El Pintor De Bruselas

PRESENTACIÓN

L’ARTE DI AMARE (EXPOSICIÓN FINAL DE VERANO) 
Giacomo: Signore e signori! Chiedo la vostra attenzione per favore. Hoy culminamos con absoluto éxito las exposiciones de verano gracias a reconocidos artistas y también a los nuevos que desde este año han formado parte de L’Arte Di Amare. Ha sido un verdadero honor haber enseñado al mundo sus maravillosas obras y desde luego será un verdadero honor volverlos a recibir en esta casa de artes para próximos proyectos. También quiero agradecer a todas las personas que han visitado nuestra galería durante toda esta temporada pese a incontables y desafortunados incidentes que han surgido. Muchos habrán quedado con dudas, con preguntas y con infinitas ganas de saber más, pero como podrán imaginar, nuestro deber era resguardar la integridad física e intelectual de todos nuestros artistas por lo que decidimos no mezclar ciertas cuestiones con nuestra labor realizada en este lugar. ¡Ahora bien! Como muestra de gratitud ante la fidelidad, la comprensión y el respeto que han tenido todos ustedes, no queremos dar cierre a las exposiciones de verano sin otorgarles una sorpresa —Puntuó ante el repentino murmuro de todos los presentes— No diré nada al respecto, únicamente que esta obra por demás valiosa, tan valiosa al punto de haber sido robada, ha retornado a su sitio junto con un artista que ha sabido plasmar en la misma, aquella esencia caracterizada. La esencia en sí que nunca abandona a un verdadero artista. ¡Señoras y señores! Esta tarde como despedida, me place enormemente presentarles —Dijo descubriendo la pintura— “La Forma De Mi Deseo” 
En esos instantes la galería estalló entre asombros y murmullos incesantes, pero había algo más y Giacomo calló a los presentes con una advertencia. 
Giacomo: ¡Y esto no es todo! Una magnífica obra como esta merece ser presentada con el artista que hizo posible su existencia, por lo tanto sin más palabras llamó al escenario a nada más y nada menos que al Pintor De Bruselas. ¡Ismael D’Angelo! —Exclamó y las voces nuevamente estallaron dentro de la galería— 
Allí dentro un solo fotógrafo y un solo reportero, ambos pertenecientes al Art Magazine estaban autorizados a cubrir el último evento de verano, cosa que harían con total responsabilidad sin embargo de manera inevitable y como era de esperarse, la noticia no tardó en filtrarse al exterior ocasionando una avalancha de incontables medios que en poco tiempo se agolparon en las afueras de la galería. Para ese entonces el evento ya se encontraba llegando a su fin por lo que ordené personalmente que cerrarán los principales accesos por un tiempo determinado. 
Ismael: No Tengo mucho que decir por lo tanto seré breve con respecto a mi pintura —Comenzó— He pintado muchos cuadros, muchas imágenes, pero este para mí es el más valioso de toda mi vida no solo porque representa la belleza pura de mi esposa sino porque gracias a esta imagen nos reencontramos un día y comenzamos toda nuestra historia de nuevo como dos personas que acababan de conocerse. Gracias a esta pintura la mantuve en mi mente durante tantos años como el más bello de los sueños, pero a la vez como alguien real a quien en alguna vez anhelaba encontrar paseando por la calle. Días atrás osaron en robar esta pintura de este mismo lugar —Prosiguió saliendo de las breves líneas que debía decir— ¿Con qué propósito? No lo sabemos, pero quiero que sepan ustedes, con mis propias palabras que ”La Forma De Mi Deseo” estará desde este mismo momento bajo custodia privada y por lo tanto quien intente nuevamente acercarse a la misma con propósitos inciertos, quedará automáticamente registrada en los cuatro extremos de un circuito de seguridad. Para finalizar mis palabras también quiero expresarles mis agradecimientos por todo el interés que han demostrado en esta pintura y en otras que alguna vez me han pertenecido. Si las cosas transcurren con algo de normalidad, espero poder seguir pintando para todos ustedes. 
Al culminar sus palabras bajo por el costado del escenario dejando asombrados y atónitos a todos los presentes que no daban crédito a la sorpresiva presencia de Ismael D’Angelo presentado como aquel misterioso “Pintor De Bruselas” 
Desde ese momento la pintura sería prácticamente Intocable y en cierto modo aquello debía tenernos más atentos pues los interesados en el contenido de la misma, buscarían sin dudas otras maneras de llegar hasta su acceso. 
— Giaco, mi esposo me hizo prometerle que me mantendría al margen de todo lo que suceda de ahora en adelante. 
— ¿En serio honey? ¿Y en verdad lo hiciste?  
