— Señora Holbein usted no puede llevar a Italia a su esposo. Por nada del mundo vaya a hacerlo sin antes recibir los resultados de la resonancia magnética que le han practicado.
— ¿Porque detective? Ya estamos por salir rumbo al aeropuerto… Yo debo volver porque las exposiciones de verano serán dentro de un par de días debo estar presente.
— Hágame caso señora Holbein. Sé que su trabajo la obliga a volver pero acabo de recibir los resultados de las pericias realizadas al teléfono de la señora Suzette Magyar y no le tengo buenas noticias al respecto.
— Nuevamente esta asustándome ¿Sabe?
— Usted sabe que nunca es mi intención asustarla pero en esta ocasión mucho me temo que al comentarle lo que he descubierto, tendrá motivos para estar de tal modo. Yo estaré de regreso en Bruselas en un par de días y allí le explicaré todo.
— De acuerdo detective… Ya veré de qué modo cubrir mi ausencia durante los primeros días de las exposiciones de verano.
Luego del contundente y repentino cambio de planes de no viajar a Italia tuve que explicarle a Giacomo lo que me había advertido el detective y pedirle que volviera él sólo a Venecia y que se encargará de todo con ayuda de mi secretaría Valeria puesto que yo debía quedarme hasta que recibiera los resultados de la resonancia magnética que le habían hecho a Ismael. No quise entrar en detalles especulativos pues ni siquiera yo sabía lo que estaba sucediendo pero Giacomo, persistente como siempre me pidió que le explicará al menos por qué Ismael no debía viajar antes de recibir los resultados de la RM.
Brüssel: El detective no cree conveniente que lo lleve ahora mismo a Venecia y en ninguna otra parte de Italia y sabes qué prefiero hacerle caso y esperar a que regrese y me dé explicaciones concretas. Me comentó brevemente que no tiene buenas noticias sobre las pericias realizadas al teléfono de Suzette.
Giacomo: ¿Qué más hacer entonces cariño? Volveré sólo a Venecia e intentaré mantenerte al tanto de las actividades hasta que finalmente puedas estar allá. ¡Eso sí! También tú debes mantenerme al tanto de todo lo que sucede y no olvides llamarme para lo que necesites. ¿De acuerdo?
Brüssel: ¡Por supuesto que sí!
Cuando Giacomo y yo acabamos de conversar y nos despedimos, nos acercamos hasta donde se encontraban Ismael, Lyra y Clementina aguardándonos y allí les expliqué que finalmente nos quedaríamos en Bruselas por un par de días más, una semana quizás antes de retomar los planes de viajar a Italia. Mi amigo se despidió de nosotros y partió rumbo al aeropuerto mientras que nosotros nos disponíamos nuevamente a ingresar al apartamento.
Lyra: ¿Porque no volveremos a casa mamita?
Brüssel: Por qué surgió un pequeño imprevisto mi amor pero apenas lo solucione, volveremos a casa ¿De acuerdo?
Lyra: ¡De acuerdo!
Ismael: ¿Qué imprevisto fue ese Brüssel?
Brüssel: Me llamó el detective Seeley y él me sugirió que no viajásemos hasta no saber sobre los resultados de tu RM.
Ismael: ¿Porqué no?
Brüssel: No lo sé exactamente amor —Le dije y lo jalé de una mano para llevarlo hasta la sala y conversar— Clementina te quedas con Lyra un momento.
Clementina: ¡Sí señora!
Cuando Ismael y yo ingresamos a la sala, nos sentamos y tuve que explicarle lo que estaba sucediendo puesto que tenía que ver con él y en vista de que ya le había contado todo no había motivos para seguir ocultándole cosas que tuvieran que ver con su caso.
— ¡Amor! El detective Jeffrey Seeley es el hombre que estuvo buscándote durante todos estos años. Gracias a él tú estás conmigo ahora pero cuando te hallamos, sus investigaciones no acabaron ahí puesto que muchas cosas no encajaban con las que creímos en un principio que te había sucedido. Al llegar aquí te encontramos sin memoria y con una familia que en realidad no era la tuya. Suzette te mintió todo el tiempo que estuviste con ella y lo hizo porque otras personas se lo pidieron. Ella aceptó dinero a cambio de hacerse pasar por tu esposa y hacerte creer que su hija era tuya. El detective Jeffrey Seeley está tras los pasos de aquellas personas que le pagaron a Suzette y una vez que lo averigüe sabremos qué fue lo que te sucedió realmente aquel día que desapareciste. Por otro lado el detective tiene la teoría de que llevas implantado en alguna parte de tu cuerpo un micro chip con el cual están vigilándote y por esa razón me pidió que te convenciera para qué te realizaras una prueba de resonancia magnética a modo a confirmar o descartar esa teoría que él tiene.
