El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 6: El Trato Con El Dueño De La Gran Biblioteca

Universo: Desconocido

Ubicación: Gran templo Sagrado

Año: 2000 A.C.

 

Mientras que el evento de Satanás se sigue festejando grandemente, en el Gran Templo Sagrado, ubicado en un universo desconocido por el momento, se encuentra Yahvé y la deidad única.

Están parados en medio de una gran base circular, en donde cinco grandes esferas que representan algunos planetas se mueven alrededor de ellos de forma continua. El edificio es de color dorado por el momento, mientras que el piso está forrado de madera de cedro de color café oscuro; las paredes y pilares que sostienen el techo están bañadas de oro resplandeciente. Un edificio que aparentemente vale millones de dólares.

Un hombre se acerca con seriedad, siendo seguido por dos mujeres.

—Saludos, diosa Sayoko (**) y diosa Kirika (**). Mi hijo y yo hemos venido a hablar con usted, creador supremo definitivo del Norte: Tsubaki. Tenemos el tema pendiente de la gran biblioteca espacio-tiempo —comenta Yahvé, una vez que los tres nuevos personajes se detienen frente a él.

—Solo puedo permitir que la gran biblioteca espacio-tiempo sea administrada por algunos dioses —informa Tsubaki, añadiendo—. El edificio es completamente mío y de nadie más.

—Eso lo sabemos, simplemente quisiéramos que nos dé el permiso para poder entrar y salir continuamente, además de que el conocimiento que posee dicha biblioteca sea compartido hacia todos los universos. Sus dioses Hastur y Azathot serán los encargados de dicho edificio tal como a usted le mencionamos antes; bueno, considerando que mi hijo Chronos les está ayudando muy seguido. Mi hijo cederá su puesto de centinela del tiempo-espacio dentro de varios milenios más adelante; una nueva diosa tomará su lugar —dice Yahvé; por su parte, la deidad bicolor mueve su cabeza de forma afirmativa.

—Por mí no hay problema, ya que la gran biblioteca espacio-tiempo está ligada a este lugar. Podrán poner los encargados que quieran en mi biblioteca para que administren todo el contenido; pero los detalles que surjan en la gran biblioteca, yo los voy a llevar a cabo o a resolver —anuncia Tsubaki, añadiendo—. Si yo quiero añadir una nueva habitación, la voy a añadir. A mí nadie me dice que hacer con mi edificio. Solo hice la excepción con un familiar, y eso solo le permití agregar una sola habitación; solo una. La diosa Sayoko es la encargada del gran templo sagrado. Solamente les voy a decir que absolutamente ningún dios tiene permitido poner un pie en este edificio —avisa Tsubaki al tanto que dirige su vista hacia arriba; Sayoko y Kirika observan a ambos dioses presentes con seriedad.

—No vamos a hacer nada en la gran biblioteca espacio tiempo; simplemente cuidaremos la habitación de las almas que añadió el ser creador supremo definitivo del Sur. Mi hijo seguirá supervisando a los dioses Hastur y Azathot con respecto a sus labores; en el futuro, esa nueva diosa administrará mejor su edificio con la ayuda de Chronos, pero nadie intervendrá en su construcción o modificación. Usted puede hacer lo que quiera con su edificio en el momento que quiera. Ese sería el trato entonces —expresa Yahvé tranquilamente, Tsubaki afirma con su cabeza.

Sin nada más por agregar o refutar, padre e hijo se retiran del lugar.

—La gran biblioteca, padre; entonces… —comenta en voz baja la deidad Chronos/Caelis, pero Yahvé lo interrumpe.

—Solamente los encargados de dicha biblioteca van a administrar el contenido, no pueden hacer modificaciones al edificio ni mucho menos eliminar contenido; solamente trabajarán como si fueran unos simples bibliotecarios, que en este caso son tus hijos Azathot y Hastur. Algo que nos vamos a ir acostumbrando conforme avance el tiempo; además, sabemos que el gran templo sagrado es el encargado de administrar a la gran biblioteca espacio tiempo en todo momento. Milagrosamente nos ha dado permiso de poder usar la gran biblioteca espacio tiempo —informa Yahvé.

—Pero padre, el ser creador supremo definitivo del Norte se veía un poco molesto.

—No te preocupes, sé que él está enfocado ahora con lo del torneo de Satanás, ya que está esperando algo en especial y no tiene nada que ver con lo de su edificio. Simplemente respetemos sus normas y asunto arreglado —anuncia Yahvé, invocando un portal lejos de ese sitio.

—Espero nunca más tener que volver a este edificio —desea la deidad única y suprema, aunque Yahvé niega con su cabeza seriamente (***).

Al final de ese comentario, padre e hijo desaparecen del lugar.

 

Nota y texto de referencia:

(**): La Diosa Sayoko y la Diosa Kirika se dan a conocer en mi novela: El Desterrado y El Medallón de Melraim.

(***): El Universo Prohibido: Tu Destino no lo puedes cambiar, Capítulo 10: Violación De Trato.




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