El plan perfecto.

Capítulo Dos

La idea.

****




 

—¿Estás hablando en serio?

—¿Por qué te mentiría?

Ha pasado una semana desde que el cerdo de Jaden me chantajeó con darle mi virginidad a cambio de no exponer mi "aventura" con Evan.

No le he dicho nada a Evan, no es como si él pudiera hacer algo para arreglarlo.

Ahora gracias a todo esto y que no tengo a nadie con quien desahogarme le conté todo, absolutamente todo a Charlotte. La muy idiota me dijo que ya lo sospechaba por las miradas que nos dábamos en clases, me aconsejó que disimuláramos un poco más.

Qué ofendida me sentí.

Lo bueno fue que no se lo tomó mal, pero ahora está súper enojada con Jaden cuando ella se muere por ese chico. Ella quiere hacerle una broma para que no se meta conmigo.

Le dije que eso era muy infantil y que no iba a funcionar, puede que nos salga el tiro por la culata.

Así que ahora estoy en misión imposible, me he vuelto una espía. He revisado todas sus redes sociales, blogs, páginas. Lo he seguido, me he quedado horas detrás de un arbusto en su casa espiándolo con binoculares. En fin, he hecho de todo para conseguir algo de él, algo que no quiere que nadie más sepa.

Tengo que atacar con algo. Pero de nada me ha servido cuando el idiota parece un zombie sin vida, hace lo mismo todos los días... a menos que ya se haya enterado que lo espío y solo busque burlarse de mí. Eso explicaría porque parece una película repetitiva todos los días.

—Es que cualquiera diría que te gusta el guapo Jaden —hace un baile de cejas viéndome con perversion.

Hago una mueca al imaginarme con Jaden. Asco.

—Es guapo sí, pero no me gusta.

—Eso dices ahora —replica.

—Puede, pero me vale, quiero descuartizarlo con mis propias manos. Se atrevió a chantajearme con mi flor.

Ella se ríe y yo la miro indignada.

—Aún no entiendo como la conservas si tienes los dedos más largos y flacos que he visto en mi vida.

Miro mis dedos, Dios, siempre fueron así de largos. Parecen esqueléticos.

—A mí me gustan.

—No digo que sean feos, digo que ellos podrían llegar hasta el punto G de los hombres si así lo desearas.

Enarco una ceja.

—No me masturbo seguido —aclaro importándome poco que alguien más nos escuche.

Estamos en una cafetería cerca de mi casa, son las ocho de la noche y aún no sé qué hacer con Jaden. Gracias al cielo él no me ha llamado, pero no dudo que en cualquier momento lo haga.

—Sucia —exclama casi atragantándose con su café.

Me río con ella tan fuerte que las pocas personas que se encuentran aquí nos ven como si fuéramos locas. Algunos ríen porque nuestras risas no son lo que se podría decir sutiles o delicadas.

Deja de reírse abruptamente dejándome sola haciendo que mi horrible risa se escuche mejor que antes, que vergüenza. Me detengo también al ver más caras de burlas, me he vuelto su payaso.

Miro mal a Charlotte por dejarme sola en la vergüenza, pero ella tiene su mirada perdida.

Frunzo el entrecejo y paso mi mano al frente de su cara para ver si sigue viva, la detiene con la suya bajándola hasta dejarla en la mesa mirándome con un brillo nuevo en los ojos.

—Tu cara da miedo ahora —le informo.

Rueda los ojos.

—Tengo una idea.

Abro los ojos sorprendida dejando todo atrás para solo escucharla a ella.

—Habla.

—Enamora a Jaden —dice.

Vuelvo a carcajearme esta vez mucho más fuerte. Me sostengo el estómago sin dejar de reír, veo su rostro serio y me detengo.

—¿Estás bromeando, cierto?

—¿Me ves cara de estar bromeando? —pregunta mirándome muy seria, casi me dan ganas de reír otra vez.

—¿Tú crees que Jaden se enamorará de mí? Por favor Charlotte aterriza, el hombre tiene novia, quizás no tengo la mejor moral pero no me metería con él y menos cuando estoy a punto de no tolerarlo.

—Tienes razón, suena descabellado —acepta finalmente—. Pero no imposible.

Oh Dios.

Me levanto de la mesa, esta conversación me está dando dolor de cabeza, o no sé si es por reír tanto. Dejo el dinero encima de la cuenta y camino saliendo del local con Charlotte pisándome los talones.

»Aurora espera. No te enojes conmigo, entiendo que no te guste la idea pero es buena.

No dejará el tema.

En un segundo estoy frente a ella y sus manos sostienen mis hombros fuertemente.

—Eres fuerte.

Me ignora y sigue.

—Míralo desde el lado positivo, enamoras al chico, lo dejas como un perrito babeando por ti. Al final no tendrás que darle nada porque él no querrá hacerte daño, no le dirá a nadie, o puedes mantenerlo así hasta que salgamos de aquí y a nadie le importe lo que hiciste porque ya no estarás más.

Por más que intente considerarlo no me motivo, de que puede funcionar no lo dudo. Pero también hay muchas cosas en contra que me pueden salir mal.

Como dije, Jaden no me cae bien, pero tampoco es que lo quiera enamorar para luego botarlo. Ahora, yo también podría enamorarme y no sé cómo terminaría eso, yo me iré del país y supongo que él también tiene sus planes.

También puede que yo me enamore y él no lo haga y luego termine con el corazón roto, sinceramente no es algo que quiera para este año.

—Lo pensaré —digo al final para zanjar el tema. No quiero que siga hablándome de eso, lo pensaré, lo haré, pero no estoy segura de ir en serio con ese "plan".

Tengo que analizar los pros y contras.

 

☀︎ ☀︎ ☀︎

 

Hoy me puse unos pantalones anchos y un saco con capucha para ir a la universidad. Mi padre y mis hermanos me miraron como si fuera un extraterrestre, pero no preguntaron, supongo que pensaron que era una etapa.



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En el texto hay: comedia, apuesta, romance

Editado: 27.07.2021

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