El Pintor De Bruselas

UN DÍA MUY ESPECIAL

Mi segunda visita a la obstetra que en realidad debía ser la cuarta, pero que por cuestiones de tiempo había tenido que cancelar en dos ocasiones, finalmente se concretó. Yo apenas acababa de ingresar a mi primer trimestre de embarazo, pero luego de las constantes descompensaciones que había sufrido, me habían solicitado chequeos regulares de al menos dos veces al mes. 
Dra. Ascuri: Tu vientre mide dos centímetros más de lo que se considera normal durante el primer trimestre de embarazo, Brüssel —Dijo la obstetra— 
¿Acaso esa era su manera sutil de decirme que estaba gorda? —Pensé y después llegó el momento de la verdad subiendo a la balanza para monitorear mi peso— 
Dra. Ascuri: Has subido 5110 libras sobre la última marcación que te habíamos hecho. 
Brüssel: ¿5110 libras? ¿En verdad estoy como una ballena? —Pregunté echada en un repentino llanto— 
Dra. Ascuri: No es demasiado Brüssel, sin embargo tampoco es lo ideal. De igual manera no puedo decir eso sin saber a qué se debe en realidad. Pueden deberse a muchos factores pues un embarazo nunca será igual al otro. 
Brüssel: El único factor es que no puedo dejar de comer. 
Ismael: No llores mi Brüssel. Una embarazada debe comer y alimentarse bien. ¿Cierto doctora? 
Dra. Ascuri: Cierto. 
Brüssel: Pronto me verás como una orca, amor. 
Ismael: Eso no es verdad. 
Luego de la balanza finalmente fui a recostarme sobre la camilla para la prueba del ultrasonido. La doctora esparció un poco de gel sobre mi vientre y comenzó a pasear por encima, su transductor. Al poco tiempo comenzaron a oírse pequeños latidos y eso bastó para que yo cesara hasta la mínima gota de mis lágrimas. 
Eran los latidos de mi bebé que se oían mientras que la doctora se ponía a indicarnos cosas que se observaban en el monitor. De tanto en tanto realizaba ciertos apuntes para los registros de mi archivo prenatal en lo que Ismael y yo solo nos disponíamos a escuchar a nuestro bebé. 
Ismael: Yo no veo nada —Dijo pegándose al monitor, acomodándose las gafas— 
Brüssel: Porque nuestro bebé está aún como un porotito, amor. 
Ismael: Pero la doctora sí puede verlo. 
Dra. Ascuri: Observe bien señor D’Angelo. ¿Ve la forma allí en medio? 
Ismael: Mmm. Veo dos formas ahí en medio. ¿Cuál es la del bebé? 
Brüssel: ¿Qué dices Ismael? 
Ismael: Dos formas, Brüssel —Repitió y yo levanté la cabeza para observar mejor— 
Dra. Ascuri: ¿Me aguardan un momento por favor? Iré a llamar al doctor Merino. 
Brüssel: ¿Por qué doctora? ¿Acaso sucede algo malo? 
Dra. Ascuri: Nada malo… vuelvo enseguida —Dijo y salió del consultorio— 
Brüssel: ¿Cielo, en verdad se ven dos formas ahí? —Le pregunté a mi esposo, carcomida por el pánico— 
Ismael: Tranquilízate mi Brüssel. 
Brüssel: No puedo Ismael… no puedo. Contesta mi pregunta. 
Ismael: Se ven dos formas —Afirmó— 
Mi desesperación fue insostenible hasta el retorno de la doctora Ascuri junto con el médico al cual había ido a llamar. 
Cuando el doctor tomo el transductor, realizó el mismo procedimiento para observar el monitor y yo no pude evitar alterarme aún más al ver nuevamente aquellas dos formas. 
Brüssel: ¿Por qué no dice nada doctor? Si no habla ya, voy a morir aquí mismo de angustia. 
Dra. Ascuri: Brüssel, tranquilízate por favor que no es nada malo. Yo fui a llamar al Dr. Merino únicamente para que avalara mi diagnóstico en vista de que una de las formas me resultaban algo dudosas debido a la posición que hace un poco de sombra. Sin embargo he acertado mi diagnóstico. 
Brüssel: ¿Entonces usted admite que hay dos formas dentro de mi vientre? 
