Sin ex no hay diversión.
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Aurora's Point of View:
Desde que tengo memoria sé que me encanta bailar, no lo hago como una profesional pero me defiendo con lo poco que sé.
La cita con Jaden fue increíble, el parque de diversiones, los chistes, la comida y ahora... esto.
Este club es impresionante, los hombres que están aquí solo me hacen pensar en lo desafortunadas que somos las mujeres porque ellos son tan hermosos.
De todas formas me llevé de maravilla con la mayoría en poco tiempo, ahora estoy enseñándoles unos pequeños pasos que le aprendí a la abuela hace unos años.
Ella lo hacía con elegancia y delicadeza, tenía su toque sutil y sensual, siempre que vamos a quedarnos las navidades con ella me enseña un nuevo paso. Para tener sesenta años su cuerpo aún se conserva, y su vitalidad también.
La cita con Jaden no ha sido lo más emocionante, este mes con él fue hermoso. Me apoyó incondicionalmente después de lo sucedido con ese hombre, me hizo reír y estar tranquila pese a que no dejaba —ni dejo— de pensar en ese día.
Me atormenta si lo pienso demasiado, todas las noches tengo la misma pesadilla en donde ese degenerado termina lo que empezó. Agradezco que mi padre y mis hermanos tengan el sueño tan profundo.
Sonrío a los chicos viendo como siguen mis pasos al pie de la letra, son excelentes.
Levanto ambos dedos pulgares y luego aplaudo como una niña cuando hacen el último paso sin equivocarse.
—Ustedes son unos dioses —lo digo en serio. Ellos ríen tomándoselo a broma, luego me abrazan en grupo.
Oh Dios, moriré con tantos torsos esculpidos al aire y ahora en mi rostro.
Los abrazo aprovechando para tocarlos y ellos ríen nuevamente.
—Eres una dulzura —ese es Marcus, es italiano, su acento es otro mundo.
—Marcus tiene razón, deberías unirte, así tendríamos muchas más visitas —ahora el que habla es Colton. Es el más joven de todos y tiene montones de pecas esparcidas en su rostro dándole un aspecto aniñado pero al mismo tiempo sexy.
La idea me emociona, pero ahora no puedo.
Ya casi llega septiembre y eso quiere decir exámenes finales.
Hago un puchero.
—Lo siento chicos, la universidad me retendrá por este mes, quizás en diciembre. Podría traerles a mi abuela para que les muestre todos sus pasos, ella es la maestra.
Asienten de acuerdo conmigo y seguimos charlando hasta que diviso a Jaden en una esquina del club con otro hombre hablando y riendo.
—Él es el dueño del club, dulzura, se llama Fred y ambos son buenos amigos —vaya, creí que Jaden me había traído por pura casualidad.
Me despido de ellos para ir donde él.
—Hola —saludo con cortesía en cuanto llego. El chico Fred me abraza tomándome desprevenida pero segundos, después le correspondo.
—Encantado de conocerte, Fred Raud —estrecho su mano.
—Aurora Smith.
—Perkins —completa Jaden haciendo referencia a las veces que papá me regaña y dice mi nombre completo.
Río pegándole un codazo bajo la curiosa mirada de Fred.
—Así que ya conocías este lugar ¿eh? —lo miro divertida, levantando mi ceja.
Asiente avergonzado y Fred se burla.
—De hecho la historia de cómo acabó aquí está muy divertida.
—¡La quiero escuchar! —salto con alegría.
—¡Por el infierno que no! —brama Jaden. Hago un puchero pero este lo ignora.
—Fue hace dos años...
—¡Fred no!
—¡Fred sí!
—¡Déjenme hablar! —vocifera.
—¡Claro que no! —repite Jaden fingiendo enojo.
Una hora después estoy riendo a moco tendido con Fred. No puedo creer lo idiotas que son los amigos de Jaden —incluyéndolo a él—, para resumir George hizo una reservación a un "club de baile de mujeres exóticas" lástima que así se hacen llamar en este club y él no vio bien las imágenes y descripciones. Compró las entradas y al llegar se llevaron una tremenda sorpresa cuando a esas mujeres les había salido músculo.
Al final se quedaron y hablaron con Fred de tonterías.
—Bueno ya que escuchaste mi vergonzosa historia debemos irnos.
No me quiero ir, me la estoy pasando genial.
Suspiro resignada porque sé que ya es tarde. Me despido de Fred y los demás chicos asegurándoles que vendré a visitarlos.
Cuando llegamos a su auto me giro hacia él.
—Gracias por esta maravillosa cita oficial, Jaden.
No le digo que es la primera que tengo, he salido con otros chicos pero jamás he tenido citas, esta supero mis expectativas y dudo que alguien pueda superarla.
La sonrisa que me da es lo único que le hacía falta para ser memorable.
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No puedo creer que solo falten cuatro meses para que acabe el año por completo y con eso mi carrera.
¡Por fin!
Creí que jamás pasaría, pero aquí estoy. A punto de tener mi primer examen y es de inglés. Repasé toda la mañana y lo que quedó de la noche cuando Jaden me dejó en casa, eso quiere decir que no he pegado el ojo un solo minuto.
Necesito cafeína o caeré rendida en estas sillas tan malditamente cómodas.
El maestro se ha demorado tres minutos que llevo contando como una obsesiva, joder, tengo miedo de que en la prueba todo se me olvide, que todo se esfume como por arte de magia.
Necesito que llegue ya.
Como si de magia se tratara el maestro Stan se abre paso dentro del salón pidiendo disculpas por la demora, ordenándonos que guardemos todo y solo tengamos fuera nuestros lápices y borradores.
Lo hago con rapidez mientras él se apura entregando las pruebas para que comencemos.
Aquí voy.
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Dos horas después salgo del aula nerviosa, pero con el presentimiento de que me fue bien. Estudié toda la noche y gracias al cielo cuando vi las preguntas cada una de ellas las recordaba.