— ¿Cómo puedo llevar alguna cosa adherida al cuerpo Brüssel? ¿Qué cosas dice ese hombre?
— También me pareció algo descabellado todo eso, cielo pero es mejor estar seguros. El detective no quiere que vayamos a Italia hasta que no tengamos los resultados de tu RM porque en caso de que tengas un micro chip adherido al cuerpo aquellos hombres sabrán dónde te encuentras y podrían seguirnos. No sabemos que quieren y por qué inventaron tantas mentiras para ti. No sabemos si alguien en verdad quiso hacerte daño y peor aún hacerte desaparecer.
Ismael no dijo nada más, simplemente quedó pensativo y de tanto en tanto se palpaba el cuerpo pensando quizás en lo que le había dicho yo con respecto al micro chip implantado a su cuerpo.
Al día siguiente y un poco antes de lo establecido, el detective Seeley retornó a Bruselas y de inmediato se comunicó conmigo para reunirnos en algún lugar y de ese modo podamos conversar sobre aquello que había mencionado en su última llamada. De principio pensaba ir sola pero Ismael al enterarse quiso acompañarme y no pude impedírselo y aún si lo hubiese podido no tendría derecho de hacerlo puesto que se trataba únicamente de él.
— ¿Estás seguro, cielo?
— ¡Lo estoy! Yo quiero oír a ese hombre.
— ¡Está bien! Vamos entonces.
En el café belga de siempre me reuní con el detective y en compañía de mi esposo nos dispusimos a oír todo lo que tenía para decirnos.
Ismael: Puede hablar señor que usted le dijo muchas cosas descabelladas a Brüssel.
Jeffrey Seeley: ¡Disculpe señor D’Angelo! pero con todo lo que le ha sucedido a usted ya nada podría ser tan descabellado. Tengo aquí los resultados de las pericias realizadas al teléfono celular de la señora Suzette Magyar —Dijo señalando el archivo que había puesto sobre la mesa— En los rastreos de llamadas recibidas por parte de la mujer hemos identificado varias localizaciones pero en su mayoría provenientes de números pertenecientes a una corporación tecnológica con sede principal en Estocolmo (Suecia) ¿Qué hace Suzette Magyar vinculada a una corporación tecnológica? Se preguntarán…
Brüssel: ¡Desde luego detective!
Jeffrey Seeley: Aún no tengo certezas pero de confirmarse en la resonancia magnética realizada por el señor D'Angelo que lleva implantado en algún lugar del cuerpo un micro chip, podríamos estar ante un caso de experimentos tecnológicos en humanos.
Brüssel: ¡Detective no puede usted salirme con estas cosas!
Ismael: Este detective está muy loco Brüssel.
Jeffrey Seeley: Probablemente lo estaría si no hubiese descubierto yo otra cosa que voy a mencionar ahora. Estas corporaciones tecnológicas están fuertemente asociadas a las Industrias Thompson, Sra. D’Angelo.
Brüssel: ¿Qué?
Jeffrey Seeley: ¡Lo que acaba de oír usted! Si bien las industrias Thompson son reconocidas más que nada en el mundo textil, en los últimos años la firma se ha inclinado por invertir en varios proyectos y asociarse a los mismos como fue en el caso de las agencias turísticas de su padre, el señor Gregor Holbein, por ejemplo. La firma Thompson ha invertido más del 60% en proyectos tecnológicos como la nanotecnología y los microdispositivos implantados a cuerpos humanos para fines científicos y médicos. La corporación lleva el nombre de Future Nøw Innovation y el principal patrocinador de la misma es el Sr. Bentley Thompson.
Brüssel: ¡Imposible!
Jeffrey Seeley: ¿Lo cree imposible en verdad señora D'Angelo? De confirmarse mi teoría muy posiblemente estemos ante un caso de tinte no sólo tecnológico experimental en seres humanos de dicha corporación sino más que nada ante un caso de tinte personal con respecto a usted y a su esposo.
Brüssel: ¡Bentley no hubiese sido capaz! —Exclamé mientras el detective con aspecto muy dubitativo levantaba sus cejas—
Jeffrey Seeley: Tengo entendido que usted y el señor Bentley Thompson se conocían desde la adolescencia luego conoció al señor y D'Angelo y con los años contrajeron matrimonio. Situación que pudo haber generado infinitas perturbaciones en la cabeza del señor Thompson.
Brüssel: ¡No puede ser! ¿Está usted insinuando que Bentley pudo haber tenido algo que ver con lo que le sucedió a mi esposo Ismael?
Ismael: ¿Brüssel quién es ese tal Bentley?