Dra. Ascuri: Dos fetos. 
Brüssel: ¿Dos fetos? 
Dr. Merino: Señora D’Angelo, efectivamente usted tiene un embarazo múltiple. 
Dra. Ascuri: Estás esperando gemelos. ¡Felicidades a los dos! 
15 MINUTOS MÁS TARDE (SALA DE REPOSO DEL HOSPITAL) 
Ismael: ¡Brüssel, mi amor! Al fin despertaste. ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? 
Brüssel: ¿Qué me sucedió? 
Ismael: Te desmayaste mi hermosa —Contestó besando mis labios— 
Brüssel: ¿Me desmayé? 
Ismael: ¡Brüssel! Tendremos dos bebés… Seré padre de dos bebes. ¡Bueno! De tres porque también tengo a mi princesa Lyra. Brüssel… Brüssel… 
7 MINUTOS DESPUÉS 
Ismael: Mi Brüssel, volviste a desmayar. 
Dra. Ascuri: ¿Brüssel, estás mejor ahora? 
Brüssel: ¿Lo que me dijo es cierto? ¿Voy a tener dos bebés? 
Ismael: Ya no vuelvas a llorar y mucho menos a desmayarte por favor. 
Dra. Ascuri: Así es Brüssel. Estás embarazada de gemelos y eso explica ciertas cuestiones en ti de las cuales ya no debes preocuparte. Acabo de preparar tu segunda ficha prenatal y esta vez necesitaré que me visites más seguido para monitorear la evolución de tus bebés. 
Ismael: Lo hará doctora porque yo mismo la traeré las veces que sean necesarias. 
Dra. Ascuri: ¡Eso me parece muy bien! 
No dije nada más y simplemente me levanté de la camilla de la sala y me alisté para irnos. 
Brüssel: ¡Hasta pronto, doctora! Nos veremos más seguido —Dije echando lágrimas nuevamente, caminando por delante de mi esposo— 
Ismael: ¡Hasta pronto, doctora! 
Dra. Ascuri: Los veré dentro de 15 días. 
Ismael: Brüssel… Mi Brüssel… la salida es por el otro lado. 
Brüssel: Sé por dónde es la salida, Ismael. 
Ismael: ¿A dónde vas entonces? 
Brüssel: Al comedor porque tengo hambre y no te atrevas a decirme alguna cosa porque tengo dos bebés tragones dentro de mi panza —Le advertí entre sollozos— 
Ismael: No iba a decirte nada mi amor. 
En la cantina del comedor del hospital pedí dos sándwiches de jamón con queso y un vaso con jugo de fruta, y entonces nos ubicamos para que yo pudiera comer. 
— ¿Quieres comer conmigo, cielo? —Le pregunté dando una mordida a mi sándwich— 
— No tengo hambre mi hermosa. 
— Mhmm… pues deberías comer igual para que no me dejes engordar sola. Necesitarás mucha energía para ayudarme a cuidar de dos bebés —Le dije atascando mi boca de sándwich, comenzando nuevamente a sollozar—  
— ¡No de nuevo, Brüssel! ¿No estás feliz a caso de que tendremos dos bebés? 
— Ahora todo tiene sentido. Nuestra Lyra no me había ocasionado tantos estragos y mi apetito era normal. Apuesto a que son dos niños. Dos niños tragones —Continué, comiendo mientras Ismael solo sonreía— 
Él se veía muy feliz, igual de feliz como cuando nos habíamos enterado de que nuestra Lyra estaba en camino. No podría olvidar por nada del mundo aquellos ojitos brillosos colores de avellana. Eran los mismos y estaban allí observándome llenos de amor y emoción. 
En esos momentos dejé de lado lo poco que quedaba de mi segundo sándwich y lo llené de besos, dándole gracias a Dios desde el fondo de mi corazón por haberme permitido tenerlo de regreso conmigo. 
— ¿Y eso mi Brüssel? ¿Ya no estás molesta conmigo? 
