El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 20: Festejo de un capitán

Universo: Eifell

Ubicación: Reino Alkabania

 

En medio de páramos helados rebosantes de nieve, adornados con varios tipos de árboles frutales, los habitantes locales se están preparando para una posible guerra.

Esos lugareños están conformados por minotauros, guerreros aves y lagartos antropomorfos, y algunos pocos humanos con ojos brillantes de diferentes colores. Se preparan con diferentes tipos de armas: espadas y revólveres; aparte de vehículos blindados fabricados con acero local reforzado, los cuales pueden disparar balas de cañón especiales, compuestas de diferentes elementos.

Han pasado miles de años desde que surgió el evento de Chloe(*) contra Rislek(*), evento que dejó una herida emocional grave en todos por su ambición de poder; ella quería ser conocida como la diosa de la conquista, pero eso ha quedado en el pasado. La meta en común de hoy es la defensa conjunta.

Después de que Chloe desapareció a través de un portal, Rislek les ofreció ayuda a todos los habitantes del planeta; por este acto caritativo, esos residentes lo eligieron como supremo gobernador, junto con Melraim y todos sus demás compañeros. Este nuevo giro del destino le favoreció bastante a todo el astro; todas las naciones comenzaron a trabajar en conjunto para salir adelante.

El avance tecnológico y militar mejoró en gran manera, sin bajar la guardia contra el posible regreso de Chloe y poder contraatacar.

En las costas ubicadas en el remolino de Vin se encuentran muchos barcos pesqueros, protegidos constantemente por algunas fragatas de guerra; ese remolino de Vin ya no es un problema para todos los habitantes, gracias al avance tecnológico que los reinos Yitian y Glotladian decidieron compartir con todos los demás. Ahora todos pueden conseguir sus productos del mar sin ningún problema.

Algunos capitanes de diferentes ejércitos y reinos, vigilan sin parar desde sus barcos de guerra.

Del mismo centro del remolino de Vin se abre un gran portal, apareciendo un gran barco de guerra. Muchas aves antropomorfas vuelan hacia el nuevo visitante; esos habitantes son parte de la seguridad mejorada y aumentada. Ese gran barco misterioso se dirige hacia las costas del reino Alkabania.

Miles de criaturas acomodadas en tal sitio saludan felizmente a los tripulantes, apreciando la bandera del barco, la cual tiene pintado un gran medallón dorado.

—¡Es él! —grita contento un ciudadano Yitian.

El barco disminuye su velocidad, atracando en las costas; los pájaros antropomorfos siguen de cerca a esa nave. La rampa se coloca y los tripulantes empiezan a desembarcar; todos ellos están cargando grandes bultos llenos con piedras preciosas y algunas armas especiales.

—Acaba de desafiar el tiempo —dice una lechuza antropomorfa anciana.

Algunos de esos grumetes arrojan parte de las piedras preciosas al suelo.

—¡Traemos muchas más por parte del gran capitán Rislek(*)! —anuncia feliz un lagarto antropomorfo.

Varios ciudadanos no desaprovechan la oportunidad y empiezan a juntar esas riquezas; otros espectadores piden más, al tanto que otros marineros colocan en el suelo varias cajas que guardan diferentes comidas, permitiendo a los lugareños poder probarlos.

Atrás de sus hombres, el capitán desciende de su barco, mostrando una amplia sonrisa.

—¡Rislek! ¡El salvador de este planeta! —grita el mismo lagarto de antes.

Cientos de habitantes se acercan con el antes mencionado, ofreciendo su ayuda.

Rislek está usando una gran gabardina roja con negro; de hecho, la mayoría de su ropa es negra. En su camisa tiene un logo de un gran medallón color verde. Luce su tradicional corte de cabello que no ha cambiado en años; de igual manera están sus cicatrices y un parche en el ojo derecho, indicando las grandes batallas que llegó a tener después de retirarse de su planeta junto con Melraim.

Muchos ciudadanos le regalan comida y algunas bebidas; recompensas que se ha ganado por el trato que les ha dado, sumando el respeto de todos los ciudadanos. Dirige su mirada hacia la lechuza antropomorfa, dándose cuenta que quiere hablar con él.

—Muchas gracias —dice Rislek, aceptando algunos regalos comestibles mientras que camina hacia ese lugareño.

Notando que estará ocupado por unos momentos, los demás ciudadanos se retiran; es mejor empezar a preparar la gran fiesta para celebrar la llegada del gran capitán.

El ciudadano plumífero quiere más comodidad, así que le pide a Rislek acompañarlo a su hogar; él acepta la invitación. Luego de una caminata, ambos personajes llegan a un pequeño edificio circular, decorado con algunas ramas de árboles misteriosos.

—¡Pasa Rislek! —invita efusivamente el anfitrión; sin objeciones, Rislek entra a esos aposentos ajenos.

El interior del hogar está completamente forrado de madera de cedro; no hay muchas posesiones materiales, salvo una mesa circular y dos sillas elaboradas de madera. Hay una ventana que ofrece una vista esplendorosa de las costas del remolino de Vin.

Dos vasos se encuentran en la mesa, resguardando un brebaje especial. La lechuza toma asiento, esperando a que su invitado se siente frente a él, ansioso por empezar la plática.

—Muchas gracias, Talak —dice Rislek, acomodándose en el asiento faltante.

—Rislek, que bueno que llegaste sano y salvo —comenta Talak.

A pesar de su tercera edad, Talak todavía aguantaría una guerra. Sus grandes plumas se extienden por todo su cuerpo, aparte de sus grandes garras en lugar de brazos y pies. Tiene un collar en el cuello, mostrando un colgante rojo con forma de pluma. Un pequeño bastón de madera especial es su arma. La verdad es que está en su plena juventud a pesar de su edad avanzada; él es considerado como uno de los habitantes más sabios de dicho planeta.

—No te preocupes —menciona Rislek, comenzando a beber del extraño brebaje.




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