Quisiera besarte.
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—Vámonos Aurora —estaba frente a la salida cuando escuché la voz de papá, casi no había nadie en las instalaciones.
Al final mi papá estuvo casi todo el día completo, tanto así que ya habían terminado las clases y él seguía en la oficina del director.
Decidí esperarlo porque sería una tontería irme sola, Charlie me invitó a una fiesta para que conociera mejor a su novia, no me negué.
Papá caminó a paso rápido hacia el auto, cuando los dos estábamos dentro él se quedó quieto por tantos segundos haciendo que me asustara un poco.
—¿Sucedió algo allá adentro? —no tenía ganas de volver a la misma conversación, pero su rostro me daba mucha curiosidad.
James giró su cabeza hacia mí, parecía asombrado.
—¿Ya no hablas con Jaden?
¿Eh?
¿Por qué pregunta eso?
—No, hace mucho que no estamos juntos —me recuesto contra el respaldar del carro y estiro mis brazos—. De hecho nunca lo estuvimos, todo fue por una apuesta.
—¡¿Qué?! —sus ojos se abren desmesuradamente, y luego su expresión es de completa rabia.
Me río un poco.
—Tranquilo papá, no fue una apuesta contra mí, ambos estábamos en eso.
—¿Por qué?
—Es una larga historia, me da pereza contarte ahora —bostezo mostrándole mi punto.
Papá toca su cabeza, cierra sus ojos y suspira.
—Joder, ¿qué haré contigo Aurora? Estos últimos meses me has salido con más sorpresas que tus hermanos en veinticinco años.
—No exageres.
—¿No estarás ocultando algo más? ¿Quizás hay un cadáver en nuestro patio?
Frunzo el ceño y lo miro con aburrimiento.
—Como dije antes, no exageres. Mejor vámonos, tengo sueñito —vuelvo a bostezar.
—Ya te había dicho que Rosaline y yo éramos mejores amigo ¿no?
Con mis ojos cerrados asentí.
—Sí, creo que ya lo habías hecho.
—Cuando los dos nos conocimos creímos habernos enamorado.
¿Uh?
Eso me interesa.
Abro mis ojos fijándolos en él, James está viendo al frente y tiene una sonrisa nostálgica en sus labios.
Niega con su cabeza riendo.
»No fue así, nos dimos cuenta que nuestro amor era más fraternal que otra cosa.
—¿Hace cuánto se conocen? —intervengo.
—Desde que tengo quince y ella trece.
¡Wow!
Me atraganté con mi propia baba y papá tuvo que darme unas palmadas en la espalda.
»¿Tanto te sorprende?
Asiento repetidas veces intentando respirar.
—S...sí —joder—. ¿Entonces por qué no sabías nada de Jaden? —era algo que hace mucho quería saber.
Si son mejores amigos desde prácticamente siempre, ¿cómo es posible que él no sepa de Jaden?
—Ella nunca me habló de él.
—¿Qué? —estaba confundida—. Si son amigos era claro que te ibas a dar cuenta así ella no dijera nada.
James suspira.
—Ambos tomamos nuestros caminos después de la secundaria, no volví a verla, pero eso no quería decir que la había olvidado. Pocos años después nos reencontramos y hablamos un poco, ella se veía decaída, muy triste, así que preferí no intervenir en lo personal, por lo que nunca hablamos de si hizo una familia o algo. En el trabajo tampoco hablamos de eso, ella jamás me habló de Jaden y yo nunca lo vi, por lo que no sabía de él hasta que lo llevaste a la casa.
»Luego de eso me sorprendí mucho, le pregunté y ella se sinceró conmigo. Me contó lo que había pasado con su esposo y porqué había ocultado todo eso, no la juzgué, me parecía lo más prudente. Eso no quiere decir que no la quiera, a pesar de las circunstancias siempre fuimos amigos, eso es algo que nunca va a cambiar.
Estoy sorprendida por lo que está diciendo, ¿cómo es posible que alguien se oculte así de bien? Dejé de pensar en eso y sonreí con ternura. La amistad de ellos era fuerte a pesar de los años y los problemas.
Me pareció bonito conocer a alguien que mi papá ama con su corazón y aprecia. Hace mucho que no ha tenido parejas o alguien que lo vuelva loco, a veces siento que está muy solo en ese ámbito.
—Pero ella sí sabe de mí —dije, recordando.
James sonrió con más fuerza.
—Pues claro, era imposible que me reencontrara con mi hermana y no le hablara de mis tres preciosuras, ella sabe de los tres. Y se reía bastante con lo que le contaba de todos.
James desde tiempos inmemorables avergonzándonos.
»De hecho tus hermanos ya la conocen. Debería preparar un día para que salgamos los seis.
Un momento.
¿Los seis?
—¿También Jaden? —cuestioné.
—Pues claro, ¿cómo la voy a invitar sin su hijo? Te pido que dejes tus diferencias a un lado ese día, disfruta. Luego tendré una larga charla con ese muchacho.
—Asústalo mucho —sonreí con maldad.
James asintió.
—Esa es la idea.
Ambos reímos, él encendió el auto y lo puso en marcha finalmente.
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—¡Vamos a romper la jodida pista! —el grito de Braden resuena en mis oídos a pesar de la música alta.
Como es obvio, Charlie nos trajo a un bar el cual está rebosante de personas sudorosas bailando en la pista y tomando por cualquier rincón.
Gema, la bonita pelirroja que Jaden utilizó para darme celos, tenía las mejillas rojas cada vez que Charlie se acercaba a su oreja y le susurraba quién sabe qué.
Me di cuenta que en realidad es muy tímida —extraño debido a su actitud la otra vez—. Pero no parece estar fingiendo, de hecho me resulta muy tierna, mucho más cuando se disculpó por su anterior actitud esa noche.
La entendí, Jaden fue un maldito.
Así que ahora sólo nos dedicamos a disfrutar de esta fresca noche, compramos pocas cervezas aunque Charlie se comprometió a no beber ya que ella era la que manejaba esta noche. Además quería mostrarse respetuosa con su chica.