El Pintor De Bruselas

MAGNÍFICA OBSESIÓN

— ¿Señora Brüssel? 
— ¿Abogado? ¿Cómo va todo? 
— Lentamente encaminado… llamo para ponerla al tanto de algunas cosas. También para expresarle mi decisión con respecto a lo que usted me había propuesto. 
— Mmm… lo escucho entonces. 
— Primeramente quiero comentarle que ya se ha fijado una nueva audiencia indagatoria dónde Suzette Magyar prestará declaraciones, y con base en esas declaraciones, volverán al estrado Jeremy Hunter y Matthew Robinson. 
— ¡Entiendo! ¿Y, cuando será? 
— A finales de este mes. Octubre 29 para ser exacto. 
— No queda mucho… solo espero que esta vez ningún hecho interrumpa la audiencia indagatoria. 
— Espero lo mismo. 
— Y en cuanto a su decisión sobre mis intenciones. ¿Cuál es su respuesta? 
— ¡Señora Brüssel! El caso de su esposo de por sí ya se ha tornado bastante complicado. Tantas cuestiones detrás y tantas personas involucradas, muchas de ellas casi intocables, hacen que todo se vuelva aún mucho más complejo de lo que yo esperaba. Sin embargo considero que todo tiene que ver una cosa con la otra, y únicamente por esa razón aceptaré presentar su demanda contra el señor Gregor Holbein y contra la señora Magda Gypser. Sin las declaraciones de ambos, será muy difícil concluir este caso y conseguir que se haga justicia. Si ellos no declaran ante el juez, muy probablemente Bentley Thompson logrará escurrirse de la justicia por el caso de Ismael D’Angelo. A profundidad, desconozco las cuestiones por las cuales el CNI se basó en toda una estructura para capturarlo, pero nosotros contamos con nuestras propias pruebas relacionadas atentado mortal que sufría su esposo. Pruebas con las que no cuenta la otra parte y que nosotros podremos utilizarlas 
— Abogado Henckels… Nosotros contamos con pruebas que mi padre perdió. Pruebas muy contundentes que sin duda alguna las necesitará. 
— ¡Los documentos que guardó detrás de la pintura! 
— Así es… Luego de enterarme de que él pertenece al CNI comprendí por qué razón lo hizo. Mi padre guardó esos documentos para poder usarlos contra Bentley Thompson en algún momento, y ese momento ha llegado, únicamente que no se encuentran en su poder. 
— Sin esos documentos, no tendría pruebas irrefutables para entregar y acusar al Señor Bentley Thompson. ¿Qué es exactamente lo que usted tiene en mente señora Brüssel? 
— Primeramente presentar la demanda contra mi padre y contra Magda qué desde luego no les caerá nada bien. Estoy segura de que intentarán por todos los medios posibles no declarar por temor a qué toda la estructura que formaron durante años, se desmorone en segundos, entonces utilizaremos esos documentos a cambio de qué den su declaración. Si ellos dos declaran toda la verdad ante el juez Mertens, nosotros les entregamos aquellos documentos y todos saldremos ganando porque los culpables pagarán por todos sus crímenes. 
— Mhmm… suena como una muy buena estrategia. Creo que podremos hacerlo. 
— ¿Eso significa que acepta presentar la demanda? 
— Lo haré señora Brüssel, pues considero nuestra opción más viable. 
— ¡Me alegra mucho oírlo! Aguardaré muy atentamente de nuevo más noticias. 
— En la brevedad posible las tendrá. ¡Hasta pronto! 
— ¡Hasta pronto, abogado! 
En vista de que aún quedaban un par de semanas para la segunda audiencia indagatoria y teniendo en cuenta que Bentley Thompson aún permanecía en cuidados intensivos, la vida nos había otorgado un poco de paz, a excepción de los periodistas que no cesaban en sus especulaciones y en sus intentos por indagar sobre todo lo sucedido con respecto a la historia del caso de mi esposo, de su vinculación con el crimen de Orleana Greco, luego la repentina desaparición y posterior aparición de Bentley Thompson en circunstancias realmente extrañas que acabaron dejándolo en cuidados intensivos, y los incontables rumores que se generaban en torno a él en el ámbito de la justicia. 
