Verdades a medias.
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Aurora's Point of View:
—No puedo creer que todo eso pasó a nuestras espaldas, eres mala —ya le conté a Charlie lo que sucedió cuando Jaden y yo desaparecimos de la fiesta.
—No es para tanto —le resto importancia mientras sigo copiando lo que está en el tablero.
Ella suelta un gritito que llama la atención de algunos compañeros y de la misma profesora que ahora nos observa con hostilidad. Susurro un bajo lo siento y luego me vuelvo hacia Charlie para que deje de gritar.
—Es que no puedes soltarme una bomba y luego decirme que no es para tanto —engrandece sus ojos—. Aurora, dime la verdad ¿te gusta Jaden?
Frunzo mi ceño negando sin dudar, es muy rápido para que Jaden me guste, puede que el chico me agrade y llevemos casi dos meses de conocernos, pero no me gusta... ¿o quizás sí? Bueno, puede que sólo sea atracción, él me ha ayudado en estos días y gracias a eso lo he ido conociendo mejor.
Por lo menos ahora sé que no es ese horripilante arrogante que muestra con muchas agallas delante de toda la universidad.
Charlie enarca una ceja sin creerme.
—Puede que me atraiga un poco, pero sólo hasta ahí —admito, miro el tablero de nuevo pero ya terminé de copiar, ahora la profesora está dando las fechas del último examen. Debo prepararme muy bien, algebra, química, literatura e inglés son las materias con los exámenes más importantes para nuestro promedio.
Ya hice el de inglés, sólo me quedan tres, eso sin contar las demás materias.
Finalmente el timbre suena, recojo mis cosas y en la puerta me encuentro con Jaden quien me guiña un ojo antes de entrar con sus amigos. Visualizo a Amara entrando también a esta clase, no sin antes darme una mirada de muerte.
Un escalofrío pequeño me recorre.
Jaden es popular, siempre lo ha sido por ser el único capitán del equipo de la universidad que desertó de este porque no estaba de acuerdo con las reglas impuestas por el entrenador. Muchos lo dejaron también después de que él lo hizo, y hasta ahora el entrenador Barty no ha podido conseguir un equipo tan bueno como el último.
Cuando Jaden y yo apenas nos inmutábamos por la existencia del otro no voy a negar que muchas veces escuché en los vestidores de las chicas como hablaban de lo enamorado que estaba él de Amara y que dudaban que la fuera a dejar. Algunas lloraban de rabia y otras preparaban planes para hacer que Jaden la engañara y ella finalmente rompiera con él.
Admito que muchas de esas veces me quedé a escucharlas para entretenerme, por Dios, soy una chismosa de primera, sólo me faltaban unas palomitas para adentrarme al drama.
Después de que ellos "terminaron" o "lo dejaron" —cosa que no sé por qué sucedió ya que eso sí no lo hablaba nadie—, mi curiosidad por su relación terminó. Eso sí, hasta que el muy idiota llegó a mi casa para chantajearme, trayéndonos aquí.
Pero ahora me pregunto ¿qué fue lo qué pasó con ellos? ¿Jaden de verdad la amó? ¿Ella lo engañó?
No sé ni siquiera por qué estoy preguntándome esto, no debería pensar en eso. Pero la curiosidad es más grande que mi racionalidad.
Así que solo voy a mi siguiente clase con la determinación de que hoy le voy a preguntar y tendré que sacar algo, así sea lo más pequeño.
No debo meterme en cosas que no me incumben ni me importan, sólo por eso no voy a hostigarlo, pero sí le preguntaré. Por su puesto, discretamente.
—Conejita, no pensé encontrarte aquí, no eres mucho de venir a la cafetería —tiene razón, odio venir aquí en los minutos de receso pero hoy tengo una misión.
Le sonrío dulcemente para después coger su muñeca y guiarlo conmigo a la mesa más alejada de todos.
»Si me querías solo para ti lo único que necesitabas era decirlo, conejita.
Lo ignoro hasta que llegamos, agarro sus hombros y lo empujo hacia abajo para que se siente y luego yo me siento a su lado.
Su expresión es de confusión, recorro toda la cafetería hasta encontrarme con la mirada penetrante de Amara, le sonrío con inocencia, y para probar mi punto me acerco a Jaden recostando mi cabeza en su pecho.
»Conejita... ¿qué haces?
Su voz suena ronca, su pecho sube y baja con normalidad pero sus latidos están un poco acelerados, casi tanto como los míos.
Amara nos sigue viendo pero están vez puedo notar como aferra con fuerza su bebida casi hasta el punto de derramarla. Sus amigas se preocupan por ella y las veo preguntarle cosas.
Mi vena malvada se enciende, por alguna razón me encanta verla así. Amara siempre se ha mostrado hostil pero nunca se ha atrevido a fastidiarme, así que yo tampoco he tenido porque hacerlo.
Pero ahora... mmm... ahora quizás recuerde lo que me dijo hace unas semanas cuando Jaden y yo apenas estábamos interactuando.
—¿Quieres que bese tu cuello? —susurro sobre su pecho sintiendo como se estremece y como ahora sí su respiración se acelera.
No lo estoy utilizando, no lo hago. Porque Jaden me atrae, así mato dos pájaros de un tiro.
—¿Qué...?
No lo dejo terminar, sin la menor vergüenza me siento sobre sus piernas, al fin y al cabo todos creen que ambos estamos saliendo.
Envuelvo mi brazo izquierdo alrededor de su cuello y acaricio su mejilla con mi mano derecha. Sus ojos me miran desorbitados, confundidos, excitados...
Muerdo mi labio inferior y le susurro al oído.
—Dije que nada de besos en los labios, pero nunca prohibí otros lugares —espero que lo malinterprete porque esa era la intención.
Sonrío al escucharlo jadear, con mis dedos agarro su quijada levantando su cabeza para darme acceso a su pálido y suave cuello. Dios mío, hasta ahora Jaden es el único al que le voy a hacer esto, espero que le guste.