El Pintor De Bruselas

SU PRIMER CUMPLEAÑOS CON PAPÁ

Ismael: ¿Señora madre que fue lo que le hizo a mi esposa? ¿Qué le dijo para que ella se desmayara? Usted no puede alterar a mí Brüssel de ningún modo porque ella está embarazada ¡Madre! ¿Madre? ¡No de nuevo! ¿Giacomo qué le sucede a estas mujeres que solo saben desmayarse? 
Giacomo: Ismael encárgate de Brüssel qué Valeria y yo nos encargaremos de tu mamá. 
Marena: El médico ya está aquí. 
Clementina: ¿Qué sucedió aquí? ¡Dios mío señora Brüssel! ¿Qué fue lo que le sucedió? 
Ismael: Has pasar al médico Clementina. 
Lyra: ¿Mi mamita y mi abuelita se van a morir? 
Clementina: ¿Tú abuelita? 
Ismael: Hijita por favor no digas eso. Marena llévate a Lyra ¿Si? 
Marena: ¡Si señor! 
Clementina: Pase doctor… por aquí. ¿Señor Ismael, a qué se refería Lyra? 
Ismael: A que mi madre vino, me dio y se desmayó. 
Clementina: ¡Dios mío! ¿Entonces la señora D'Angelo ya sabe toda la verdad? 
Ismael: Ya sabe y por eso se desmayó… Doctor haga algo para reponer a mi esposa, ella está embarazada y se ha sentido muy débil estos días. 
Doctor: Le haré un chequeo ahora pero en caso de que lo amerite, habrá que llevarla al hospital. 
Es verdad de que me había sentido horrible desde hacía varios días, bastante debilitada por las constantes náuseas y los vómitos y sumado a todo eso las preocupaciones y el estrés ocasionado por la situación que envolvía a mi esposo. Aquel embarazo había causado verdaderos estragos en mí pero afortunadamente no fue necesario que me trasladaran hasta el hospital. 
Nuevamente la presión se me había caído por los suelos y agregado a eso tenía el estómago vacío por lo que el médico que me había revisado recomendó que ni bien despertara debía comer alguna cosa y luego reposar bastante y por sobre todo evitar las emociones fuertes. 
Doctor: Las náuseas y los vómitos suelen ser normales durante los primeros meses del embarazo. Si no presenta algún tipo de sangrado y otros síntomas como dolor en el vientre, no hay de qué preocuparse. De todos yo le recomiendo que ni bien logre reponerse por completo vaya hasta la clínica Señora D’Angelo para que se realice chequeos más minuciosos y poder descartar inconvenientes que pudieran surgir. 
Ismael: Yo mismo llevaré a mi esposa a la clínica para esos chequeos, doctor. 
Doctor: ¡Perfecto! 
Luego de culminar sus chequeos conmigo fue a ver a mi suegra que según lo que supe había vuelto a descompensarse. 
Ismael: Brüssel, no quiero que pierdas a nuestro bebé. Te cuidaré mucho para que eso no suceda. 
Brüssel: ¡Amor eso no sucederá! Nuestro bebé está y estará bien. De todos modos suena muy bien el hecho de que quieras cuidarme —Le dije abrazándolo y llenándolo de besos— 
Al rato ingresó nuestra hija, subió a la cama y se pegó a mí con un fuerte abrazo. 
Lyra: ¿Ya estás mejor mamita? 
Brüssel: ¡Mejor, cielo! Y con ustedes dos pegados a mí me repondré muy pero muy rápido. 
Al rato se oyeron unos gritos que repetían —¡Mi hijo! ¡Mi hijo Ismael está vivo! ¡Mi bebé!— Era la Sra. D'Angelo quien al recobrar el conocimiento irrumpió en la habitación donde nos encontrábamos los tres y por unos cuantos segundos observó a Ismael aún con algo de incredulidad. 
Ismael: Señora madre, no vaya a desmayarse de nuevo. 
