El plan perfecto.

Capítulo Doce


La casa embrujada.

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Espero que estén listos y hayan traído todo lo que necesitan para este día. Hace años que no hacíamos excursiones así —la profesora Rachel parece mucho más emocionada que todos nosotros. Sus ojos brillan como si fuera una niña, y cuando camina da pequeños saltos.

Sonrío al verla porque a pesar de que tiene casi cuarenta años no evita que se vea totalmente adorable.

Jaden me da un codazo provocando que le envíe una mala mirada a lo que él ríe mostrando sus peculiares hoyuelos que ahora noto con más frecuencia.

—Estabas viendo mucho a la maestra Rachel, dime la verdad ¿Estás enamorada? —susurra con falsa cautela y expectación. Esta vez soy yo la que le da un codazo, pero en el estómago haciendo que su cuerpo se doble y suelte un alarido de dolor.

—No digas tonterías.

Cuando se recupera noto que aún sostiene la sonrisa divertida.

—Oh vamos, no me digas que te asusta enamorarte de una chica.

Sonrío con gracia porque eso no es lo que me molesta.

—Nop —contesto como una niña—, de hecho no me importaría enamorarme de una chica, pero en este caso que sea de mi edad y para variar que no sea mi maestra.

Su rostro es un poema, casi quiero tirarme al suelo para poder reír con fuerza pero en cambio río guiñándole un ojo.

Volteo a ver a Charlie en la mesa de la izquierda, tiene su celular en la mano y parece estar leyendo algo que le gusta porque hay una sonrisa marcada en su rostro.

Vuelvo a ver a Jaden que aún sigue en las nubes, le llamo la atención con mi mano y cuando la obtengo le señalo con disimulo hacia Charlie.

Él enseguida se da cuenta de mi intención y comienza a hablar fuerte para que todo el salón escuche.

—No puedo creer que Charlie esté saliendo con un hombre que podría ser su abuelo —el salón queda en un envidiable silencio y puedo sentir las miradas de todos sobre nosotros, además de una que parece más insistente; Charlie. Reprimo una sonrisa y me pongo seria.

—Sí, pero habla despacio, se suponía que nadie más podía saber —en la universidad nadie sabe que Charlie tiene novio, no es que ellos estén pendientes de todo lo que hace, pero esta universidad está tan plagada de chismosos —me incluyo— que es imposible no saber nada de nadie, por lo menos lo más relevante.

Ella es una suertuda porque Will va a otra universidad.

Cuando estoy apunto de hablar otra vez siento un peso en mi espalda y en segundos estoy en el suelo con Charlotte a horcajadas sobre mí mirándome con cólera. Formo una pequeña sonrisa de disculpa con mis labios sin sentirlo realmente, cosa que ella sabe porque sus manos toman mis muñecas para ponerlas sobre mi cabeza.

—¿Qué se supone que haces? —capto a Jaden detrás en su puesto partiéndose de la risa al igual que muchos de los que están aquí. Espero que la profesora no le dé por entrar en este momento.

—Lo siento, no debí decirle, pero este secreto me estaba picando la lengua...

—¡Aurora! —oh Dios, Charlie ahora sí parece enojada. Mira hacia los lados y encuentra los ojos de todo el aula sobre nosotras, algunos riéndose o mirándola con picardía. Vuelve sus ojos coléricos a mí, pero de repente sonríe con malicia asustándome.

Se acerca a mi rostro lentamente hasta que quedamos cara a cara, sus labios a unos pocos centímetros de los míos. Vuelvo a mirar a Jaden y su sonrisa ha sido sustituida por la completa incredulidad y ojos oscurecidos.

Miro todo el aula y me doy cuenta que la mayoría de los chicos nos miran exactamente igual que Jaden, algunas chicas sonríen expectantes y otras nos ven con ligero desagrado.

Los labios de Charlie se desvían de los míos para bajar su rostro rozando mi oreja. Escucho su respiración acompasada estremeciéndome, podría decir que estoy nerviosa pero ya entendí a lo que quiere llegar. No por nada somos mejores amigas.

Sonrío, Charlie estaba punto de hablar pero una voz hace que ambas quedemos heladas en nuestros lugares.

—¿Qué está sucediendo aquí? —mierda.

Nuestras cabezas giran en dirección a la voz imponente, el señor Hastings nos está viendo con sus cejas enarcadas exigiendo una explicación.

—Verá... señor Hastings, llevaba casi dos años sin poder decir lo que sentía, pero este día —miro a Charlie quien me pide con los ojos que no diga la estupidez que estoy por decir, la ignoro—. Este día me siento con la suficiente valentía como para decir a todo pulmón que...

—¡Que está emocionada de poder ir por primera vez a una excursión son Jaden! —el grito de Charlie lo sobresalta. Me rio por la mirada severa que nos envía Hastings, y por el suspiro que suelta Charlie.

Hastings suspira como si estuviera resignado a que unos adultos como nosotros estemos actuando como niños.

—Como sea señorita Badlands, pero le voy a pedir que por favor deje que su compañera se levante del suelo —señala hacia mi cuerpo que aún sigue debajo del suyo, las mejillas de mi amiga se sonrojan avergonzada y se levanta de una manera torpe.

Jaden está aguantado una fuerte carcajada, los demás nos comenzaron a ignorar en cuanto Hastings entró al salón.

Me levanto quedando junto a Charlie quien se muestra avergonzada.

Hastings cierra sus ojos pronunciando unas palabras que son incomprensibles y luego los abre mirándonos.

»La señora Rachel los está esperando en el autobús, queríamos cerciorarnos de que todo estuviera listo. Ahora les pido que tomen sus cosas y vayan al primer bus aparcado frente a la escuela.

Finaliza saliendo del aula, los demás hacen lo mismo, me acerco a mi puesto donde sigue Jaden pero ahora tiene su maletín en la espalda.

Se ve adorable, como un niñito.

Cojo mi mochila que para variar es pequeña ya que no traigo tantas cosas, sólo lo esencial.



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En el texto hay: comedia, apuesta, romance

Editado: 27.07.2021

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