El Pintor De Bruselas

CONFESIONES PARTE FINAL

Según Gregor Holbein, los guardias de Bentley Thompson tenían órdenes de meter tu cuerpo en el coche, trasladar el mismo a Costa Amalfitana y lanzarlo desde una de las carreteras. 
Gregor: Ya deben encontrarse rumbo a esa zona ahora. 
Magda: Quiero que llames a esos guardias y que les digas que vas allá ahora mismo. Pídeles que no hagan nada sin que tú llegues. 
Gregor: Te has vuelto loca en verdad Magda. 
Magda: ¡Haz lo que te pido sin perder el tiempo Gregor! 
Cuando finalmente se comunicó con uno de los guardias y este le confirmó que efectivamente ya se encontraban rumbo a Costa Amalfitana, Gregor le dijo que iba también rumbo al sitio y que no hicieran nada sin que llegara. En el trayecto yo llamé a un amigo que acababa de ingresar como bioquímico a la Corporación Future Nøw Innovation. 
Esa Corporación poseía varias ramas profesionales y contaba con numerosas sedes. Aquel amigo mío había ingresado a trabajar allí antes de la gerencia inversora de Bentley Thompson por lo que no existiría riesgo alguno de que se entera de nada ese momento. Yo confiaba en mi amigo y sabía que en cualquier caso que surgiera, sabría guardar con total discreción el gran favor que iba yo a pedirle. 
Gregor: Con esto confirmó en verdad que te has vuelto loca Magda. Ismael ya está muerto. ¿Qué tanto puede importarte lo que harán con su cuerpo? 
Magda: Aún me cuesta mucho creer que te expreses de ese modo. Me das asco Gregor Holbein y agradezco en verdad a Dios el hecho de que no seas nada mío y a la vez siento mucho pesar por Brüssel. ¡Escúchame! Muerto o no, Ismael no acabará carcomido por los buitres o incinerado dentro de su coche por caer de una carretera. Ya como un gran favor a mi amigo que se encargue de sus restos y ni bien lleguemos a Costa Amalfitana tú te encargarás de agilizarlo todo para que se lo lleve sin ningún inconveniente. ¿Me has entendido? 
Fue así Ismael como tú fuiste a parar a manos de médicos y científicos de la Corporación Future Nøw Innovation. En esa parte de la historia Bentley Thompson no tiene nada que ver. Para él y para Gregor tú moriste aquel día, del disparo en la cabeza mientras que para el resto del mundo moriste en un accidente cuando tu coche cayó desde una de las peligrosas carreteras de Costa Amalfitana. 
De ese modo tu cuerpo había sido rescatado por un par de enviados, miembros del círculo médico de la CFNI y solo Gregor estaba al tanto de aquella pequeña parte de la historia. Él nunca supo que tú habías sobrevivido. Nadie más que yo lo supo desde qué mi amigo se comunicó conmigo largas horas después para contarme que milagrosamente tú estabas vivo pese al impacto de bala en la cabeza. 
Sobreviviste, sin embargo mi amigo me advirtió que tu estado era grave y que los médicos no sabían si lograrías reponerte. A final de cuentas ellos lograron salvarte la vida, pero permaneciste tres meses en coma y cuando despertaste no recordabas nada y no recordabas a nadie, ni siquiera a tu familia. Presentabas varias secuelas en ti y una de ellas era tu pérdida de memoria. (Pausa de la grabación) 
Ismael: ¿Si perdí la memoria y no recordaba a mi familia, porque no te encargaste tú de contármelo todo? ¿Por qué tuve que vivir una vida llena de mentiras? 
Magda: Yo no podía decirte nada Ismael. Pensé que era lo mejor porque si Bentley Thompson se enteraba de que tú estabas vivo, de todos modos hubiese buscado la manera de hacerte desaparecer. (Continua la confesión) 
En esos tiempos yo no podía confiar en nadie porque era consciente de que cualquiera podía ser cómplice de Bentley Thompson. Tu recuperación no fue nada fácil, fue muy lenta y yo no podía arriesgarte. 
El hecho de qué estabas vivo no podía llegar a oídos de nadie del entorno de Bentley y de Gregor, entonces cuando finalmente los médicos lograron recuperarte lo suficiente yo me encargué de que tuvieras una vida nueva lejos de todas las personas que querían hacerte daño. (Pausa de la confesión) 
Ismael: ¿Cómo pudiste ser capaz? 
Magda: No se me ocurrió otra cosa Ismael. 
Ismael: Esos médicos no me recuperaron. Ellos experimentaron conmigo y me hicieron mucho daño. Tú no podrías imaginarte todo lo que padecí. Hubiese preferido mil veces haber muerto en lugar de soportar tanto daño. No me has hecho ningún favor, no me salvaste la vida. Tú me condenaste Magda. ¿Pero sabes que? De todos modos acabarás pagando del mismo modo que esos dos miserables. Todos pagarán por lo que me han hecho. ¡Yo te lo juro! (Fin de la grabación) 
Tenía dos opciones al acabar de oír la grabación de la segunda parte de la confesión de Magda. Una era colapsar en ese mismo instante de tanto dolor y de tanta decepción y la segunda era ir hasta donde teníamos retenida a mi hermanastra para acabar con ella con mis propias manos. 
