El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 19: Cathal es un cobarde / ¿Misterio resuelto?

Universo: Rómgednar

Planeta: Pérsua Ifpabe

Lugar: Isla sagrada Forléil/Kanluv

 

En la esquina Háuri (*) (Noroeste) de esta isla, el gitano Albert Cathal levantó su reino, el cual se extiende por una gran parte de este pedazo de tierra separada del continente principal.

Al igual que todos los reinos medievales de todo el planeta, los soldados están preparando sus armas, tanto de cuerpo a cuerpo como a distancia, incluyendo mosquetes y pistolas con llaves de chispa. También se alistan los zilhaos (*) (caballos) y armamento pesado: catapultas y cañones de pólvora negra. Los hechiceros ejercitan sus manos, preparando sus mejores conjuros con la energía yaerp.

Por su parte, el reino de Rúrlfror (*), ubicado en Domvruc (antes Domvruc Haur), y Jimtt (*) tienen a sus fieros dragones salvajes; la mayoría sobrepasa los diez metros de largo (desde la punta de su hocico hasta la punta de su cola).

Todos han sido advertidos del regreso de Lozkar y la hermandad Doppel (*), aparte de otro dios poderoso que los acompaña.

Fiorello y Abihu llegan a la ciudad principal del monarca Albert Cathal, rodeada de una gran muralla y con múltiples torres de vigilancia; los soldados de la capital y los pueblos vecinos se están reuniendo justo a las afueras de las murallas, acomodándose en tropas de cincuenta hombres.

Los dos seres divinos con apariencia humana empiezan a caminar entre los lugareños que se alistan, acercándose con un general.

—Eh, tío, ¿dónde está vuestro rey, Albert Cathal? —le pregunta el consejero diestro al útbermin.

—Se encuentra en su castillo; no quiere ser molestado en estos momentos —responde secamente ese hombre.

—Sfortuna para él. Manolo y yo vamos a tener que disturbarlo —comenta Fiorello muy feliz.

Ambos hombres invocan sus alas: Abihu tiene seis alas blancas emplumadas, mientras que Fiorello tiene un par de alas disparejas; una es emplumada y la otra es de un dragón. Las dos son de color negro.

A pesar de que el general les ordena detenerse, los dos consejeros se elevan en el aire y se dirigen al castillo.

—Mirad Toribio (*); no somos los únicos que desean ver al rey —expresa Abihu con una sonrisa, señalando la entrada del castillo.

Una muchedumbre está reunida en ese lugar, tratando de derribar las puertas para llegar al salón de los tronos. El monarca no ha querido dar la cara desde la mañana, cuando los mártires de la salvación dieron la advertencia de la invasión. En estos momentos son las dos primeras horas de la tarde.

Los dos seres divinos bajan con la turba iracunda, solo para apoyarlos y derribar las puertas principales; hay pocos guardias en el castillo, por lo que no pueden repeler a la multitud enojada.

Nada se interpondrá en su camino para saber qué está maquilando el rey.

 

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(Breves minutos antes)

El romaní Albert Cathal y sus dos esposas (Lúmini {*} y Nixie {*}) se encuentran reunidos en el salón de los tronos; cerca de ellos se encuentran sus cinco hijos.

Por otro lado se encuentra Yev-Lirn (*) y su hijo adoptivo, junto con Akuris Gaels (*) y sus dos hijos. Todos ellos son faipfems de diferentes especies.

—Ya estamos todos listos; es hora de irnos —expresa Cathal muy preocupado; instantes después invoca un portal naranja, lo suficientemente grande para que todos puedan entrar.

—No puedo creer que en verdad estés huyendo, Albert —expresa muy enojada la faípfem Akuris, al tanto que cruza sus brazos. Ella es una osa parda antropomorfa, con dos cuernos de demonio junto a sus orejas. Tiene treinta y cuatro años. Está usando ropa ajustada de cuero; un conjunto de asesina negro con rojo que incluye una capa con capucha. Los dos hijos no se separan de su madre.

—¡No empieces de nuevo! ¡Muévanse! ¡No creo que las puertas resistan! —exclama enojado el romaní.

—Pues yo no me muevo, tampoco mis hijos —menciona la demonio faípfem, quien tiene sangre de súcubo.

—No me digas que estás esperando a ese bueno para nada de Lézubl (*); entiende, es mejor irnos —le reprende Yev-Lirn ya fastidiado. Él es un canguro antropomorfo alado; tiene dos alas peculiares: mitad emplumadas y la otra mitad de dragón. Ambas son blancas.

—Mi amore va a venir; lo sé —asevera la hembra testaruda.

—Los necesito a los dos; recuerden que son mis guías —suplica Cathal.

—¡No pienso abandonar a mi draghetto di caramelo! —exclama furiosa Akuris.

Desesperado, Yev-Lirn sujeta a su compañera de un brazo, diciéndole.

—¡Vendrás con nosotros aunque no…

Antes de poder terminar la frase, las puertas del salón son derribadas por completo; sin ningún otro estorbo la multitud iracunda se acerca con el rey, liderados por Fiorello y Abihu.

Sin mediar palabras el tíseim se abalanza sobre Yev-Lirn, dándole un derechazo y mandándolo a volar contra la pared; el ex arcángel queda adolorido por los golpes (el puñetazo y el que se ha dado contra el muro), pero está consciente.

—¡Tío Abihu! —expresan muy felices los hijos de Akuris, abrazando al mismo tiempo al ser divino.

El cabello del útbermin (hombre humano) Édznah es lacio y muy largo, pero ahora es de color negro; sus ojos también son totalmente negros. Segundos antes de entrar, su cabello era color gris muy claro con un mechón azul oscuro y sus ojos eran completamente blancos; ese es su color habitual. Sus alas siguen siendo blancas. Aparentemente tiene veinticuatro años.

Este consejero diestro gigante mide dos metros con quince centímetros. Como siempre, viste ropa moderna: camisa de vestir de manga larga, pantalón de vestir y gabardina de algodón con capucha incluida; por el momento tiene la cabeza al descubierto. Todos estos elementos son de color blanco. Un cinturón negro y unas sandalias altas doradas de calzado, son dos accesorios que desentonan un tanto con el conjunto.




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