— Eeehhh… no me quedó de otra. Entiendo que él quiera cuidar de mí y de nuestra familia, pero no comprende que de todos modos yo moriré de angustia en la casa. Enfermaré de los nervios y de la preocupación. ¡Además! 
— ¿Además? 
— Ismael le prometió a Orleana Greco que asistiría a su exposición. 
— ¡No es cierto, honey! —Exclamó llevándose una mano al pecho— 
— Lo es. 
— ¿En qué momento Ismael le prometió eso a Orleana? 
— La muy descarada se fue a nuestra casa preguntando por él. Primero le propuso ir hasta la casa de ella para que mi esposo viera sus cuadros antes de su exposición. Le dijo que le gustaría mucho saber su opinión antes de la presentación de sus pinturas. ¿Puedes creerlo? 
— En verdad es mucho descaro el que tiene esa mujer. 
— Mmm. 
— Lo que no comprendo es por qué Ismael aceptó ir a su exposición. Eso es muy riesgoso, Brüssel y hasta peligroso. 
— Lo sé… por eso muero de angustia y por eso también voy a pedirte un enorme favor al cual no puedes negarte porque eres mi única esperanza. 
— Se me eriza la piel de tan solo sospechar lo que vas a pedirme. 
— Si mi esposo en verdad tiene pensado ir a esa exposición tú vas a seguirlo. Serás mis ojos y mis oídos para luego contármelo todo. Dime por favor que aceptas. 
— ¿Tengo acaso la opción de negarme? —Preguntó y en esos momentos me invadió el llanto y la desesperación pues en verdad Giacomo era mi única esperanza— ¡Ya! ¡Ya! Está bien honey… está bien, pero no te pongas así. ¡Cálmate! 
Nos encontrábamos en la oficina principal de la galería aguardando a que las personas acabaran de salir de la misma por un acceso secundario y que mi esposo terminara de acompañar personalmente la colocación de la pintura en el medio de uno de los salones, dentro de un cristalero especial conectado a un sensor con sensibilidad táctil capaz de activar una alarma ante cualquier movimiento extraño. 
Si bien el interés principal ya no se encontraba dentro de la pintura, las personas que se robaron la “Réplica Exacta” no tenían certeza de aquello y estábamos más que convencidos de que los cómplices de Bentley Thompson volverían a intentar apoderarse de esta. 
Si para ese entonces la noticias de la aparición de la “Réplica Exacta” que en realidad se trataba de “La Forma De Mi Deseo” ya había llegado a ojos y oídos de mi padre, no tardaría mucho en caer en cuenta de que esta última mencionada fue la verdadera pintura en la cual había guardado un día aquellos documentos y no en la que se habían robado de la galería. 
Ismael: ¿Mi Brüssel que tienes? 
Brüssel: Nada amor. 
Ismael: ¿Nada? ¿Estuviste llorando? 
Brüssel: No. 
Ismael: Giacomo, mi esposa estuvo llorando. ¿Por qué? 
Giacomo: Ismael, ella llora por todo últimamente. A Brüssel el embarazo la tiene bastante sensible y tú lo sabes. 
Ismael: Mmm. 
Giacomo: Se emocionó mucho durante tu presentación. ¡Es todo! 
Ismael: Mejor vamos a casa para que descanses. También yo porque estoy muy cansado —Dijo abrazándome— 
Brüssel: ¿Valeria, ya no hay gente dentro de la galería? 
Valeria: Adentro ya no, pero afuera hay muchos periodistas. 
Brüssel: ¿Qué vamos a hacer entonces?. 
Giacomo: Pídele a uno de los guardias que salga en el coche de ambos así esos periodistas pensarán que son ustedes y se irán, luego saldremos nosotros tres en mi coche. 
Brüssel: Dio santo! ¿Qué haría yo sin ti? —Le dije estrujando sus mejillas— Haremos eso. 
Sandro: Yo creo que es mejor idea que vayamos en mi coche pues nadie lo conoce. Recuerden que el otro día nos persiguieron cuando íbamos en el tuyo, Giaco. 
Giacomo: ¡Eso es verdad! 
Ismael: Salgamos entonces en el coche que sea. 
Giacomo: Vamos Valeria que luego de dejar a Brüssel e Ismael en su casa, te llevaremos a la tuya. 
Valeria: ¡De acuerdo! 
Luego de que L'Arate Di Amare quedó finalmente vacía y asegurada, sin nadie más adentro que los guardias de seguridad que por las noches residían en el sitio para mayor resguardo, nosotros pudimos ir finalmente a casa. Cuando llegamos, la primera en recibirnos fue nuestra bebé Lyra quién en esos momentos ya llevaba puesta su camisón para dormir. 