Opté por la segunda y sin que nadie pudiera detenerme, abordé mi coche y fui rumbo a cumplir con mi cometido. Mi esposo, Giacomo, Sandro, incluso el detective Seeley junto con el abogado Henckels intentaron detenerme sin éxito y raudamente abandoné la casa cargada de una ira con la cual ya no podría lidiar por mucho más tiempo. 
Al llegarbhasra la casa donde se encontraba, mi primera reacción fue sujetarla del cuello y estrujarlo con tanta fuerza a tal punto de verla desvanecerse lentamente delante de mí. No me importaba nada más que acabar con su nefasta existencia, pero me detuve a pensar que ahorcarla en ese mismo lugar sería muy poco castigo para ella. 
Brüssel: ¿Cómo pudiste hacerme esto Magda? —Le reclamé soltándola y viéndola caer al suelo buscando respirar el aire que no merecía— Eres una maldita desgraciada. Tú no mereces ni una sola gota de mi compasión. No mereces la compasión de nadie —Reiteré jalándola de los pelos y propinándole unos golpes que no eran nada en comparación a los que ella me había dado con sus malas acciones. 
Ismael: ¡Brüssel detente! ¡Brüssel! 
Brüssel: Yo debería matarte. 
Ismael: ¡Mi amor, es suficiente! 
Brüssel: Suéltame Ismael… déjame acabar con esta miserable. 
Ismael: Tienes que calmarte Brüssel… tú estás embarazada mi amor y no puedes ponerte de este modo. 
Brüssel: ¿Por qué Magda? ¿Dime por qué? —Le supliqué lanzándome al suelo, hundida en llanto luego de haber sido detenida por mi esposo— 
Magda, también desparramada en el suelo y sumida en un llanto hipócrita no me dijo nada y con la ayuda del detective Seeley quién también me había seguido junto con los demás, pudo ponerse de pie y sentarse luego sobre el sofá. 
Brüssel: Durante todos estos años fuiste testigo de mi dolor y mi sufrimiento por la desaparición de mi esposo y aun así callaste. ¿Tanto es tu odio hacia mí Magda? ¡Contesta! ¡No te quedes callada! —Grité intentando nuevamente tomarla a golpes por los suelos— 
Brüssel: ¡Brüssel! 
Brüssel: ¡Habla Magda! Hazlo si tienes una gota de argumento a tu favor. Yo estuve a punto de casarme con el hombre que atentó contra la vida de mi esposo y tú no ibas a mover un solo dedo para impedir que yo hiciera tal cosa. Estuviste allí junto a mí, me acompañaste a las puertas de la iglesia sabiendo que mi esposo estaba vivo. ¿Dime por qué? 
Magda: Nuestras vidas corrían peligro Brüssel. Nuestras vidas y la de Ismael si yo llegaba a decir alguna cosa. 
Brüssel: ¡Mientes! 
Magda: ¡No miento! Cuando le dispararon a Ismael yo hice lo que creí conveniente en esos momentos con la esperanza de poder arreglarlo todo, pero la situación se me fue de las manos. Para cuando me enteré de que tu esposo despertó del coma tú te encontrabas en muy mal estado. ¿O es que acaso olvidaste que padeciste de una larga depresión que ni siquiera te permitía cuidar de tu hija? 
Brüssel: Tú pudiste haberme sacado de ese estado con tan solo decirme que mi esposo estaba vivo. No tienes excusas Magda. Eres un asco de persona. 
Magda: Llámame como quieras. Acúsame de todo si eso te hace sentir mejor. Quizás me equivoqué en muchas cosas, pero yo solo intenté proteger a todos incluyéndome a mí misma. Luego de tu depresión, tú quedaste a merced absoluta de la voluntad de tu padre. Te volviste frágil y manipulable y eso Gregor supo aprovecharlo muy bien. Es por esa persona quién sí debería darte mucho asco. Yo prácticamente quedé excluida de todo. ¡Comprensible! Pues ya me habían utilizado lo suficiente y ya no me necesitaban, sin mencionar que yo no era parte de la familia por lo que no tenía ningún derecho de inmiscuirse en asuntos relacionados con ella. No tenía manera de acercarme a ti en esos tiempos para que pudiéramos conversar. En algún momento estuve a punto de contártelo todo, pero con la muerte del Sr. Paolo Brambilla, con el cómplice dentro de la Asociación de Artistas Plásticos de Venecia y con todas las maniobras deshonestas e ilícitas de Bentley Thompson no sabía qué pensar de mi entorno. No sabía en quién confiar y a quién pedir ayuda. 
