El Pintor De Bruselas

AQUEL AMANECER

— ¡Señora madre! ¡Buenos días! 
— Buongiorno figlio mio! Despertaste un poco temprano. 
— Mmm… me despertó el hambre. Mi estómago cruje mucho. 
— Voy a servirte un vaso de leche y unas medialunas. 
— ¡Gracias! 
— Siéntate para comer que mientras lo haces aprovecharé la ocasión para hablar contigo muy seriamente. 
— ¿Sobre qué? 
— Sobre tu esposa y sobre ti hijo. 
— No me asusté. ¿Qué sucede con mi esposa? 
— Figlio mio! Ya es hora de que salgas de esa nebulosa en la que te encuentras. Debes hacerlo porque si no es así tu esposa y el bebé podrían estar en serios peligros. 
— Le pedí que no me asustara. Hable claro por favor. ¿Por qué mi esposa y nuestro bebé están en peligro? 
— Hijo… Gregor Holbein, el padre de Brüssel ya está aquí y si ese hombre ya se encuentra en Venecia muy probablemente aquel otro hombre también esté aquí. Aquel tipo con el cual obligaron a Brüssel a casarse. 
— ¿Se refiere a ese tal Bentley? ¿Dice usted que la obligaron a casarse con ese miserable? 
— Evero figlio mio! Yo sé que no recuerdas nada del pasado, pero debes hacer un esfuerzo. Debe haber algo dentro tuyo que te haga recordar alguna cosa de lo que sucedió un par de días antes del Carnaval de Venecia el día que desapareciste. 
— ¿Sucedió alguna cosa antes? 
— Sucedió hijo… Unos días antes sucedió algo que yo ignoro pero llegaste a la casa pálido como un papel. Exaltado, tembloroso y sin palabras. Te insistí que me dijeras que fue lo que te había sucedido, pero no lograbas reaccionar y cuando lo hiciste finalmente te negaste en contármelo. Todo lo que dijiste fue que luego del Carnaval, tomarías a tu familia y te mudarías a Roma o a dónde sea, pero lejos de Gregor Holbein y de toda la gente que los rodeaban. ¿Por qué hijo? ¿Qué fue lo que hizo ese hombre? 
— Madre, no sé de lo que habla… No lo sé. 
— Yo sé que ese hombre nunca te quiso. Según él, eras muy poca cosa para su hija Brüssel y el pretendiente perfecto siempre fue Bentley Thompson. Era millonario y respondía a todos sus intereses personales. Gregor Holbein es un maldito avaro, miserable y que Dios se apiade de mi alma por desearle mal en la cama del hospital donde se encuentra ahora. 
— Está diciéndome muchas cosas señora madre y me confunde. Yo no recuerdo nada. ¡Nada! 
— ¡Calma hijo! ¡Calma! Qué mi intención no es que te pongas así. ¡Todo lo contrario figlio mio! Te cuento todo esto para que empieces a tomar el control de la situación. Tengas memoria o no tú necesitas tomar las riendas de la situación y no comportándote como un salvaje que todo lo rompe a su alrededor cuando se molesta. Tú siempre has sido un hombre muy inteligente hijo, astuto y decidido y es esa postura la que necesitarás desde este mismo momento. ¡Mírame y escúchame! Si tienes que tomar todos los días tus medicinas lo harás sin esperar a que tu esposa te obligue a tomarla. Lo harás tú mismo y serás el hombre juicioso que proteja a su familia. Debes hacerlo si no quieres que Brüssel acabe colapsando dentro de poco. 
— No quiero que nada malo le pase a mi familia, señora madre. 
— Entonces harás lo que te digo. Brüssel no quiere preocuparte, quiere protegerte y siente mucho temor de volver a perderte, pero esos sentimientos acabarán colapsándola emocionalmente como ya sucedió alguna vez. 
— No lo permitiré madre… No permitiré tal cosa. 
— ¡Eso! No lo permitas… Compórtate juiciosamente y no te apartes de su lado porque ellos buscarán todas las maneras posibles para volver a persuadirla de nuevo porque aquel hombre, Bentley Thompson está obsesionado con Brüssel. Está loco y es igual de miserable que Gregor Holbein. Nunca he querido decirle a Brüssel lo que pienso de su padre únicamente por respeto, pero no se merece ni una gota del mismo. Prométeme que sabrás comportarte hijo. Cuando todo salga a la luz tú sabrás cómo todo hombre de bien, sobrellevar la situación con valentía. ¿Me lo prometes? 
