Todos los demonios que están presentes en las gradas observan a Ginjo completamente asombrados; algunos comienzan a enojarse y otros prefieren escapar apresuradamente, siendo los más listos de la multitud.
Satanás invoca un portal y desaparece del lugar, despertando sospechas en Ginjo y los generales. Normalmente él se quedaría.
Dejando a su majestad retirarse, Lucifer y varios generales avanzan contra los espectadores y algunos participantes cercanos, empezando por asesinarlos.
Un demonio mayor se acerca contra Bolt-Ra, pero es asesinado de forma brutal, usando solamente su cola.
—¡Apúrense todos! —grita Paythius Imperatore.
Algunos demonios han escuchado ese grito, pero deciden no prestarle atención, hasta que el mismo payaso se acerca con Bolt-Ra para ayudarle a defenderse. El dracónido se percata que su amigo está cumpliendo con su promesa. Se está ganando su respeto. Bolt-Ra invoca un hechizo de fuego para proteger a su nuevo compañero mientras que se defienden de varios atacantes.
El mismo ser dracónico lanza un fuerte puñetazo contra Lucifer, enviándolo a volar e impactando contra el camarote de Satanás.
—¡Madre mía! ¡Lograste herir a uno de los más importantes! —grita Paythius, al tanto que esquiva el ataque de una espada a gran velocidad, contraatacando con un golpe de su mano derecha hacia el cuello del enemigo. Ese demonio cae muerto al segundo siguiente.
Desde lejos, Ginjo se da cuenta que Paythius Imperatore representa también una fuerte amenaza.
«Él dijo que quiere capturarlo, pero lo está apoyando», medita Ginjo.
Todos los demonios mayores optan por enfocarse contra otros insignificantes demonios. Pronto el coliseo se convierte en un matadero de demonios.
Melraim (**) y sus compañeros deciden enfrentar a todos sus oponentes. Ya recuperado del golpe Lucifer se acerca contra ellos, mostrando una sonrisa malévola.
De la nada, una presencia alerta a todos, distrayendo al mismo Lucifer.
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Universo: Desconocido
Ubicación: Gran biblioteca del espacio-tiempo
Horario: Momento en que Paythius grita
—¡Apúrense todos! —suena el grito fuertemente de Paythius Imperatore en todo el edificio de la Gran Biblioteca espacio-tiempo.
El ejército celestial de medio millón de tropas escondido ahí, por fin escucha la tan esperada señal.
Al parpadeo siguiente, Sayoko (**) y Kirika (**) aparecen en el mismo cuarto por medio de un portal.
—¡Acaban de dar el aviso! ¡Todos avancen! —exclama el Arcángel Miguel.
Ambas diosas avanzan a gran velocidad, mientras que un gigantesco portal se abre. Todo el ejército descomunal se mueve a toda prisa.
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Universo: Universo Pilar
Ubicación: Planeta Eris
Año: 2000 A.C.
Regresando a la matanza, Melraim está a punto de ser atacado por Lucifer.
En esos momentos un grandísimo portal se abre de forma repentina; la primera en salir es Kirika, quien se dirige directamente contra Lucifer, solo para propinarle un puñetazo en el rostro. De nueva cuenta el demonio mayor sale disparado contra otra pared; al mismo tiempo miles de tropas celestiales comienzan a emerger del gran portal.
Por su parte, Sayoko invoca un hechizo contra Melraim y su equipo, desapareciéndolos de un segundo al otro; lo extraño del asunto, es que Melraim no ha puesto resistencia.
—¡Objetivo cumplido! —grita Sayoko, para luego invocar un portal y también desaparecer; Kirika la sigue de cerca. Ambas mujeres se han ido, al tanto que el portal se cierra.
Ahora los ejércitos celestiales e infernales se enfrentan entre sí, aunque la mayoría de los demonios prefiere escapar de ese lugar.
En solo instantes aparecen más refuerzos, como los dioses Hastur (***) y Azathot (***), quienes llegan a través de otro portal. A lo lejos descubren Élmer Homero junto con sus demás compañeras, quienes luchan contra varios enemigos; deciden apoyar a sus compañeros, al tanto que invocan la soga especial que Yahvé les ha entregado.
—¡Oye, querida! Creo que ya estuvimos demasiado tiempo en el pasado. Ya participaste en el torneo que tanto te platicó tu padre. Ya hay que irnos de regreso al futuro —le dice preocupado Élmer Homero a la reina Ókinam.
—Detesto cuando tienes razón, Lozkar. ¡Hermanas! ¡Hora de irnos! —exclama enojada Ókinam, al tanto que usa sus feng huo lun (ruedas de viento y fuego) para abrir una grieta dimensional especial.
En esos momentos Azathot y Hastur arrojan la soga especial, capturando a la androide Rebeca y a la qumkso (*) Sophi, quienes están distraídas. Por fortuna Ókinam reacciona rápidamente, usando sus mismas armas para cortar esas sogas, lanzando un ataque sesgado con su energía morado oscuro. Esa energía corta las sogas, liberando a sus dos compañeras.
Sin más tardanza, “la hermandad” se adentra en el portal de tiempo.
—¡No escaparán! —grita de Hastur, dirigiendo uno de sus tentáculos hacia el pie del forajido negro, atrapándolo; afortunadamente para Élmer, Belfegor ataca a los dos dioses, permitiendo que Lozkar y sus seis acompañantes escapen hacia otra época.
Segundos después aparece el arcángel Miguel, ayudando a los encargados de la gran biblioteca del espacio-tiempo.
—¡No se distraigan! ¡Capturen a otros demonios y llévenlos a sus respectivas celdas! —ordena el arcángel; Hastur y Azathot se olvidan del grupo que acaba de escapar, acercándose con otros aliados para ayudarles.
Por fortuna, ellos y el resto del ejército celestial tienen de soga divina especial, capturando a varios enemigos a cada segundo. Incluso la deidad única y suprema acaba de unirse a la cacería.