El Pintor De Bruselas

CONFESIONES PARTE 1

CONFESIONES DE MAGDA GYPSER (PRIMERA PARTE) GRABACIÓN DE ISMAEL D’ANGELO 
— Para que entiendas cómo fue que sucedió todo Ismael, debes saber qué Bentley Thompson y Gregor Holbein poseen una sociedad muy grande y no me refiero a los simples negocios que poseen los empresarios con otros socios. Gregor Holbein, mi padrastro siempre ha sido un hombre con mucha avaricia. Sus negocios e intereses personales siempre estuvieron por encima de todo y de todos, pero nada parecía ser tan grave. Lo conocíamos como tal y era sobrellevable. Lo fue incluso luego de que Brüssel te conociera. No eras definitivamente el tipo de hombre que esperaba él para su hija, pero llegó a sus oídos buenas referencias tuyas cómo pintor. En aquella época que conociste a Brüssel ya no eras un artista novato pues habías tenido presentaciones exitosas de tus primeras obras en Milán y en Roma. Ya eras un pintor reconocido y tus pinturas eran apreciadas por personas muy importantes. Pese a todo, en el fondo no terminabas de convencerlo sin embargo cuando se enteró de que eras ahijado del dueño de una de las cadenas de hoteles más renombradas de Italia, la perspectiva de Gregor cambió ligeramente pues supuso que sus agencias de viajes y turismos y la galería de artes emprendida por Brüssel podrían verse bien asociadas con una cadena de hoteles y un pintor reconocido, sin mencionar que meses más tarde tú te convertirías en el presidente de la Asociación de Artistas Plásticos de Venecia. Todo transcurrió de manera normal y Brüssel y tú, pudieron hacer sus vidas hasta que Bentley Thompson se apareció en la de todos y se obsesionó con la que muy pronto se convertiría en tu esposa. Se obsesionó a tal punto de manipularlo todo meticulosamente y a su antojo para dar un día su gran golpe. Fingió ante todos, ante Brüssel, ante ti, ante todas las personas que tenía enfrente. Inicialmente incluso fingió ante Gregor haciéndole creer que tenía un interés particular en mí. ¡Hubieses visto su rostro (Gregor Holbein) mucho más feliz y entusiasta que el mío y en sus ojos iluminarse el símbolo de épsilon! Desde luego sentí mucha ilusión también y no solo por tratarse de un joven heredero multimillonario, sino por captar el interés de un hombre como Bentley que a simple vista era muy guapo y bien parecido. Montó toda una farsa para conmigo, me cortejó, me obsequió cosas y me dibujó un futuro inexistente para ambos. Su única intención siempre fue permanecer cerca de Brüssel. Vigilar sus movimientos, sus gustos, sus manías y cada detalle que pudiera servirle a sus planes. Un día antes de que tú desaparecieras (refiriéndose a Ismael) durante el cumpleaños del Sr. Giacomo Lunedino celebrada en su residencia de aquí en Venecia y a la que fuimos invitados todos y en la que desde luego estabas tú junto con Brüssel, yo descubrí toda la verdad. Descubrí no solo que Bentley Thompson jamás se interesó en mí del modo en que me había hecho creer, también descubrí que para ese entonces mi padrastro ya sabía que solo me había utilizado para llevar a cabo sus verdaderas intenciones, y que se había asociado con él para ciertos negocios muy ajenos a los habitualmente conocidos como la textil y las agencias de viajes y el turismo. 
— ¿Qué negocios fueron esos? 
— Fueron no, Ismael. Esos negocios aún existen hasta ahora. 
— Mmm… pues habla entonces mujer. 
— Desde que Bentley Thompson quedó como heredero de su padre, se ha hecho cargo de sus principales negocios, pero a su vez invirtió en sus propios intereses y convirtiéndose en un monopolista. 
— ¿Qué significa? 