Jeffrey Seeley: Antes de hacer cualquier otra conjetura sería mejor a guardar los resultados de la RM del señor D'Angelo.
Ismael: ¡Contéstame Brüssel!
Brüssel: Ya no quiero a guardar ningún resultado. Dígame de una vez por todas cuál es la teoría que tiene —Pedí golpeando la mesa y con vos elevada a punto de estallar de un colapso emocional—
Jeffrey Seeley: ¡Bien, mi teoría es la siguiente! El joven Bentley Thomson estuvo enamorado de usted desde la adolescencia. Usted lo veía únicamente como a un amigo y fue así siempre, no obstante el nunca logró superar los sentimientos que tenía hacia usted. Un día usted conoció al señor D’Angelo se hicieron novios, con los años se casaron, tuvieron una hija y esos actos hicieron que de algún modo la mente del señor Thompson fuera retorciéndose cada vez más con los años. Cuando su señor padre falleció y el heredó absolutamente todo lo que le correspondía entre las industrias textiles y las acciones regadas por incontables empresas y corporaciones él en medio de su poder buscó la manera de tenerla a usted así fuera la más imposible o siniestra. Según los registros, la firma Thomson selló alianzas con Future Nøw Innovation a finales del 2012 y su esposo, el señor D'Angelo desapareció en la primavera del 2013. Para aquel entonces los microdispositivos eran aún muy controversiales entre grupos de médicos y científicos por sobre todo al tratarse como posible implantes en seres humanos, sin embargo para dicha corporación como para tantas otras, fue indispensable continuar con los estudios científicos tecnológicos y los experimentos a los cuales se abocaban. Es ahí donde su esposo el señor D'Angelo entra como víctima lamentable de tales pruebas. A la corporación Future Nøw Innovation le importaba únicamente desarrollar sus micro tecnologías y poder contar siempre con los aportes financieros de la firma Thomson mientras que por otra parte al señor Bentley le importaba únicamente usted. La corporación necesitaba a un conejillo de indias para sus estudios y experimentos mientras que el señor Thompson necesito sacar al señor D'Angelo de su camino. Por lo tanto concluyo que el accidente de su esposo, el señor D'Angelo fue provocado y no un accidente. Luego del percance en el cual supuestamente su esposo perdió la vida, miembros de la corporación pudieron habérselo, llevado motivo por el cual su cuerpo nunca fue hallado. De ese modo el señor Thompson halló finalmente el camino libre y la corporación ganó a un hombre gravemente herido y sin memoria con el cual pudieran realizar un sinfín de experimentos y pruebas tecnológicas. Desde allí se vinieron todas las demás cosas que usted y yo ya sabíamos, como la gravedad en el estado de salud y la pérdida de memoria del señor D'Angelo, las mentiras de la señora Suzette, los supuestos tratamientos a los cuales fue sometido el señor en un hospital para enfermos mentales que bien pudo haberse tratado también de los mismos experimentos de la corporación para mantenerlo aún más controlado.
Quedé enmudecida y paralizada como una estatua de roca. Quedé sin pensamientos, sin aliento y sin el mínimo gesto de reacción ante todo lo que acababa de oír por parte del detective Jeffrey Seeley. Se lo había dicho desde un principio, todo aquello me parecía descabellado, ficticio, como una historia sacada de una película de ciencia ficción pero que al final de cuentas no dejaba de tener sentido.
¡No! La teoría del detective no dejó de tener sentido sino más bien todo lo contrario. La misma recobró fuerza cuando finalmente una semana después recibimos los resultados de la resonancia magnética practicada a Ismael.
Estupefacto y sin saber por dónde comenzar, aquel doctor de nombre Antoine Palau acomodo su silla, colocó sus manos sobre su escritorio y nos observó fijamente a mi esposo y a mí.
Antoine Palau: En casi 35 años ejerciendo mi labor de médico, jamás había visto tal cosa —Dijo bebiendo un par de sorbos de agua—
Brüssel: ¡Doctor por favor! Hemos estado esperando los resultados desde hace 20 días por lo tanto hable ya —Supliqué y él se levantó de su silla para encender aquel artefacto que iluminaban las radiografías.
Antoine Palau: Su esposo vive con una bala incrustada en el hemisferio derecho del cerebro y está invadido por aproximadamente cinco o seis microdispositivos colocados al parecer estratégicamente en ciertas áreas de su cuerpo. Aún no me explico cómo no estalló dentro del tubo de resonancia magnética. Para su fortuna quizás porque aquellos microdispositivos ya no funcionan —Dijo secando el sudor de su frente en el preciso instante que yo apenas caía al suelo completamente desvanecida—