La semana del curso aprendí nuevas técnicas de pintura, e incluso trabajamos con acuarelas. Yo no quería que el curso terminará por nada del mundo, a pesar de los momentos desagradables que pase con Elisa, que se afanaba en reconquistar a Francisco a como diera lugar y parecía leer mis emociones secretas. Ella se empeñaba en mostrar sus encantos y su mejor sonrisa tratando de traerlo de vuelta a su vida, después de haberlo tratado con desprecio y soberbia durante el año y medio en que duró la relación.
El curso llegó a su final, y al darme el diploma me sentí triste ante la posibilidad de que él se desinteresara de mi por completo, rompiendo mi corazón en mil pedazos. Aún recuerdo mi tristeza al recibir mi diploma de sus manos, él me sonrió y me dijo adivinando mis pensamientos:
—Alejandra más allá de las clases de pintura y tu gran deseo de ser una buena artista, quisiera si es posible, entablar una buena amistad contigo —, jamás olvidaré el brillo en sus ojos al decir esas palabras, me sentía correspondida demudando mi rostro triste en uno lleno de alegría:
—¡Por supuesto! —, le dije que estaría encantada. Francisco entonces me invitó el próximo viernes a una exposición de sus obras junto a las de su buen amigo José.
Jamás olvidaré la expresión de furia de Elisa y sus malas palabras, pues ella escuchó nuestra conversación. Ella me quería lejos de Francisco, pero él se negaba a abrir un nuevo capítulo de amor a su lado. Recuerdo haberle dirigido una mirada llena de triunfo que ella mal recibió con ojos centelleantes de desprecio y al final le tocó resignarse y quién sabe qué será de su vida en la actualidad…, ojalá haya sido muy feliz, la verdad, uno no debe guardar rencor…
Recuerdo que toda la semana me hice la dura aunque mi deseo era estar en su compañía, sin embargo, estuve enviándole varios mensajes de artículos relacionados al arte, le llamé unas cuantas veces así como le escribí preguntando por su bienestar personal, el de Adriana y el de su mamá que se llama Ana María. Por dentro me derretía de amor por él anhelando estar entre sus abrazos y recibir besos apasionados de sus hermosos labios que seguramente tenían el sabor a la gloria de Jesús.
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Editado: 01.02.2025