un orfanato, un hogar para niños, ese fue el generoso deseo de mi niño y no podríamos decirle que no a algo tan noble.
—¿Te gusta?— preguntó Esteban mientras llevaba a Maxi en su espalda.
—¡Mucho! ¡Los niños que vivan aquí van a ser muy felices! sonrió nuestro niño —Mamá ¿A ti te gusta?
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Editado: 25.05.2021