— Es cuando un empresario atreves de su empresa domina todo el mercado de oferta deshaciéndose así de potenciales competidores. Con su arrasadora monopolización, la empresa transportadora de Bentley Thompson se convierte en el único oferente no solo a nivel nacional sino también internacional. Él ha acabado con varias pequeñas y medianas empresas transportadoras y en los últimos años su obsesión aparte de Brüssel, ha sido apoderarse no solo de todos los clientes de una de las transportadoras más importantes de Europa, sino también alzarse con las principales acciones de esa empresa y para poder lograrlo fue que se asoció con Gregor Holbein y no exactamente en términos comerciales pese a que sus agencias están asociadas a la empresa de Bentley. 
— Sigue. 
— Bentley Thompson le prometió firmado en papeles, todas las acciones de una de las empresas con las cuales se había alzado sin mencionar las comisiones que recibiría por conseguir a través de su agencia, rutas alternativas para la transportación de ciertos paquetes, a cambio también de lograr instalar un pequeño dispositivo de vigilancia y de rastreo en una de tus pinturas. Una pintura que te fue confiada por el dueño de Ocean Transporter, la empresa de la cual deseaba apoderarse. La pintura le sería entregada al Señor Paolo Brambilla (dueño de Ocean Transporter) personalmente por ti cuando estuviese terminada. 
— ¿Y eso sucedió? 
— La pintura le fue entregada a Sr. Brambilla unas cuántas semanas después pero ya no de tus propias manos. Se la entregaron semanas después de tu desaparición. ¡Ismael! Durante aquella cena que se llevó a cabo en la residencia particular del Sr. Lunedino y a la cual todos habíamos sido invitados, en un momento dado Bentley Thompson se levantó de la silla donde estábamos ubicados y yo decidí seguirlo sin que me descubriera y al llegar hasta el sitio donde ingresó desde el jardín subiendo por unas escaleras en forma de caracol que conectaba a un balcón y a su vez a un salón de la casa que era algo así como una pequeña galería de artes particular pues tu padrino en verdad era un apasionado del arte. Bentley ingresó allí sin ser visto por nadie más que por mí. Subí también aquellas escaleras y me escondí tras el pequeño espacio existente que servía para abrir las ventanas. Allí me dispuse a intentar descubrir lo que sucedía y mi sorpresa fue muy grande cuando escuché la voz de Gregor Holbein. Conversaban al respecto de la pintura que tú ibas a entregarle al Sr. Brambilla al día siguiente durante las celebraciones del Carnaval y que se encontraba en la galería L’arte di amare. Escondida en aquel lugar no solo me enteré de todas las mentiras con las que Bentley me había engatusado, me enteré de sus intenciones con respecto a Brüssel y me enteré también de que con la ayuda de uno de los miembros de la Asociación de Artistas Plásticos habían podido ingresar hasta la sala de archivos de pinturas de la galería para lograr instalar el pequeño dispositivo de rastreo en la pintura para espiar al Sr. Brambilla. En esos momentos oí unos pasos en las escaleras. ¡Eras tú! Al parecer te llamó la atención que dentro del lugar hubiese gente en esos momentos pues si bien habitualmente era un salón libre para todos los invitados del señor Lunedino, por aquella ocasión y por órdenes del mismo, no lo estaba debido a que allí yacían otras de tus pinturas que próximamente serían exhibidas y nadie podía verlas antes de la exposición. Las voces de ahí dentro detuvieron tus pasos y decidiste no abrir la puerta. Permaneciste parado al costado de la ventana y si bien no estuviste ahí para oír la parte donde mencionaban lo del pequeño dispositivo de rastreo instalado en la pintura, pudiste oír todo lo demás. Oíste que tenían el maléfico plan de hacer a un lado al Sr. Brambilla porque ese sería el único modo en que él (Bentley) lograría que su empresa, Frontiersman Transporter fuera la única que acaparara en el ámbito de las mayores transportadoras de Europa. Reconociste esas voces de inmediato. ¡Eran inconfundibles! Y quedaste pálido como un papel cuando de la propia boca de tu suegro salieron las palabras de que el Sr. Brambilla finalmente tendría los días contados y no solo por eso. También oíste que en varias pinturas exhibidas en L’arte di amare incluyendo las tuyas que habitualmente eran compradas por personas muy importantes, fueron instalados los mismos dispositivos de rastreos de modo a ser espiadas. Luego de eso el Señor Lunedino quién se había acercado hasta las escaleras en forma de caracol te llamó y tú del susto, al voltear a ver, echaste unas llaves que llevabas en las manos. Ellos notaron que tú estabas ahí Ismael. Pese a que pudiste bajar a toda prisa, ellos te vieron y sabían que lo habías escuchado todo o al menos gran parte de todo lo que habían conversado. (Ismael apaga la grabación) 
Jeffrey Seeley: Si mal no recuerdo el Señor Paolo Brambilla falleció en un accidente en la carretera al año siguiente de la desaparición del Sr. D’Angelo. Fueron en circunstancias muy similares a la de usted —Dijo refiriéndose a Ismael en lo que yo quedaba absorta y temblorosa ante todo lo que acababa de oír— A diferencia de que el cuerpo del señor Brambilla si fue encontrado. Su empresa Transportadora inicialmente quedó a cargo de uno de sus hijos, pero un tiempo después dicha empresa de manera sorpresiva e increíble luego de ser una de las más exitosas, fue declarada en bancarrota y adquirida posteriormente por una multinacional. 