— No puedo creer tanta persistencia. No podemos salir a la calle sin que esos periodistas nos asedien. 
— Olvida a esos periodistas, mi Brüssel y piensa que por un par de días no tendrás que soportarlos por qué no saldrás a la calle. 
— ¿Qué dices, amor? 
— Esta noche comenzaré a pintarte. 
— ¿Ah si? 
— Si… no me queda mucho tiempo y quiero tener mi pintura lista para el día de mis exposiciones. 
— Há… ¿Tú en verdad piensas exponerme ante tanta gente, y para variar, desnuda? 
— Es arte mi bella esposa. 
— ¿Arte? ¿De verdad? 
— De verdad. 
— Pues antes no decías lo mismo. Tú celabas mucho de todo lo que pintabas sobre mí. 
— Ya no. 
— ¿Por qué no? 
— Porque ya te tengo conmigo y eres mía. Antes eras solo cómo hermosos sueños en mi cabeza y un par de pinturas, mi Brüssel, y no quería compartir tu figura y tus imágenes con nadie. 
— ¡Ay, mi vida! ¡Te amo tanto bebé! —Exclamé con una repentina locura de amor, comiéndolo a besos— ¿Sabes que? 
— Mmm… Dime. 
— No protestaré absolutamente por nada… Tú podrás pintarme y hacerme todo lo que quieras amor. 
— ¿Hablas en serio? 
— ¡Muy en serio! 
Si bien no podíamos propasarnos con nada debido a que la obstetra nos había prohibido rotundamente por tiempo indefinido, tener sexo, existían mil maneras de amar con los placeres de la vida y mi esposo se las sabía todas y muy bien. 
Me bastaban sus besos más profundos para arder por dentro, al igual que esas manos que nunca quedaban quietas cuando me tenía entre sus brazos. Era suficiente para los dos, la paz absoluta de nuestra habitación dónde ignorábamos todos los problemas del mundo entero para amarnos con pasión. 
— Mio figlio! 
— Señora madre, por fin aparece. 
— È successo qualcosa? Brüssel sta bene? (¿Ha sucedido alguna cosa? ¿Brüssel está bien?) 
— Bene… Sintió hambre y le llevaré algo de comer. 
— Aspettami! Le preparerò un delizioso panino. (¡Espérame! Prepararé para ella un delicioso sándwich.) 
— ¡De acuerdo! Mientras prepara el sándwich le haré una propuesta. 
— Quale proposta? 
— Quiere ir a vivir con nosotros a Bruselas? 
— Che cosa? 
— Mi esposa y yo volveremos a Bruselas y usted señora madre podrá venir con nosotros si lo desea. 
— Torneranno a Bruxelles? Perché? (¿Volverán a Bruselas? ¿Por qué?) 
— Porque seremos más felices allá. 
— Non posso lasciare la mia casa. La casa dove io e tuo padre viviamo per tutta la vita. (No puedo dejar mi casa. La casa donde tu padre y yo vivimos toda la vida). Non posso... Non posso. 
— Madre… ¿Señora madre a dónde va? Señora madre… 
En lo que mi esposo iba a la cocina por algo de comer, yo aproveché la ocasión para indagar un poco sobre las últimas novedades en la web de la galería pues en las últimas semanas había estado muy desconectada de todas las actividades. Tenía entrevistas pendientes con artistas para próximos eventos de fin de año, de los cuales no pude hacerme cargo personalmente, y desconocía sobre la cronología de los días posteriores incluyendo la de las exposiciones de Ismael. 
— En verdad se agotaron todos los cupos disponibles para la exposición de Ismael —Me dije a mí misma mientras indagaba en la web— Solo espero que esas exposiciones de mi esposo no acaben en revuelos periodísticos mal intencionados. 
— ¿Hablas sola, mi Brüssel? —Irrumpió de regreso en la habitación— 
— Solo estaba leyendo un artículo de críticas en la sección de artes. 