— Yo no estaba molesta contigo, cielo. Entiende que un embarazo no es fácil para ninguna mujer y mucho menos, dos —Le dije comiendo el último bocado de mi segundo sándwich y bebiendo mi jugo de fruta— 
— Yo cuidaré mucho de ti mi hermosa y no tendrás que preocuparte de nada —Prometió con un abrazo grande que fue todo lo que necesité para sentirme mejor— 
Cómo quedaba apenas un par de horas para que nuestra hija Lyra saliera de su primer día de clases y como deseábamos estar ahí esperándola, Ismael y yo decidimos tomar un atajo en un hotel de Padua para descansar un poco en lo que se acercara el horario de ir a buscarla. Tampoco deseábamos exponernos demasiado teniendo en cuenta que los periodistas y fotógrafos continuaban a nuestro asecho. 
— ¡Amor, detente! Basta que pronto debemos ir por Lyra —Le suplicaba vanamente mientras él besaba mi cuello y hurgaba con una mano, bajo mi blusa— ¡Basta te digo! No puedes, además… tú estás en penitencia. 
— ¿Penitencia? ¿Por qué en penitencia? 
— Ehhh… porque me hiciste dos bebés. Debería dejarte sin sexo hasta que nazcan nuestros gemelitos. 
— No puedes. 
— Puedo. 
— No puedes y no quieres —Dijo echándome sobre la cama mientras me llenaba de besos— 
— Ismael, no sigas. Tenemos que ir por Lyra. 
— ¿Esta noche entonces? 
— Mmm… Lo pensaré.  
— Mmm… piénsalo pronto. 
Antes de levantarnos e ir por nuestra hija, nos dimos un largo y delicioso beso que en esos momentos era todo lo que podíamos hacer a falta de tiempo. 
VILLA GRIMANI INTERNATIONAL SCHOOL 
El corazón se me salía del pecho al ver salir a cada niño y que ninguno se tratara de mi bebé. Todos pasaban a mi lado y corrían hacia sus padres, pero yo no veía a mi Lyra. 
Brüssel: ¿Ismael, nuestra bebé? ¿Porqué no está? 
Lyra: ¡Mamita! ¡Papito! 
Ismael: Brüssel, allá sale con la maestra. 
Finalmente la vi correr hacia nosotros y al oír su vocecita, mi alma volvió a mi cuerpo de inmediato. 
Lyra: ¡Mamita! ¡Papito! 
Ismael cargó a nuestra hija y entre los dos la colmamos de besos y abrazos. 
Ismael: ¡Como te fue en tu primer día mi princesa? 
Brüssel: ¿Todo está bien, cielito? 
Miss Fiorella: Durante la hora del lunch se le cayó un diente al morder su manzana. 
Brüssel: ¿En serio? 
Miss Fiorella: Luego quedó con mucha vergüenza de que sus compañeritos la vieran así. 
Ismael: ¿Vergüenza porque mi Lyra? A todos los niños de tu edad se les caen los dientes. ¿Cierto maestra? 
Miss Fiorella: ¡Cierto! 
Brüssel: ¡Mi bebé! 
Miss Fiorella: A otros compañeritos también se les caerán los dientes. ¡Es más! Algunos ya vinieron sin sus dientecitos frontales. 
Ismael: ¿Estás oyendo mi bella princesa? 
Miss Fiorella: Señora y señor D’Angelo, quise llamarlos pero Lyra me dijo que les prometió que sería una niña muy valiente. 
Brüssel: ¡Ay! Mi bebé lo es en verdad. Agradezco mucho que haya cuidado de Lyra. Debo decir que estuve inquieta toda la mañana. 
Miss Fiorella: No debe inquietarse. En este Instituto todos los niños están bien protegidos. ¡Ah! Guardé su dientecito en esta bolsita. ¡Aquí tiene! 
Brüssel: ¡Ay! ¡Mira amor!... ¡Gracias de nuevo Miss Fiorella! 
Ismael: ¡Gracias, maestra por cuidar bien de Lyra! 
Miss Fiorella: Es uno de mis deberes. ¿Lyra, nos vemos mañana? 
Lyra: Sí Miss Fiorella, pero no podré sonreír. 
Brüssel: ¿Por qué no, cielito? Ya hablaremos mejor en casa. 
Brüssel: Ci vediamo domani insegnante! 
Maestra: Ci vediamo domani! 
Ismael: ¡Hasta mañana! 