— Se lo prometo señora madre. Nadie volverá a dañar a mi familia. Nadie volverá a meterse conmigo ni apartarme de las personas que amo. 
— ¡Así se habla! No desesperes si no recuerdas nada figlio mio que Dios guiará tus pasos, tu mente y tu corazón. Yo rezaré día y noche para que derrame en ti al menos unas gotas de recuerdos. Ahora acaba tus medialunas y tu leche y luego llévale a tu esposa el desayuno a la cama. 
Como ya lo esperábamos y como ya sabíamos qué sucedería, aquel día no vio la luz del sol sin las señales de una gran tormenta que se avecinaba. Aquel amanecer no trajo consigo únicamente las repercusiones sobre “La Réplica Exacta” y sobre el misterio del Pintor de Bruselas enlazadas a los rumores de mi boda con el mismo sino también el escándalo ocasionado sobre las denuncias formales presentadas contra la Corporación Future Nøw Innovation que dañaría severamente a la misma y afectaría considerablemente la imagen de personas muy importantes asociadas a ella. Añadido a todo eso, la repercusión sobre el infarto de mi padre Gregor Holbein durante las exposiciones en L’Arte di amare y la repentina y misteriosa desaparición de su hijastra Magda Gypser. 
De solo pensar en todo aquello me daban muy pocas ganas en verdad de abrir los ojos y de abandonar la protección de mi cama. No tenía intenciones de hacerlo, pero los incesantes besos de mi esposo y sus estrujantes abrazos acabaron convirtiéndose en motivos más que suficientes para despertar llena de felicidad. 
— ¡Buenos días mi amor! ¡Despierta que te traje el desayuno! 
— ¿Bebé me trajiste el desayuno? —Pregunté sentándome sobre la cama y mientras Ismael continuaba con sus incesantes besos— 
— Te lo traje mi hermosa reina y quiero que comas todo lo que hay aquí porque debes alimentarte por dos. 
— Todo se ve tan rico y tengo tanta hambre que me lo comeré hasta el último bocado —Le dije untando un trocito de pan en las yemas de unos huevos estrellados— Mhmm… ¡Amor esto es delicioso! Voy a ponerme como una vaca. 
— No te pondrás como una vaca. 
— Me pondré con desayunos como estos. ¿Me querrás igual gorda cómo una vaca? 
— Mmm… Yo te querré siempre como sea mi Brüssel. Para mí siempre serás la más hermosa de todo este mundo. 
— ¿De verdad?  
— ¡De verdad! 
— ¿Entonces podré comer todo lo que yo quiera sin remordimientos? 
— Todo —Me dijo— 
En esos momentos no supe si deseaba devorarme todo el rico desayuno que tenía delante de mí o comerme a besos mi dulce caramelito en forma de boquita color cereza que lucía vistosa y encantadora entre barba y bigote. 
Al acabar mi desayuno, muy a mi pesar abandoné la cama. Ismael dejó a un lado la bandeja y yo me dispuse a alistarme. 
Mientras me hallaba en el baño, mi celular había sonado y fue mi esposo quién contestó. Pensé de inmediato que se trataba del detective Jeffrey Seeley y efectivamente así fue. 
— ¿Amor que fue lo que dijo el detective? ¿Tan pronto colgó? 
— Dijo que acaba de abandonar la fiscalía y que antes de esta misma tarde remitirán todos los informes ante la fiscalía jurisdiccional de aquella Corporación. Volverá a llamar luego. 
— Mmm… 
— ¡Brüssel! 
— ¡Amor! —Exclamé entre un enorme suspiro— 
— Ya no quiero que te involucres en nada de esto. Tú ya has hecho suficiente y no voy a permitir que te estreses, que te preocupes y que afectes a nuestro bebé por eso. Desde ahora yo me encargaré de toda. 
— ¿Ismael, cómo no voy a involucrarme? ¿Piensas que voy a quedarme aquí desestresada sabiendo que tú corres peligro allá afuera? 
— Yo estaré bien mi amor. Te lo prometo. 
