Giacomo: ¿En verdad te volviste loca Brüssel?
Ismael: ¡Brüssel! Sabes muy bien que si yo tengo a ese hombre delante de mí lo voy a matar con mis propias manos.
Giacomo: No puedes arriesgarte de ese modo provocando a Bentley y ya oíste a Ismael. ¿Tú en verdad quieres poner a ese hombre delante de tu esposo y provocar a que ocurra alguna desgracia?
Ismael: Ocurrirá una desgracia porque lo mataré. Juro que lo haré.
Brüssel: ¡Suficiente los dos! ¡Suficiente! Y tú Ismael, deja de decir eso porque no matarás a nadie.
Ismael: Estoy diciéndote que lo haré.
Brüssel: Y yo estoy diciendo que no harás nada malo por lo tanto no digas más tonterías. ¡Escúchame muy bien mi amor! Lo único que tú harás es actuar con inteligencia y astucia, no como una bestia. Todos actuaremos con mucha inteligencia porque esa será la única manera de hacer caer a Bentley Thompson. El detective Jeffrey Seeley dice que no hay ninguna prueba que lo incrimine y que su figura como mayor inversor de la Corporación Future Nøw Innovation no lo hace cómplice de nada.
Giacomo: ¿Y qué podremos conseguir nosotros Brüssel si el propio detective dice que no existen pruebas que lo incriminan?
Brüssel: Nosotros quizás poco, Giaco, pero Ismael puede hacer mucho más de lo que imagina —Dije acercándome a mi esposo— Amor, tú te encargarás de acorralar a Bentley Thompson, lo atosigarás a tal punto de sentir que no tiene escapatoria y terminé delatándose él mismo. Tú lo volverás loco y harás que su asquerosa coincidencia no lo dejé tranquilo. Harás todo eso con él y también con Magda.
Giacomo: ¿Magda? ¿Brüssel qué tiene que ver ella en toda esta historia?
Brüssel: Mucho más de lo que te imaginas, Giacomo.
Ismael: ¿Magda? —Preguntó repentinamente algo pensativo—
Brüssel: Ella es mi hermanastra, amor. ¡Oye! ¿Acaso tu recuerdas alguna cosa sobre ella?
Ismael: ¡No!... —Fue todo lo que contestó—
Brüssel: Mmm… ya tendremos más tiempo de hablar sobre ella, pero en principio el único objetivo será Bentley y debemos estar listos para eso. Y en cuanto a la exposición del día domingo, Giaco, habrá nuevamente pequeños cambios de planes. Tenía pensado anunciar la reaparición de Ismael para ese día con una de sus pinturas más enceladas, pero aún no me parece apropiado hacer tal cosa. No sin antes llevar a cabo este plan que tenemos.
Giacomo: ¿Y por qué no hacerlo de una vez por todas Brüssel? Sabes que de todos modos luego de esta boda no tardarán mucho tiempo en enterarse todos que Ismael D'Angelo está vivo. Si bien todo será bastante íntimo, habrá gente a la cual no podrás sellarle el pico.
Brüssel: Los pocos que vendrán a la boda como invitados, fueron alguna vez del entorno muy querido de Ismael por lo tanto no será muy complicado confiar y pedirles el favor de minimizar cualquier tipo de rumor. Si será casi un hecho de que los habrá y que luego de la boda intentarán afanosamente buscarlo, pero no lo hallarán. Querrán saber sobre él, pero no tendrán más que misterios y confusiones porque a final de cuentas yo me casaré Briccio Magyar, un pintor que conocí en Bruselas. Ismael será solo un rumor y vivirá solo en la imaginación de Bentley y de Magda —Explayé poniéndole un punto final a aquella conversación pues se nos había hecho tarde y debíamos salir rumbo al hotel del Sr. Lunedido—
Giacomo: Espero honey que todo salga de acuerdo a tus planes. Sea como sea y así me parezca una idea descabellada, yo te apoyaré en todo siempre —Me dijo con un fuerte abrazo—
Brüssel: ¡Lo sé! Ahora Ismael y yo debemos marcharnos —Dije volteando a verlo— ¿Amor todo bien? —Pregunté pues repentinamente había quedado bastante callado y pensativo—
Ismael: ¡Todo bien! Es mediodía Brüssel y ya tengo hambre —Comentó y yo simplemente reí dándole un gran beso—
Brüssel: Iremos a comer algo ahora… Giaco estaremos en contacto y dile a Valeria que no descuide su celular porque la llamaré en cualquier momento.