Abg. Henckels: Una multinacional que bien pudiera ser comandada por el Sr. Bentley Thompson —Irrumpió el abogado que había acompañado todo el procedimiento de la presentación de pruebas contra la Corporación Future Nøw Innovation con el detective Jeffrey Seeley y quien lo había acompañado— 
Jeffrey Seeley: Es lo más probable y no me extrañaría, aunque no contamos con pruebas de eso. 
Abg. Henckels: No contamos con esas pruebas, pero tampoco sería muy difícil conseguirlas. Supongamos que el Sr. Bentley Thompson haya estado involucrado en la bancarrota de Ocean Transporter declarada por la familia Brambilla y para evitar cualquier tipo de remotas sospechas, haya utilizado alguna de sus franquicias para adquirir todas las acciones de la empresa. 
Brüssel: ¡Mi papá no puede ser un asesino! —Dije estallando repentinamente en un llanto desconsolado— ¡Él no puede ser un asesino! No pudo haber estado involucrado en todas estas atrocidades. 
Ismael: ¡Mi Brüssel! 
Brüssel: ¿Por qué Ismael? ¿Por qué? Mi papá no puede ser un asesino —Repetí una y otra vez al borde del desvanecimiento— 
En medio de mi desconsuelo Ismael me sostuvo entre sus brazos. Quiso llevarme hasta mi habitación para que yo reposara un poco pero me negué. Me negué porque necesitaba entender. Necesitaba llegar hasta el final de toda aquella historia que definitivamente tenía que ver con la desaparición de la Réplica Exacta y el repentino abandono de mi padre del hospital donde yacía internado por un infarto. 
Jeffrey Seeley: Estoy más que convencido señora Brüssel de que la desaparición de la Réplica Exacta está vinculada a toda la historia que acabamos de oír. ¿Usted dice que a su padre pareció haberle sorprendido mucho haber visto aquella pintura? 
Brüssel: Así es… pero lo que más raro me pareció fue que al ver la pintura exclamó ¡La pintura de Ismael! Detective Seeley… no había manera de que él supiera que aquella pintura era de Ismael. Solo que en algún momento hubiese visto la pintura inconclusa que se encontraba guardada en un ático de la casa en Viena. 
Jeffrey Seeley: ¡Bueno! Convengamos que en algún momento haya visto la pintura inconclusa. ¿Por qué se sorprendería a tal punto de que le diera un infarto? 
Sra. D’Angelo: Porque la vio concluida —Irrumpió repentinamente mi suegra quién había seguido también toda la grabación de manera muy silenciosa— La vio terminada luego de haberla visto inconclusa en un ático abandonado de la casa de Viena. 
Abg. Henckels: ¡Efectivamente! Y porque quizás había algo oculto en dicha pintura inconclusa. 