Clementina: No iba ir a la cama sin que ustedes llegaran, señora. 
Brüssel: Está bien Clementina. 
Ismael: ¡Lyra, mi princesa! ¿Acaso estás molesta? 
Lyra: ¡Lo estoy! No me gusta que me dejen solita tanto tiempo. 
Brüssel: ¡Ay mi bebé! ¡Lo siento!... Yo te prometo que eso no volverá a suceder. 
Lyra: Siempre dices lo mismo y no es cierto —Dijo mientras abrazaba a su papá— 
Ismael: Esta vez será verdad porque las exposiciones ya acabaron y mamá tendrá todo el tiempo del mundo para ti. ¡También yo! ¿Cierto Brüssel? 
Brüssel: ¡Cierto! ¿Y sabes que? Entre los tres comenzaremos a planear todo para tu primer día en la escuela, mi princesa. 
Lyra: ¿No me mienten? 
Brüssel: Para nada. 
Ismael: Yo nunca, nunca le mentiría a mi hija. 
Brüssel: Ya oíste amor… ahora sí vamos a la cama que ya es hora de dormir. 
Pensar que una mañana despertaríamos con la mayor paz y tranquilidad que nos merecíamos, era algo imposible, más imposible aún juego de la exposición final de verano y de la presentación de mi esposo ante todos. 
Como consecuencia, nuevas situaciones se asomarían cómo sombras hacia nosotros, sombras contra las cuales deberíamos seguir lidiando. 
En todos los medios de comunicación ya se habían hecho eco  de lo acontecido en L’arte di Amare y para ese entonces si a alguien aún le quedaba vestigios de dudas sobre la verdadera identidad de “El Pintor De Bruselas”, todo quedó completamente disipado. El mundo del arte quedó asombrado y en absoluta conmoción pues la historia que arrastraba Ismael luego de su desaparición, era realmente trágica y aterradora y las pruebas presentadas ante las autoridades de justicia, hablaban por sí solas y quedarían completamente avaladas mediante su aparición. 
No obstante una pequeña luz en forma de buena noticia habíamos recibido esa misma mañana que de algún modo alivianaba toda la carga que llevábamos día con día. El Sr. Lunedino se comunicó con Ismael y le comentó que habían culminado las pericias dentro de su residencia, al igual que dentro de los coches que habitualmente utilizaba, y no hallaron ningún indicio de que pudiese estar siendo espiado mediante microcámaras o micrograbadoras. 
Desde luego eso lo dejó al Sr. Lunedino tan aliviado como a nosotros pues se nos había vuelto una gran preocupación el hecho de que fuera perseguido y mediante él llegaran a nosotros. 
Posterior a esa noticia ya solo nos quedaba aguardar las declaraciones de Jansen y Morris Höfner y con base en ellas dar el siguiente paso teniendo en cuenta que en esa parte de la historia poco o nada Bentley Thompson se veía involucrado pues aquellos hombres estaban acusados de complicidad y de usurpación de identidad en relación con los experimentos ilegales y sumamente graves dentro de la Corporación Future Nøw Innovation, de los cuales mi esposo había sido víctima. 
En aquellos actos sí estaría involucrada mi hermanastra Magda quién de algún modo actuó como artífice que dio hincapié a aquellos experimentos realizados en Ismael. Llegaría el turno de ella responder ante la justicia, pero en lo que Jansen y Morris Höfner se presentaran a declarar, ella tendría tiempo de preparar sus alegatos y su defensa con ayuda del abogado Henckels y a partir de la presentación de la misma, entonces sí pudieran introducirse pruebas suficientes y requeridas que involucrarían tanto a Bentley Thompson como a mi padre, Gregor Holbein. 
Abg. Henckels: Magda Gypser está dispuesta a declararlo todo ante el juez que lleva el caso y en el peor de los escenarios, si llegara a negarse, no serviría de mucho debido a que contamos con las pruebas de sus declaraciones en aquella grabación. De todos modos confío en que no se echara para atrás pues sabe qué será mucho más conveniente para ella cooperar con la justicia de modo a que pudan concederle una importante reducción de pena. 
¿Cómo podría yo confiar en Magda? se me hacía imposible esperar algo bueno de ella sin embargo no me quedaba más que aguardar a que las cosas se dieran paso por paso mediante sus declaraciones cuándo llegara el momento. 
Un día 10 de septiembre llegó finalmente el día tan anhelado por nuestra pequeña y hermosa bebé Lyra, su primer día de clases en el Pre-escolar (scuola dell’infanzia) y aquella mañana quise ser yo misma quien fuera a despertarla luego la ayudara a vestirse y le peinara el cabello. 