— Mmm… Aquí tienes tu sándwich, mi hermosa. 
— ¡Gracias amor! Muero de hambre… 
— Si luego quieres más, pídeme y te preparo otro. 
— ¡De acuerdo! 
— Brüssel, creo que mi señora madre se molestó conmigo. 
— ¿Por qué? —Pregunté con la boca atascada— ¿Ismael qué fue lo que hiciste? 
— No hice nada malo… solo le dije a mi señora madre si quería ir a vivir con nosotros a Bruselas y se puso a decir, non posso, non posso. 
— Ay… cielo es que tú en verdad no aprendes a ser prudente. ¿Por qué hiciste eso? Yo te dije que no sería fácil convencer a tu madre para que abandone Venecia y por sobre todo aquella casa que tanto aprecia. 
— No podemos dejarla aquí sola. 
— Es verdad… no podemos dejarla aquí sola, pero tampoco podemos obligarla. Lo único que podemos hacer es intentar convencerla. No será fácil, amor porque toda su vida vivió aquí. Aquí conoció a tu padre y aquí se compraron la casita de sus sueños para ser muy felices. 
— Mmm… no quería hacerla sentir mal. 
— Yo lo sé… ya hablaremos con ella luego —Le dije acariciando su mejilla— 
El plan de mi esposo al caer la noche era únicamente ponerse a trabajar en su próxima obra, de ser necesario la madrugada entera sin embargo lo único cierto era que aún nos quedaba un largo día, por ejemplo con nuestra hija después de llegar de la escuela, luego intentar solucionar la imprudencia de Ismael cometida con su madre, posterior a eso acabar unos trabajos pendientes que me había enviado Valeria a través del email y por último, con suerte, sentarnos a la mesa para cenar en armonía. 
— ¿Suegrita, aún está molesta? 
— Non sono arrabbiato, Brüssel. Io sono molto triste. Ti trasferirai a Bruxelles? Perché? (Yo no estoy enojada, Brüssel. Estoy muy triste. ¿Ustedes van a mudarse a Bruselas? ¿Por qué?) 
— Eso aún no es algo certero. Ismael quiere volver a Bruselas desde que llegó a Venecia. No le gusta aquí. No se siente cómodo ni libre en este lugar. 
— Cosa stai dicendo, figlia mia? Ismael è sempre stato libero qui. Amava molto Venezia. (¿Qué estás diciendo hija mía?. Ismael siempre fue libre aquí. Él amaba mucho Venecia) 
— Sin duda, alguna vez fue así como usted dice, pero nada es como antes, suegrita. Ismael no es el mismo de antes y a mí me costó mucho entenderlo. Lo arrastré hasta aquí queriendo devolverle la vida que perdió, pero todo lo que conseguí fue hacerle daño. Nuestras vidas se convirtieron en un constante enredo aquí en Venecia y ni siquiera podemos salir tranquilos a la calle. Con tantas cosas que han sucedido a nuestro alrededor no podemos hallar la paz en este lugar y por esa razón nos hemos replanteado mudarnos a Bruselas definitivamente cuando acabe el juicio por el caso de Ismael. 
— Oh mio figlio! Quanti danni hanno fatto a mio figlio. (Oh hijo mío. Cuánto daño le han hecho a mi hijo) —Exclamó mi acongojada suegra a quién no pude más que abrazarla para intentar calmar un poco su tristeza— 
La anhelada noche finalmente llegó para mi esposo. En nuestra habitación todo estaba listo y ni bien abandonamos la de nuestra hija Lyra luego de acostarla y darle las buenas noches, nos dirigimos hasta la nuestra. 
Allí entre una moribunda penumbra comenzó una larga travesía de pinceles entregados a los delirios apasionados del Pintor de Bruselas. ¡Mi Pintor!. Travesía de siete incesantes noches que buscaron la perfección del arte entre el ligero descanso de los besos y la saciedad de los deseos. 