Giacomo: ¡Se lo diré!
Antes de partir rumbo al hotel San Cassiano Cà Favretto donde había pactado nuestro encuentro con el Sr. Lunedino, Ismael y yo nos detuvimos para pedir comida rápida y comerla dentro mismo del coche. A la salida de la galería nos habíamos dirigido por un acceso situado al costado de la misma que era permanentemente utilizado por los empleados, pues no quería exponer a mi esposo más de lo que ya lo había expuesto en los últimos días teniendo en cuenta que varios medios se habían puesto en empeño de averiguar quién era el hombre misterioso con el cual me habían visto en un par de ocasiones
— ¿Comeremos hamburguesa, Brüssel?
— Ehh… con patatas fritas y gaseosa bien fría —Le dije con un alto grado de antojos mientras Ismael me miraba bastante dubitativo—
— Tú siempre nos prohíbes a nuestra hija y a mí que comamos comida chatarra y ahora tú y yo comeremos chatarra.
— ¡Tengo antojos, cielo y muero de ganas por comer hamburguesa! ¿Acaso tú no quieres?
— Si quiero —Contestó con las mismas ganas que las mías—
— Tendremos tiempo de comer antes de encontrarnos con el Sr. Lunedino.
Cuando llegamos hasta un local de comida rápida, realicé nuestros pedidos a través del car service y al cabo de unos 10 minutos aproximadamente nuestra comida ya estaba lista.
Nos estacionamos en un lugar adecuado y dentro mismo del coche nos dispusimos a almorzar.
— Mmm… ¡Qué delicia Santo Dio! —Exclamé luego de ingerir mi primer y gran bocado de hamburguesa—
— ¡Delicioso! ¡Muy delicioso! —Agregó Ismael con la boca casi atascada—
— Yo solo espero que luego de esto logre caber en mi vestido porque ya bastante hinchada me siento con mi embarazo.
— Yo solo veo dos cosas hinchadas en ti, mi Brüssel.
— ¡Ay! ¡Qué descaro mi amor! —Dije limpiando un poco el bigote que se le había manchado— Tienes un poco de salsa Ketchup… ésta tarde después de nuestro encuentro con el Sr. Lunedino, irás a que te corrijan esta barba, cielo.
— Brüssel, no quiero que me quiten la barba.
— Yo tampoco quiero que te quiten la barba. Te dije que solo van a corregírtela un poco, amor.
Cuando acabamos de comer y beber partimos finalmente rumbo al hotel del Sr. Lunedino dónde nos recibiría en la comodidad del lobby. Llegamos y siempre precavidos de no ser vistos por demasiada gente y mucho menos por algún reportero, antes de bajarnos del coche acomodé las gafas de mi esposo y le coloqué un gorro que apenas lograba mostrar tu rostro.
Ingresamos por la entrada principal del hotel y nos acercamos hasta recepción para anunciar nuestra llegada.
— El Sr. Lunedino y le dará pronto —Dijo el recepcionista— ¡Pueden pasar!
— Por aquí por favor! —Irrumpió otro de los empleados que nos dirigió hasta el lobby del hotel— Pónganse cómodos que el Sr. Lunedino no tarda en venir ¿Desean algo de beber?
— Agua.
— También agua —Dijo Ismael—
— ¡Enseguida!
— Brüssel, este lugar se ve muy lujoso! —Expresó observando todo su alrededor mientras al rato venía ya un camarero para servirnos un vaso con agua a cada uno—
Me pregunté en esos instantes si de casualidad y como un acto más de milagro Ismael al encontrarse allí, lograría hacer brotar de su memoria una gota de recuerdo, pero no avizoré en él algo que pudiera alertarme al respecto.
— ¡Lo es, corazón! Este es uno de los hoteles más lujosos de Venecia y tú estuviste aquí en varias ocasiones.
— ¿Estuve?
— ¡Por supuesto! Y conmigo desde luego —Le dije sacándole el gorro y sujetándole el cabello hacia arriba con una goma—
— ¿Qué haces Brüssel?
— Colocándote una goma en el pelo.
— ¿Por qué me pones una goma en el pelo? Las gomas son solo para niñas.