Me levanté bien temprano en la mañana, me comí unas medialunas con leche porque tenía mucha hambre y luego fui hasta la habitación de mi hija para darle los buenos días recordándole qué día era aquel. 
Ella ni bien abrió los ojos y cayó en cuenta, se paró sobre la cama y me abrazó. 
— ¿Por qué lloras mamita? 
— Porque mi bebé ya está grande. Tanto que ya irá a la escuela —Le contesté— 
En esos instantes la abracé y la llené de besos y de inmediato intenté secar mis lágrimas para poder ayudarla a vestirse. Al rato vino Clementina y observó que Lyra ya estaba casi lista. Únicamente le faltaban los zapatos y hacerle un bonito peinado a ese precioso cabello liso color café. 
— ¡Bueno! Ya que todo está listo aquí yo iré a preparar lonchera que se llevará la niña —Dijo— 
— Hazlo Clementina y le dices a mi suegrita que ya bajamos a desayunar, por favor. 
— Sí señora. 
Minutos más tarde mi bebé ya estaba lista, bien puesta con el uniforme de la escuela y un listón de lado que decoraba su hermosa cabellera. Tomé su mochila que ya estaba cargada con sus pertenencias y salimos finalmente de la habitación. 
Cuando llegamos al comedor Ismael ya se encontraba allí aguardándonos y ni suegra ni bien observó a la pequeña, exclamó con gran emoción. 
— Ho davvero la nipote più bella di questo mondo! 
Ismael nada dijo en principio, solo cargó entre sus brazos y la abrazó con fuerza. 
— ¡Brüssel, tengo la princesa más bonita de este mundo! —Exclamó finalmente bastante emocionado— Yo nunca imaginé que tendría una así de bella y qué ya pronto iría a la escuela. 
— Ya irá a la escuela, amor… Nuestra bebé está grande —Dije mientras Lyra llenaba de besos a su papá— 
— ¿Me llevarás a la escuela papito? 
— Te llevaré… Claro que te llevaré— 
— Ora di colazione! 
— Sí… Desayunemos ya o se nos hará tarde. 
Durante el desayuno le dije a Ismael que tenía cita con la obstetra y que luego de dejar a Lyra en la escuela debía pasar yo al hospital.  
— Hoy me harán mi segundo ultrasonido, cielo. ¿Sí me acompañarás? 
— Mmm… te acompañaré mi Brüssel. 
Al acabar de desayunar, Lyra subió a lavarse los dientes, yo subí por mi bolso y luego partimos rumbo a la escuela. 
— Ci vediamo dopo nonna! 
— Ci vediamo dopo nipote! 
Lyra se despidió también de Clementina quien le entregó su lonchera. Se despidió de Marina desde la ventanilla y luego la cerramos puesto que afuera las cosas seguían bastante tensas para nosotros. El ambiente seguía turbio sin embargo ni Ismael ni yo permitimos que todo aquello afectara la alegría de nuestra bebé. 
El Villa Grimani International School al cual asistiría nuestra hija, quedaba en las afueras de Venecia, en Padua una muy próxima y de acceso directo y rápido a la misma. Al llegar e ingresar a las instalaciones, su papá y yo quisimos tomarle unas cuantas fotografías como recuerdo de su primer día de escuela, y así lo hicimos. 
— ¡Ay! Esta es muy bonita, amor. La pondré en un portarretrato. ¡O creo que todas! 
— Todas Brüssel… ¿Mi princesa, no vas a llorar? No tendrás miedo? 
— No papito porque soy una niña muy valiente. 
— Mmm… qué bueno —Dijo besando su mejilla— 
También yo me despedí de mi bebé con besos en sus mejillas y posteriormente la maestra quién parecía en verdad ser una mujer muy buena y tierna, se llevó a mi hija junto con los demás niños que quedarían a su cargo. 
A ver a mi hija alejarse sonriente y despidiéndose de nosotros con aquellas manitas chiquitas, nuevamente me invadieron las ganas de llorar. No quise que ella me viera de ese modo, pero ni bien volvimos al coche, estallé finalmente. 
— Mi Brüssel, no te pongas así. Nuestra hija estará bien. 
— ¿No te da remordimiento que la dejemos aquí con gente extraña? 
— Si, pero dentro de unos días ya no será gente extraña. Además ella dijo que no tendría miedo porque es una niña muy valiente —Me dijo rodeándome entre sus brazos— ¡Ya no llores! Cuando Lyra salga estaremos otra vez aquí esperándola y se acercará a nosotros muy feliz. 
 




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