El plan perfecto.

Capítulo Dieciocho

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Te voy a enseñar cómo moverte para esa chica.

****

 

Aurora's Point of View:



 

¿Hola?

—Buenas tardes ¿con la señorita Aurora Smith?

Frunzo el ceño y reviso la llamada para ver de quién se trata, sin embargo sólo aparece un número de teléfono.

—Soy yo ¿necesita algo? —pregunto extrañada y con la boca llena de pan. Estoy acechando la cocina para ver si hay algo comestible además del pan que compra todas las mañanas Dean.

—Soy Carly Rose de la compañía William's Clothes —casi me atraganto con el pan en cuanto escuché de dónde me estaban llamando.

No podía creer el descaro de esas personas para contactarme después de lo sucedido. Claramente levanté cargos en contra de ese cabrón después de haberlo pensado mucho, no iba a dejar que estuviera allí metido como un rey.

Estaba a punto de colgar pero al parecer la mujer al otro lado de la línea intuyó mis intenciones por lo que volvió a hablar.

»Antes de que cuelgue necesito que me escuche señorita Aurora.

Tenía demasiadas ganas de gritarle que no y que se fuera al carajo pero, vale, ella no tenía la culpa de lo que había pasado y no podía desquitar mi rabia hacia ella.

Por lo que me fui por la mejor opción.

—Tiene cinco minutos —y no estaba mintiendo. Lo primero que hice fue mirar el reloj que estaba en el centro de la pared de la sala, en cinco minutos exactos colgaría.

—Quería decirle que sentía lo que sucedió con ese hombre. Sé que esto no recompensa lo sucedido, pero la jefa desea verla y pedirle disculpas en persona. Ese hombre gracias al cielo ya está en la cárcel y créame que pagará muchos años gracias a que usted le dio las fuerzas a las demás chicas para denunciarlo y así alargar su condena. Por favor, acepte nuestra petición, después de hablar con la jefa usted puede elegir lo que desee, si quiere quedarse o irse, respetaremos su decisión.

¿La jefa?

Creí que ese hombre era el jefe, tal parece que esa mujer no sabe a quién estaba contratando. Me parece sorprendente una falta tan grande para una empresa de ese calibre.

Pero admito que esta chica sabe cómo convencer, además aún necesito un trabajo, y siendo sincera no encontraré un mejor puesto con un sueldo tan bueno como el que están ofreciendo allí.

Eso sí, esta vez pondré unas condiciones, no serán nada del otro mundo. Sólo no quiero volver a chocarme con hombres como ese.

—Lo haré —un suspiro de alivio se escuchó del otro lado, cosa que me hizo sonreír y volver a comer mi pan con tranquilidad. Estaba muy seco—. ¿Dígame cuándo puedo ir?

—Eh... eh.... lo siento..., no esperaba que aceptara —volví a sonreír. Sí, esa debería haber sido mi respuesta pero ¿qué se le hace? No puedo depender toda la vida de mi padre—. Si gusta y no tiene inconvenientes puede venir el lunes a primera hora ¿qué le parece?

—Está bien para mí.

—Vale, muchas gracias por su tiempo y que tenga buena tarde —le deseé lo mismo y colgué.

Miré por última vez la hora en mi celular y después lo solté encima de la mesa.

Todavía tengo pesadillas con el novio de Barbara y ahora con ese hombre.

Me siento muy insegura cuando voy por la calle, a mí nunca me había sucedido algo así. Que haya pasado tan de repente me asustó como nunca.

Ahora, el que no se pondrá feliz con esa noticia será mi padre.

Les conté, claramente lo pensé muy bien, pero sabía que esta vez no podría guardármelo, no cuando los tenía a ellos para apoyarme.

Papá no dudó en acompañarme a declarar al igual que mis hermanos, esos tres casi se le van encima al cabrón pero fueron detenidos por la policía ya que nos encontrábamos en un juzgado.

¿Cómo se les ocurría?

Aunque admito que yo seguía teniendo mis ganas de golpearle las bolas una vez más.

El que aún no sabe muy bien las cosas es Jaden.

No quiero preocuparlo con mis problemas, ahora tiene un trabajo y nos hemos visto poco por eso. Ha estado muy ocupado y la verdad estoy feliz por él, se nota que le gusta trabajar con su mamá.

No hemos hablado desde el día del ensayo que por cierto nos fue muy bien.

Charlie estuvo como loca por los días que estuve incomunicada pero en cuanto le conté la razón casi explota de la rabia para después romper en llanto tratando de consolarme. Fue muy tierno de ver.

Y ahora mismo estoy en la casa, sola y aburrida.

Casi no veo a mis hermanos y mi papá tiene más trabajo que de costumbre.

La propia Charlie tiene un trabajo de medio tiempo en un restaurante.

Era la única desempleada, ojalá sí acepten mis condiciones.

Cansada de pensar en eso me fui a la sala y me tiré al sofá, tomé el control remoto y encendí la tv para mirar un poco.
 

******

 

Mierda ¿qué es ese ruido?

—Ah...

Tragué al sentir mi garganta seca y me giré buscando una mejor posición en el incómodo sofá.

Mi cuerpo se sentía demasiado cansado y mi celular no dejaba de sonar. Nadie es especialmente feliz cuando lo despiertan de su siesta.

Iba a ignorarlo sin embargo éste no dejó de sonar provocando que mis ganas por estrellarlo incrementaran.

Me senté con brusquedad en el sofá y contesté antes de que perdiera por completo la paciencia.

—¿Qué?

—Uyy ¿acabé de despertarte? De verdad que no haces nada —gruñí al reconocer la voz de Jaden. Admitía que muy en el fondo me alegraba escucharlo pero seguía con rabia por haberme despertado.

—Es mejor que me digas qué necesitas.

—Ush, bien... Requiero de tus expertos pasos en el baile.



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En el texto hay: comedia, apuesta, romance

Editado: 27.07.2021

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