Aquel día sin dudas fue un día muy especial. Nuestra princesa Lyra asistió a su primer día en la escuela y se le cayó su primer diente de leche, luego Ismael y yo nos enteramos de que seríamos padres de gemelos. Aquel día fue uno de los más felices de nuestras vidas y me puse a pensar en las palabras de mi esposo. Si esa misma felicidad la viviésemos en Bruselas, lejos de todos los tormentos que nos acechaban, quizás seríamos aún mucho más felices los tres. Más bien los cinco por el para de semillitas que iban creciendo dentro de mi vientre. 
— ¿Mi Brüssel, estás bien? ¿En qué piensas? 
— Estoy mejor que nunca amor y solo pensaba en nuestra felicidad. En nuestra familia y en lo mucho que te amo. 
— También yo te amo mucho mi Brüssel. Tú y nuestros bebés son todo lo que yo necesito para ser muy feliz —Dijo sellando con un dulce beso sus bellas palabras— 
RESIDENCIA DE LA FAMILIA D’ANGELO 
En la noche, durante la deliciosa cena que mi querida suegra había preparado y en vista de que no sabíamos si existiría al día siguiente un día tan especial como ese, decidimos anunciar a la familia sobre los resultados de mi ultrasonido. Aunque… por momentos tuve mis dudas. 
Me sentía un poco nerviosa y pensé en mi pequeña Lyra pues no sabía de qué modo iba a reaccionar al saber que no tendría uno sino dos hermanitos o quizás hermanitas. Sin embargo Ismael quién bastante emocionado y sin pelos en la lengua, se hallaba al borde de anunciarlo con bombos y platillos. 
Brüssel: ¡Amor, espera! 
Ismael: ¿Por qué mi Brüssel? Digámoslo ahora. 
Sra. D’Angelo: Sta succedendo qualcosa? 
Brüssel: Niente suocera. 
Ismael: Niente? Señora madre! Brüssel y yo tendremos dos bebés. 
Sra. D’Angelo: Cosa stai dicendo figlio mio? 
Ismael: Lo que oyó señora madre. Dos bebés. Mi Brüssel espera gemelos… ¿Señora madre?... 
Brüssel: ¡Ay! Suegrita…. Suegrita…. ¿Ves lo que causas amor con tus imprudencias? 
Clementina: ¡Dios mío! ¿En verdad tendrá gemelos, señora? 
Lyra: ¿Mamita? 
Ismael: ¿Señora madre? 
Lyra: ¿Cómo pueden entrar dos bebés en tu panza? 
Marina: ¡Felicidades, señora! También a usted señor. 
Ismael: Mmm… gracias Marina. Ahora ayúdenme por favor con mi señora madre. 
Lyra: ¿Mamita? 
Brüssel: Cielito luego te explico. Clementina por favor acércame un vaso con agua. 
Lyra: Papito… no quiero tener dos hermanitos. 
Ismael: ¿Por qué no mi princesa? 
Lyra: Porque no. 
Ismael: Esa no es una respuesta. 
Brüssel: ¡Suficiente! 
Clementina: Aquí tiene el agua, señora. 
Brüssel: ¡Suegrita! Suegrita beba un poco de agua. 
Ismael: ¿Por qué las mujeres solo saben desmayarse? 
Brüssel: Ssshhh… guarda silencio que todo esto es culpa tuya. 
Lyra: No quiero tener dos hermanitos… no quiero… no quiero —Gritó corriendo a su habitación— 
Brüssel: ¿Ahora que haremos con la niña, Ismael? 
Ismael: Lo arreglaremos mi Brüssel. 
Brüssel: Há… ¿Lo arreglaremos? 
Sra. D’Angelo: Mia figlia! È vero che avrai due bambini? (¡Hija mía! ¿Es verdad que tendrás dos bebés?) 
Brüssel: È vero suocera. (Es verdad, suegra) 
Sra. D’Angelo: Santo Dio! Questa è la migliore notizia che potresti darmi, fliglia mia. Avrò nipoti gemelli! Avrò nipoti gemelli! (Dios santo! Esta es la mejor noticia que has podido darme hija mía. ¡Tendré nietos gemelos! ¡Tendré nietos gemelos!) Congratulazioni! —Expresó finalmente y ya bastante mejorada, con desbordante emoción, abrazándome con fuerzas— 
 




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