Sra. D'Angelo: ¡Mio figlio! ¡Sei davvero mio figlio! —Exclamó nuevamente tocándolo un par de veces antes de abrazarlo con una intensidad inexplicable que solo una madre pudiera describir al reencontrarse con un hijo al cual había dado por muerto— 
Fue el reencuentro más emotivo y maravilloso que había vivido aparte de mí reencuentro propio con mi esposo. Yo sabía lo que sentía la señora D'Angelo en esos instantes y lo difícil que se hacía entender la situación. 
Sra. D'Angelo: ¡Sei vivo amore mio! ¡Grazie Dio per avermi restituito mio figlio! —Continuaba entre llantos— 
Ismael mucho no sabía qué decir pese a que lo dejó muy feliz saber que tenía una madre. Él no la recordaba pero quizás algo de la esencia de la señora D'Angelo tenía guardada en su corazón y eso lo hacía desenvolverse de modo más natural ante ella. 
Sra. D'Angelo: ¿Cómo fue posible Brüssel? —Preguntó observándome por unos segundos— ¿Dónde estuviste todos estos años mi amor? ¿Qué fue lo que sucedió? 
Brüssel: Ya tendremos tiempo para hablar sobre todo eso suegrita. 
Sra. D'Angelo: ¡Mio figlio della mia vita! ¡Il mio amore! —Continuaba abrazando y llenando de afectos a su hijo— 
Todos esos acontecimientos repentinos hicieron que el cumpleaños de Lyra pasara un poco a segundo plano durante casi todo aquel día pero prontamente intentaríamos componernos para que se continuara con los decorativos de modo a qué mi hija cumpliera los 6 años más bonitos de su vida junto a su familia y por sobre todo junto a su padre con quién compartiría y celebraría su primer cumpleaños. 
El doctor me había recomendado reposo durante lo que le quedara a aquel día por lo que no pude ayudarlos a decorar el comedor donde cada cumpleaños le dábamos una sorpresa a Lyra. Todo lo que pude fue entretenerla y hacer cosas con ella para que no fuera a intentar matar su curiosidad siguiendo constantemente a su padre, a Clementina o a su abuela. 
La mamá de Ismael aún absorta y muy emocionada por tener de nuevo a su hijo cerca hizo su parte como cada año pues adoraba participar para las fiestas sorpresas de su nieta. Entre los tres decoraron todo el comedor de la casa con globos y tiras. Decoraron la mesa con mantel y muchas golosinas y dejaron un espacio en el centro mismo de la mesa para colocar el súper pastel de chocolate que era el favorito de Lyra. 
Aquella noche mi suegra se ofreció en preparar la cena. Aquella favorita de su hijo pues al no hallar más otro modo de expresar tanta felicidad, quiso agasajar su estómago. Ella siempre lo había consentido bastante, era su único hijo uno a quien nunca dejó de tratar  como a un niño pequeño. 
No la culpaba en absoluto por querer tenerlo de ese modo pues yo también lo hacía en ocasiones. Ismael siempre fue un hombre muy bueno, muy sensible y muy tierno. Cariñoso, sereno y sin una gota de malicia dentro de su ser pero las circunstancias por las cuales atravesó en los últimos años lo habían cambiado bastante. 
Continuaba teniendo un poco de cada uno de aquellos adjetivos que mencioné pero Ismael se volvió inseguro, desconfiado, posesivo e irritable y desde que lo encontré pude notar y comprender que mi esposo ya no era ni sería el mismo de antes. Si alguna cosa lo molestaba o lo inquietaba, lo diría sin preámbulos y si alguna situación lo alteraba eso significaba la venida de un tornado girando y causando estragos a nuestro alrededor. 
La Sra. D'Angelo era una persona incapaz de frenar sus afectos hacia su hijo pero el pequeño problema consistía en que esta vez los afectos extremos ya no serían del agrado de Ismael. 
Ismael: Señora madre ya solo falta que quiera darme de comer en la boca. 
Sra. D'Angelo: ¿Qué dices hijo? ¿Desde cuándo te molesta a ti que te consienta del modo en que lo hago? 
Ismael: Seguramente desde que crecí y dejé de ser un niño. 
Sra. D'Angelo: ¿Seguramente? 
Brüssel: ¡Ismael! —Exclamé levemente observándolo— Mi suegrita está muy feliz de tenerte nuevamente y es normal que desee consentirte. 