Brüssel: Pudiste al menos contarle toda la verdad al padrino de Ismael. El Sr. Lunedino hubiese sabido ayudarte de algún modo —Le dije aún entre mi llanto incesante— 
Magda: Te digo que nadie hubiese podido ayudarme Brüssel. ¿Cuántas personas importantes tenían en su poder al menos una pintura de tu esposo? Tú debes tener una clara idea sobre eso. ¿Y cuántas pinturas pudieron haber estado intervenidas con aquellos pequeños dispositivos rastreadores? Quizás al Sr. Lunedino también estaban espiándolo y quizás hubiesen acabado con él si se enteraban de que yo acudía a su ayuda. 
Jeffrey Seeley: Esos temores de la Sra. Magda tienen mucha validez señora Brüssel. Sé cómo se siente luego de haberse enterado de todo, pero al parecer el Sr. Thompson tejió pacientemente una red de trampas mortales en las cuales caerían sus principales objetivos. Según lo que oímos en la grabación, varias pinturas tanto de Ismael como de otros pintores, se encontraban intervenidas con pequeños dispositivos de rastreo para espiar a potenciales competidores de negocios. Si todo esto llegara a ser verdad, imagínese cuántas personas se encontrarían ahora siendo espiadas. Entre esas personas en verdad pudiera estar el Sr. Lunedino y de ser así muy probablemente el Sr. Thompson ya se encuentre al tanto de cosas que nosotros deseamos ocultar. 
Magda: No tengo excusas para todo lo que sufriste tú Ismael. No tenía idea de cuánto año te habían hecho. Siempre pensé que estabas en buenas manos. Conocí personalmente a Suzette Magyar. Nos comunicábamos en lo posible dos veces al mes, le enviaba dinero y cuando yo no podía, unos agentes de la Corporación se encargaba de eso, siempre por petición mía. Suzette siempre me decía que todo estaba bien contigo y eso de algún modo me tranquilizaba. 
Ismael: Nada estuvo bien conmigo junto a esa horrible mujer —Dijo desparramando rencor como cada vez que recordaba Suzette— y dentro de aquella Corporación hicieron en mí cosas realmente espantosas. 
Magda: En verdad no lo sabía. 
Brüssel: Deja de repetir lo mismo como si te eximiera de tus culpas. 
Abg. Henckels: ¿Señora Gypser, usted sabe quién es él cómplice dentro de la Asociación? 
Magda: No me consta. ¿Pero quién subió a la presidencia de la Asociación apenas 15 días después de la desaparición de Ismael? ¿Y quién más que el presidente tendría acceso absoluto a las principales obras a ser vendidas a personas importantes? 
Brüssel: ¿Santino Tagliani? 
Magda: Eso deberá confirmarlo tu detective. Quizás sea Santino Tagliani o quizás también Piero Fusco. Puede ser cualquiera Brüssel, pero en aquel entonces ambos tenían grandes intereses y hoy uno es el presidente de la Asociación y el otro es vicepresidente 
Jeffrey Seeley: Pues es algo en lo que debo trabajar inmediatamente. Sin embargo hay un asunto en lo que debemos centrarnos ahora mismo. 
Ismael: ¿Buscar al padre de Brüssel? 
Jeffrey Seeley: Algo mucho más importante Sr. D’Angelo. Buscar a Gregor Holbein no tendría mucho sentido estos momentos. Debemos averiguar que es lo que esconde “La Forma De Mi Deseo” que interesa tanto al padre de la Sra. Brüssel a tal punto de haber robado la “Réplica Exacta” pensando que se trataba de la original en cuestión. 
Afortunadamente “La Forma De Mi Deseo” se encontraba a salvo en nuestro poder y todo era cuestión de volver a la casa para averiguar lo que contenía. 
En cuanto a Magda, como lo había mencionado anteriormente, hubiese preferido mantenerla encerrada hasta que se pudriera en aquel lugar, pero ni el detective Seeley ni el abogado Henckels lo creyeron ya conveniente sin, embargo tampoco fue liberada de la nada. 
Con una previa y concreta conversación entre ambos y Magda, se llegó a términos claros con respecto a la situación de la misma. La grabación que poseíamos de su confesión la condenaba, pero al mismo tiempo podría alivianar su peso ante la justicia siempre y cuando decidiera de qué lado quería estar. 
Si decidía estar del lado de la justicia y si colaboraba con el caso para acabar de esclarecerlo de una vez por todas, el abogado Henckels estaría dispuesto a preparar una defensa que intentara eximirla en gran parte de todos los hechos en los cuales se había visto incriminada. 
Magda: Si hubiese estado de lado de Bentley y del miserable de Gregor, yo no hubiese hecho todo lo que hice. Habría dejado que lanzaran a la carretera el cuerpo de Ismael y hacer de cuentas que nunca sucedió nada. Me equivoqué en muchas cosas intentando remendarlo todo en algún momento pero no pude. Escapó de mis posibilidades y me vi amarrada de pies y manos. 
Abg. Henckels: ¡Bien! En vista de que las cosas serán de este modo y ateniéndome a sus palabras, idearemos un plan. Un plan en el cual cada uno jugará un papel, pero antes iremos a inspeccionar la famosa y tan codiciada pintura. 
 




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