Jeffrey Seeley: ¡Tiene bastante lógica! Al tratarse quizás de una pintura inconclusa y prácticamente abandonada en un ático, pudo haber ocultado alguna cosa allí dentro. Por eso luego robaron la Réplica Exacta pensando qué se trataba de la original. ¿Dónde se encuentra aquella pintura? —Preguntó con vehemencia— 
Brüssel: Se encuentra guardada con otras pinturas en el salón de archivos de la galería. Giacomo llamó a Valeria para pedirle que la enviara aquí junto con la Réplica Exacta por medio de los transportadores de seguridad de la galería, pero al enterarse de que una de las pinturas había desaparecido, prefirió ir él mismo hasta la galería para cerciorarse de todo lo que sucedió y traer las pinturas que le había pedido Ismael. 
Jeffrey Seeley: ¡Bien! Esperaremos entonces. ¿Señor D’Angelo, la grabación culminó allí? 
Ismael: ¡Hay más! 
Brüssel: ¿Hay más amor? 
Ismael: Hay más mi Brüssel… te dije que tu hermanastra confesó todo. 
Brüssel: Préndela entonces para seguir oyendo. 
Ismael: ¡Mi hermosa! —Exclamó— no sé si quiero que oigas todo lo que sigue. Ya te has puesto mal oyendo la primera parte. Si te pones mal nuestro bebé también se pondrá mal —Recalcó dándome a entender que lo que seguía era aún mucho peor— 
Jeffrey Seeley: Señor D’Angelo, esta grabación que usted ha conseguido podría ser una prueba muy contundente para este caso por lo tanto yo le ruego que haga una copia de la grabación ya sea en el computador o en otro móvil para tenerla asegurada. 
Brüssel: ¡Yo me encargaré de eso detective! Por nada del mundo podemos arriesgar esta grabación. 
Abg. Henckels: Por mi parte debo decir que han hecho una buena jugada para conseguir esta prueba sin embargo muy riesgosa a vez pues tener encerrada a aquella mujer generaría muchas sospechas. 
Jeffrey Seeley: ¡Es verdad! A estas alturas muy probablemente ya estén buscando a su hermanastra Magda y si llegan a denunciar su desaparición, a nosotros podría resultarnos contraproducente. 
Abg. Henckels: Si ya cuentan con toda la confesión de la mujer lo ideal sería que la dejaran libre. Dudo que intente alguna cosa contra ustedes sabiendo que se encuentra acorralada. 
Jeffrey Seeley: Creo también lo mismo. Lo mejor será soltar a la Sra. Gypser, pero no sin antes llegar a un acuerdo con ella y fijar ciertos términos que le convendrán bastante si no desea enfrentar cargos ante la justicia por toda su implicancia en este caso. 
Brüssel: ¡Me parece una buena idea! 
Ismael: Mmm… a mí también. 
Jeffrey Seeley: En ese caso el abogado Henckels y yo Sí ustedes nos lo permiten, nos haremos cargo de esa parte. 
Ismael y yo estuvimos de acuerdo en liberar a Magda no sin antes recibir la visita del detective Jeffrey Seeley y del abogado Henckels quienes le ofrecerían llegar a buenos términos si la misma se comprometía a colaborar en todo lo referente al caso. 
Giacomo: ¡Brüssel! 
Brüssel: ¿Qué sucedió Giaco? ¿Sandro? 
Sandro: No sabes lo que acaba de suceder nos Brüssel —Dijo con voz exaltada sosteniendo el bolso que contenía las pinturas— 
Giacomo: Me siguieron Brüssel cuando ya venía de regreso con las pinturas. 
Brüssel: ¿Cómo es eso? 
Jeffrey Seeley: ¿Quiénes los siguieron? 
Giacomo: No tengo idea, pero primeramente me siguieron a mí desde la primera avenida de la galería. Seguí mi camino intentando conducir con normalidad, pero cuando percibí que el coche iba acercándose más al mío tuve que llamar a Sandro para que me aguardara en Green Park. 
Sandro: Como allí hay muchos coches aparcados, Giacomo estacionó el suyo, descendió con los cuadros y subió al mío. 
Giacomo: De todos modos volvieron a seguirnos, pero afortunadamente nos perdimos en los cruces de Via della libertà. No sé de qué se trata exactamente todo esto es que se robaron la pintura equivocada y están en busca de la original y por favor no me preguntes cómo lo saben. No sé cómo, pero de que lo saben, lo saben. 




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