Ismael: ¡No es normal! ¡No lo es! —Recalcó dando un par de golpes en la mesa— Ya no soy un niño. 
Lyra: ¡Mi papito es Raph el demoledor de nuevo en acción! —Acotó riendo— 
Brüssel: Ssshhh… ¡Está bien cielo! Ya nadie te tratará de ese modo. Tu solito te comportarás como tal cuando vayas a comer dulces con tu hija a escondidas. 
Ismael: Uno puede comer dulces a la edad que sea y yo puedo comer dulces con mi hija cuando quiera. 
Brüssel: Mmm… ¡Como usted diga señor pintor! —Exclamé de modo a ponerle fin a ese pequeño momento que pudo haberse agrandado como bola de fuego si yo continuaba— 
Mi suegra visiblemente extrañada por aquel breve episodio, no hablo más y se limitó a acabar la cena como todos los que nos encontrábamos allí. Claro que luego y lejos de la vista de su hijo no perdió ocasión en preguntarme qué fue aquel comportamiento de Ismael. 
Sra. D'Angelo: ¿Qué es lo que sucede con mi hijo Brüssel? ¿Dónde estuvo él todo este tiempo? ¿Y por qué tiene ese comportamiento tan extraño? 
Brüssel: Yo le prometí suegra que le contaría todo y juro que lo haré pero no será en este momento porque es una situación bastante compleja y delicada. Luego del cumpleaños de Lyra tendremos una larga conversación al respecto, si está de acuerdo. 
Sra. D'Angelo: Mi hijo se comporta de un modo muy diferente, Brüssel —Expresó con voz quebrada y ojos aguados— 
Brüssel: Lo sé… yo tuve que aprender a adaptarme a eso. ¡Es más! Sigo adaptándome. Usted solo sígale la corriente a Ismael hasta mañana que comprenda todo. ¿De acuerdo? 
Sra. D'Angelo: Cosa è successo a mio figlio? Santo Dio! 
Brüssel: No se aflija suegrita… Lo que más importa es que ya tenemos a Ismael de regreso con nosotras y mañana Lyra celebrará su primer cumpleaños con su padre. 
No sé si mis palabras aliviaron un poco las ansias y extrañezas de la Sra. D'Angelo pero logró contenerse de un modo muy sereno para poder celebrar el cumpleaños de su nieta cómo cada año. 
— ¿Está más calmado mi señor pintor? ¿Puedo saber en qué piensa? 
— Le compré a mi hija los regalos que me pidió. Se pondrá muy feliz Brüssel. 
— ¿Ah si? ¿Y puedo saber qué regalo es ese? 
— No puedes… Es una sorpresa. 
— Debe ser una sorpresa para ella no para mí. 
— No importa. 
— ¡Ay! ¡Está bien! —Exclamé llenándolo de besos— ¿Ismael vas a hacerme el amor antes de dormir? 
— Está noche no mi hermosa Brüssel porque debo levantarme temprano en la mañana y cuando te hago el amor eso no sucede. Acomódate y duerme que yo haré lo mismo —Dijo besando mis labios— 
— Ismael eres un aguafiestas. ¿Sabés? 
— ¿Aguafiestas? Si lo que menos quiero es aguar la fiesta de mi hija. 
— Uhhggg… Mejor Ya no digo nada. ¡Buenas noches! 
— ¡Buenas noches mi Brüssel!! 
AL DÍA SIGUIENTE (BIEN TEMPRANO EN LA MAÑANA) CUMPLEAÑOS DE LYRA 
Un gran bullicio de mi pequeña me despertó pero inmediatamente no caí en cuenta de nada hasta que miré junto a mi cama y no vi a Ismael y supuse entonces que había ido hasta la habitación de nuestra hija para entregarle sus obsequios. 
— ¡No puedo creer que lo haya hecho sin mí! —Exclamé muy molesta levantándome de la cama— ¿Qué le sucede a este hombre desconsiderado? 
Salí de mi habitación y fui de inmediato hasta la habitación de Lyra donde vi a mi hija rodeada de regalos y abriéndolos uno por uno con ayuda de su padre. 
Lyra: ¡Mira mamita, todos los obsequios que me dio mi papito! 