— No me hagas esto por favor cielo. Esta vez yo moriré si algo malo te sucede. Yo moriré —Repetí sumergida en un inconsolable llanto— 
— Te digo que nada malo va a sucederme. Nadie me hará daño otra vez y nadie dañará a mi familia —Aseguró rodeándome entre sus brazos— 
Debo decir que fue la primera vez que oí a mi esposo tan seguro de sí mismo y tan determinante en sus palabras desde el día que lo encontré. Estaba decidido a ser él quién tomara las riendas de su propio caso, un caso que aún se tornaba en absoluto misterio. 
— ¿A dónde irás amor? 
—Iré a ver a esa mujer que tienes encerrada? 
— ¿A Magda? ¿Para qué irás a verla ella Ismael? 
— Debo hacerlo… Yo debo verla y mirarla a la cara para intentar recordar. De todos modos si no lo logro yo haré que ella hablé. 
— ¡Ismael! ¡Espera amo! Cielo al menos toma tu medicina antes de irte, por favor —Pedí sumida en una profunda aflicción— 
— Ya la tomé mi Brüssel y la tomaré todos los días sin que me lo pidas —Dijo y se despidió dejándome un tibio y picoso beso en los labios— 
Ismael salió de la casa y en medio de mi aflicción lo primero que hice fue el llamar al Sr. Lunedino para suplicarle por favor que no desamparara a mi esposo. Que pusiera para él toda la protección posible enviando a sus hombres de confianza para que lo acompañaran a todas partes. 
— Sra. Brüssel sabe que puede contar con ello plenamente. Yo le aseguro y le prometo que Ismael esta vez estará protegido en todo momento. 
Mentiría si dijera que quede tranquila, pero al oír aquellas palabras del señor Lunedino, se alivianó un poco mi corazón durante las largas horas de espera. 
PORTO MARGHERA (RESIDENCIA PARTICULAR) 
Magda: ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me tienes encerrada en este lugar? ¿Acaso eres tú en verdad? ¿Eres tú Ismael? ¿Por qué no hablas? No te escondas tras esa máscara intentando atormentarme. 
Ismael: ¿Quieres verme sin máscara? Pues mírame muy bien sin ella. Mírame fijamente a los ojos. Hazlo como lo hiciste el día en que me disparaste. 
Magda: No… no fui yo. No fui yo Ismael. 
Ismael: Sé que fuiste tú. 
Magda: No fue así. Juro que no fue así. 
Ismael: Ahora seré yo quien te mire a los ojos mientras te estrujo el cuello hasta arrancarte la cabeza. 
Magda: ¡Por favor! 
Ismael: ¿Por favor que? 
Magda: No fui yo… no fui yo. 
Ismael: Oí tu nombre todos estos años en mis pesadillas. Tú estabas ahí. Yo lo sé. ¡Habla! Di alguna cosa que me impida matarte ahora mismo. 
Magda: Estuve allí, pero no fui yo Ismael… no fui yo. Tienes que creerme. 
Ismael: ¿Entonces quién? ¿Quién fue? 
Magda: Bentley… Bentley Thompson te disparó. Él lo hizo. 
Guardia: ¡No más señor! ¡Es suficiente! 
Ismael: ¡Mientes! 
Magda: No lo hago. Te digo que fue él. Es verdad que yo te tenía apuntado con un arma, pero jamás te hubiese disparado. ¡Es más! El arma que yo cargaba estaba vacía. 
Ismael: ¿Y piensas que voy a creerte? ¿Por qué debería hacerlo? 
Guardia: Señor suéltela ya. ¡Es suficiente! 
Magda: ¡Te juro que no fui yo! 
Ismael: Mmm… ¡Bien! Vas a contarme entonces todo lo que sucedió no solo el día de aquel Carnaval sino también todas las cosas que sucedieron días antes. Me dirás con mínimos detalles por qué me han hecho tanto daño, porque quisieron matarme y porque acabaron apartándome de mi familia. Tú vas a confesármelo todo y lo harás sin mentiras si deseas salir viva de este lugar. Sabes que puedo matarte sin el mínimo remordimiento y sin el mínimo temor pues nadie podría acusar de asesino a un hombre que ya está muerto. ¿Entiendes? ¡Por lo tanto empieza a hablar ahora que tengo tiempo de sobra para oírte! 