No fue mi primera vez, ya estuve atrapada entre sus manos y sus ojos alguna vez. En otras noches parecidas, fui la invasión de todos sus sentidos, la introducción y conclusión de una “magnífica obsesión”. 
GALERÍA L’ARTE DE AMARE 
Valeria: ¿Brüssel? 
Giacomo: Honey!!! 
Brüssel: Eeehhh… soy yo, no un fantasma. 
Giacomo: ¿Ya te sientes mejor? ¿El doctor ya te dio autorización de venir a trabajar? 
Brüssel: Me harté de estar encerrada en mi casa. 
Giacomo: Eso significa que aún no. 
Valeria: Y significa que el señor Ismael no sabe que estás aquí. 
Brüssel: Nunca me sentí tan utilizada por mi esposo como en estos últimos 7 días. O mejor dicho, siete noches, por lo tanto tengo derecho de tomar un poco de aire sin pedirle autorización. 
Giacomo: ¿Acabó entonces la pintura? ¿Pudiste verla Brüssel? 
Brüssel: La terminó, pero no la vi y tampoco quiero hacerlo. Sentiré tanta vergüenza cuando esa pintura ingrese en exposición. 
Giacomo: ¿Vergüenza porque, honey? Es arte y tú eres hermosa. My god!!! Acabo de imaginar lo exitosa que serán las exposiciones del Pintor de Bruselas. La noticia se expandió como pólvora por todo el continente y estamos muy presionados por gente que quedó sin cupos y desea que se extiendan los días de las exposiciones de sus obras. 
Brüssel: No sé si sea conveniente extender los días de exposiciones, Giaco. El abogado Henckels me llamó hoy para decirme qué ha presentado formalmente la demanda contra mi padre y contra Magda, y todo esto coincide con la paulatina recuperación de Bentley Thompson. Tengo mucho miedo de lo que vaya a suceder si ese hombre logra reponerse. 
Giacomo: Bentley Thompson se encuentra bajo custodia del CNI. 
Brüssel: Eso no me tranquiliza en absoluto cuando demostró incluso tener poder sobre altas autoridades policiales y tentáculos dentro del gobierno. Si Bentley Thompson llega a reponerse lo primero que hará será intentar desquitarse con Ismael del modo que sea. 
Giacomo: Brüssel, mejor ya no hablemos sobre esas cosas. No agregaremos nuevas fechas para las exposiciones de Ismael si eso te dejará tranquila. 
Brüssel: Sí, me dejará tranquila, pero solo un poco tranquila. ¡Bien! Ya que estoy aquí porque no me cuentan sobre las novedades referentes a las próximas actividades. 
Valeria: Para el próximo par de semanas solo contamos con dos actividades. Las exposiciones de Ismael y las de Beatrice Parisi. Ambos ya confirmaron la cantidad de obras a exponer y absolutamente todo se encuentra siendo organizado por nuestro equipo. 
Brüssel: ¡Me alegra oírlo! Las de Ismael son seis. ¿Cierto? 
Giacomo: Así es… 
Valeria: Son siete. 
Giacomo: ¿Cómo que son siete? Son seis pinturas por la que acaba de culminar. 
Valeria: En un principio fueron seis, pero cuando lo contacté para confirmar la lista, el señor Ismael me dijo que serían siete. 
Giacomo: ¿Qué sabes tú al respecto, Brüssel? ¿Qué pintura es la séptima que nosotros no conocemos? 
Brüssel: No tengo idea. 
Giacomo: ¿Te mencionó algo más, Valeria? 
Valeria: Nada relevante… únicamente que sería su obra maestra y que la presentáramos como tal en su momento. 
Brüssel: ¿Eso te dijo? 
Valeria: Tal cual. 
Giacomo: ¡Espera! ¿Ismael acaba de culminar una pintura relacionada con su esposa, pero no es esa la que considera su obra maestra? 
Brüssel: ¿Giaco, porque mi figura de gorda sería una obra maestra? 
Giacomo: ¿Será porque toda la vida tu esposo ha endiosado tu figura del modo que sea? Valeria acabas de dejarme intrigado. ¡Muy intrigado! 
 




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