Antes de decir alguna cosa fui a cargarla entre mis brazos para desearle feliz cumpleaños con muchos besos pero muchos besos 
Brüssel: Mi bebé está creciendo muy rápido. ¡Te amo mi cielito! 
Lyra: También te amo mamita… ¡Mira todos los obsequios de Moana que me trajo mi papito! Ya tengo una mochila, tengo cuadernos, lápices para colorear y una lonchera para llevar a la escuela. También tengo un reloj, un par de sujetadores para mi cabello, una playera si unas zapatillas. 
Brüssel: ¡Ya veo mi amor! En verdad tuviste muchos obsequios de papá. 
Ismael: Brüssel, se puso muy feliz nuestra hija con todos los obsequios que le traje. 
Brüssel: Me lo imagino porque es todo lo que puedo hacer… imaginarme lo feliz que se puso nuestra niña porque tú no me despertaste para que viniera contigo a entregarle sus obsequios —Dije a punto de echar lágrimas de una sensibilidad inexplicable que tuve que contener pues en ese mismo instante ingresaron cantando a la habitación mi suegra con el pastel en mano, Clementina y Marena— 
Tanti auguri a te 
Tanti auguri a te 
Tanti auguri piccola Lyra 
E la torta a me! 
Lyra: ¡Mi torta también es de Moana! —Exclamó con un asombro lleno de felicidad y brillo en sus preciosos ojitos mientras aplaudimos con algarabía— 
Al culminar El pequeño cántico Lyra se dispuso a soplar las seis velitas encendidas sobre su pastel de cumpleaños pero no sin antes pedir un gran deseo. 
Lyra: Mi deseo siempre fue tener conmigo a mi papito en mis cumpleaños y todos los días pero ahora que ese deseo ya se me cumplió y que está conmigo pediré otro deseo muy pero muy grande —Dijo haciéndome llorar inevitablemente mientras soplaba y soplaba para apagar finalmente hasta la última velita y posterior a eso abrazar a su papá y llenarlo de besos— Te amo mucho papaito… Nunca más faltes a mis cumpleaños. 
Ismael: ¡Eso ya no sucederá jamás mi hermosa Lyra! Estaré contigo siempre y en todos tus cumpleaños hasta que me vuelva un anciano. 
Oír todo aquello me dejó derrotada ante el llanto y tuve que salir de la habitación para tomar un poco de aire en el balcón hasta poder calmar mis lágrimas. Mi suegra se puso del mismo modo pero en su caso ya no de manera tan sensible como yo. 
A los pocos minutos Ismael con la niña entre sus brazos llegó hasta el balcón donde me encontraba y se acercó a mí. 
Lyra: ¿Mamita estás triste? 
Brüssel: No lo estoy cielito… ¡Me siento la persona más feliz de este mundo! 
Lyra: ¿Entonces por qué lloras? 
Brüssel: Porque las personas también podemos llorar de felicidad y estoy inmensamente feliz. 
Ismael: De todos modos a mí no me gusta que llores mi Brüssel… No me gusta verte así y si estás molesta conmigo yo prometo que te compensaré con lo que quieras mi hermosa esposa. —Dijo abrazándome con su brazo izquierdo y besándome un par de veces— 
Brüssel: Estoy un poco molesta contigo pero te tomaré la palabra mi amor… ya luego me compensaras con lo que yo quiera —Le dije sonriendo finalmente— 
Ismael: ¡De acuerdo! ¿Nos vamos ahora a la mesa del comedor para comer pastel, tomar chocolate y comer luego golosinas? 
Lyra: ¡Sí, vamos! 
Brüssel: ¡Vamos! 
En la mesa del comedor todo estaba cubierto de golosinas y en medio yacía el pastel de chocolate que debía partir nuestra pequeña Lyra. Marena sirvió los platillos y también las tazas de chocolate para que pudiéramos desayunar. 
Todo aquel ambiente estaba lleno de felicidad tal y como yo soñé durante los años desaparecidos de mi esposo y tal cómo lo había deseado mi pequeña hija durante sus últimos cumpleaños. Nada sería fácil y aún existiría un largo camino con obstáculos que recorrer pero lo recorreríamos juntos, firmes y fuertes hasta el final. 
 




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