— Las gomas son para las personas que tienen el cabello largo como tú y deja de ser anticuado porque de lo contrario no solo visitarás la barbería sino también la peluquería para que te afeiten la cabeza.
— Deja de tratarme como a un niño Brüssel y mucho menos ahora que ya seré tu esposo.
— Tú ya eres mi esposo, amor. Que no se te olvide tal cosa — Le dije dándole un par más de enormes besos—
— Buon pomeriggio!
— Ah… Buon pomeriggio signor Lunedino! —Saludé al verlo ingresar—
De inmediato el Sr. Lunedino se acercó no sin antes pedir mil disculpas por la demora mientras desviaba su atención inmediata en mi esposo Ismael con absoluto asombro de verlo y de tenerlo allí delante de él.
Lunedino: ¿Entonces es verdad? ¿Estás vivo Ismael? ¡Sí estás vivo! —Repitió estrechando su mano para abrazarlo posteriormente— Questo é un vero miracolo! Santo Dio! Sei vivo Ismael! Sei vivo!
El Sr. Giacomo Lunedino quien apreciaba mucho a mi esposo no terminó de fundirlo en abrazos demostrando su dicha infinita pues siempre quiso a Ismael como a un hijo y fue una de las personas que más lo habían apoyado en sus inicios como pintor. Saber sobre su aparición, verlo vivo y tenerlo delante de él, lo dejo más que emocionado.
Lunedino: ¿Cómo estás, Ismael? ¡Cuéntame! ¿Cómo te sientes?
Ismael: Mmm… ¡Muy bien señor! ¿Y usted?
Lunedino: Al reencontrarme contigo ¿Cómo no podría estar bien? ¡Escúchame! —Le pidió colocando su brazo derecho alrededor del hombro de Ismael— No te sientas incómodo ni mucho menos extrañado. Si no me recuerdas y si no recuerdas todo esto que te rodea. ¡No importa! Y te digo esto porque sé que empezarás de cero volveremos a hacer todas aquellas cosas que siempre hicimos. Dio Santo! ¡La Asociación de Artistas Plásticos de Venecia se pondrá tan contenta con tu regreso! —Exclamó—
Ismael: ¿La Asociación de Artistas Plásticos?
Lunesino: ¡La Asociación de Artistas Plásticos! La misma en la que tú eras el Presidente.
Ismael: ¿Yo era Presidente? —Preguntó observándome—
Lunedino: ¡Lo eras! —Contestó mientras yo asentaba con la cabeza— ¿Qué te parece si hacemos un breve recorrido? ¡Claro! Si el tiempo lo amerita en vista de que tienen una boda a la vuelta de la esquina.
Brüssel: Es verdad que nos queda muy poco tiempo, pero un pequeño recorrido por este lugar le hará mucho bien a Ismael.
Lunedino: ¡Bien! Entonces le mostraré el pasillo principal que conduce al ingreso de este Lobby y donde se encuentra el último cuadro que había pintado para mí —Decía mientras lo conducía hacia el pasillo principal adjunto al lobby—
Lunedino: Aquí lo tienes —Dijo apuntando al cuadro ni bien llegaron hasta donde se encontraba el mismo—
Ismael: ¿Yo pinté este cuadro?
Lunedino: ¡Por supuesto y no fue el único! Hay un par más aquí en el hotel y otras en Milán, en Roma y otra en Tinos. Una de las islas más maravillosas de Grecia.
THE ST. REGIS VENICE (HOTEL)
Magda: ¡Bentley! No sabes lo que sucedió. No te lo imaginas.
Bentley: Qué bueno que viniste Magda porque tengo que mostrarte lo que acaba de llegar a mi nombre en la recepción del hotel.
Magda: ¿De casualidad es una caja? Porque a mí también me llegó una y justamente por eso estoy aquí. Porque debía comentarte sobre lo que había dentro de la misma.
Bentley: ¿Una tarjeta de invitación para una boda?
Magda: ¡Exacto! Junto con una máscara y no cualquier máscara Bentley.
Bentley: ¡No puede ser! Nos llegó la misma caja a ambos. ¿Qué significa todo esto?
Magda: No tengo idea, pero espero que no sea en verdad lo que estoy pensando.
Bentley: Por la tarjeta se hallaba escrito el remitente de Ismael D'Angelo, pero tú y yo sabemos que aquella letra no puede ser la de él.