Como si sentir angustia y preocupación no eran suficientes, un par de horas después recibí el llamado del detective Jeffrey Seeley quién me comunicó que las actas de todas las acusaciones junto con todas las pruebas requeridas ya se encontraban en jurisdicción de la ciudad de Estocolmo en Suecia y que de no ser en las próximas horas de ese mismo día, a primeras horas de la mañana siguiente procederían al allanamiento de la Corporación Future Nøw Innovation y tomarían posesión de todos los elementos que creyeran necesarios y todos los registros computarizados en busca todo aquello que pudiera asociarse al caso de mi esposo Ismael. 
— Sabe usted Sra. Holbein que el caso de su esposo es excepcional y a simples palabras, muy poco creíbles y hasta ficticias, pero para nuestra gran fortuna contamos con la prueba viviente de la víctima, con los microchips extraídos de su cuerpo y con todos los diagnósticos escritos de un respetable médico. A estas alturas las autoridades italianas ya se encuentran al tanto de que el señor Ismael D’Angelo está vivo e inevitablemente la noticia se expandirá con rapidez. 
— ¡Me lo imagino detective! 
— He querido tenerla al tanto para que estén prevenidos pues el allanamiento a la Corporación Future Nøw Innovation por experimentos ilegales e incluso inhumanos causará grandes conmociones e intereses de innumerables sectores, sobre todo de los medios informativos. 
— Lo sé y de algún modo estaremos prevenidos detective. Yo le agradezco infinitamente en verdad toda su cooperación. 
— El abogado y yo nos dirigiremos ahora rumbo a Estocolmo para acompañar de cerca todos los procedimientos y en los próximos días volveremos a Venecia para explicarles personalmente y con detalles claros todo lo sucedido y del modo en que procederemos. 
— Los estaremos aguardando detective y espero que todo aquel allanamiento arroje buenos resultados a nuestro favor. 
— Esperemos que así sea. ¡Ah! Casi olvidaba mencionarle sobre el acontecimiento extraño que me comentó ayer referente a lo de su padre. 
— Mmm… ¿Qué piensa al respecto detective? 
— Es muy raro en verdad Sra. Holbein y lamento mucho en verdad darle este punto de vista que tengo, pero si su hermanastra Magda Gypser está involucrada en el caso de su esposo, no dudo en absoluto que su padre, el señor Gregor Holbein también lo esté. Incluso con mayor peso, al ser este uno de los principales socios comerciales del Sr. Bentley Thompson y habiendo tantos intereses de por medio —Explayó dejándome sin más palabras— Le prometo que me haré cargo personalmente de eso en cuanto regrese, esperando encontrarlo recuperado de salud pues de lo contrario será un poco complicado averiguar. 
— ¡Papito, papito! ¡Al fin llegaste! —Oí exclamar a mi hija y me despedí del detective— 
— Hablaremos con calma al respecto en cuanto regrese detective Seeley. 
— ¡Hasta ese entonces señora Holbein! (colgué la llamada) 
— Estaba esperándote para que nos bañáramos en la piscina, pero no llegaste papito. 
— ¡Lo siento mucho mi pequeña Lyra! —Se disculpó cargándola entre sus brazos— tuve algo urgente que hacer ¿Pero sabes qué haremos? 
— ¿Qué cosa? 
— Si mamá lo permite, pediremos pizza y comeremos mientras vemos tu película favorita —Le susurró— ¿Te gusta la idea? 
— ¡Mucho papito! —Dijo feliz— ¿Mamita nos dejarás pedir pizza? 
— Ehhh… solo si me incluyen en sus planes porque también tengo ganas de comer pizza. 
— Estás incluida mi Brüssel —Dijo él abrazándome— 
En aquel momento debi decir que morí de ganas por saber qué fue lo que había sucedido. Deseaba saber con ansias y curiosidad si fue hasta la casa donde se hallaba prisionera Magda, sí se presentó ante ella y de haber sido de tal modo ¿Qué le dijo? ¿Por qué Ismael deseaba verla? Me pregunté en esos instantes si él en verdad había logrado recordar alguna cosa para que sintiera interés en presentarse ante ella. 
Por lo que quedó de aquel día no lo supe más pues él se veía tan sereno y tan tranquilo como si nada lo perturbara y mi hija estaba tan feliz por el plan de comer pizza y ver su película favorita con papá y mamá que no tenía yo la mínima intención de arruinar tan precioso estado de ánimo. 
 




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