Magda: Por supuesto que no puede ser su letra. Sabes que eso es imposible porque Ismael está muerto. Todo esto tiene que ser una horrible broma y de muy mal gusto.
Bentley: ¿Broma? ¿Una broma de quién Magda? ¿Quién pudo haber enviado estas cajas? ¿Por qué enviaron la misma máscara que tenía Ismael el día en que..?
Magda: ¿Crees que él pueda estar vivo? ¿Crees que él no ha muerto y que apareció para querer desquitarse con todos nosotros?
Bentley: ¡Imposible! Yo no puedo creer tal cosa porque es imposible. Ismael recibió un disparo en la maldita cabeza, Magda. ¿Cómo podría estar vivo?
Magda: ¿De qué modo entonces explicas todo esto? ¿Cómo explicas la tarjeta que posee el mismo diseño que tuvo la tarjeta de boda de Brüssel e Ismael?
Bentley: ¡No tengo idea, pero no vuelvas a repetir que Ismael está vivo! ¿Me has entendido?
Magda: ¿Has visto de casualidad las noticias? Al parecer Brüssel está con alguien, pero nadie sabe de quién se trata. Aparecieron un par de fotos de ella en compañía de un hombre, pero nadie lo conoce y tampoco nadie ha podido distinguir el rostro del sujeto… ¿Qué tal si es él? ¿Qué tal si se trata en verdad de Ismael? ¿Estará vi..?
Bentley: ¡Cierra la boca ya! Te he pedido que no volvieras a insinuar una cosa como esa.
Magda: ¿Y por qué no? ¿Qué crees tú entonces? ¿Y qué pretendes? ¿Qué nos quedemos de brazos cruzados ante esta repentina y extraña manifestación? Sabes que Brüssel tuvo una razón muy importante por la cual te dejó plantado en el altar y aquel día, a minutos de ingresar a la iglesia, ella recibió un llamado muy misterioso que la dejó pálida como un papel.
Bentley: Eso qué estás insinuando no puede ser Magda. Sabes que tarde o temprano acabaré descubriendo la razón por la cual Brüssel me dejó plantado en el altar y sabes también que descubriré por quién me dejó, pero no pudo ser por Ismael. Él no puede estar vivo… no puede.
Magda: ¿Qué vamos a hacer ahora?
Bentley: Tú y yo iremos a esa boda.
Magda: ¿Te volviste loco? Claramente este es el inicio de una trampa en contra nuestra. Una jugada que intenta ser perfecta guiada por alguien que sabe lo que sucedió aquel día y que desea chantajearnos con este tipo de hostigamientos.
Bentley: Pues si es de ese modo acabaremos sabiéndolo también y sea quien sea esa persona, no saldrá bien librado y acabará hundiéndose en su propia jugada. Ya que nos han invitado a una boda, entonces iremos.
Magda: No cuentes conmigo para eso. Irás tú si eso es lo que quieres porque yo no pienso poner un pie en el lugar que indica la invitación.
Bentley: Acabo de decirte que iremos Magda por lo tanto no oses en echarte para atrás en esto porque te competé tanto como a mí. ¡Incluso más!
Magda: ¿Qué esto me competen más a mí que a ti?
Bentle: Te suda la frente a cántaros por tanto temor al pensar que alguien allá afuera sabe quizás lo que hiciste y aun así te atreves a decirme esto? ¡Escúchame muy bien Magda! Tú estás hundida hasta el cuello tanto como yo. Eres tan culpable como yo al igual que Gregor por lo tanto ten mucho cuidado con las cosas que dices por qué de lo contrario…
Magda: No te atrevas a amenazarme Bentley Thompson. No lo hagas porque no te conviene en absoluto tenerme como una enemiga ¿Me has entendido?
Bentley: No te tengo miedo pues ante cualquier prueba que pudiera aparecer con respecto a Ismael, tanto tú como Gregor serían los primeros sospechosos.
Magda: Te dije que no te atrevieras a amenazarme y lo estás haciendo…
Bentley: Mejor dime si le contaste ya sobre esto a Gregor. ¿Él no vio la caja con la tarjeta y la máscara?
Magda: ¡Por supuesto que no! No lo considere necesario sin antes hablarlo contigo además si se lo mostraba, muy probablemente el viejo habría muerto del susto delante de mí.
Bentley: Mmm… por el momento es mejor que no lo sepa. No hasta que no averigüemos quién es la persona que ha enviado estas cajas.