Universo: Mistral
Ubicación: Reino Indova
Néstor (*) se encuentra parado en medio de un gran campo de sembradíos junto con su compañera, ambos están observado que muchos ciudadanos trabajan tranquilamente en sus labores; recuerdan que Lucy y Filip volvieron hace poco, pero no volvieron con su sobrina Nanako (**). Ha tratado de hablar con ellos, pero solamente ha visto que ambos soberanos han decidido encerrarse en su habitación. No han salido por varios días, aunque la última orden que Filip dio, fue que todos se tenían que preparar para una nueva guerra.
Sabe que muchos ciudadanos del reino se han estado preparando; aunque, pensándolo bien, solamente cuentan con pocas fuerzas. Una cicatriz que dejó la guerra de la discordia que se celebró antes.
Néstor siempre carga su ballesta; es una época de posibles guerras, y no hay que confiarse de más.
—¿Te encuentras bien? —inquiere la compañera especial de Néstor mientras se le acerca; él voltea con ella, sonriéndole, ignorando ambos a varios guardias que patrullan a su alrededor.
—Sí, no te preocupes —responde Néstor.
Al dar un vistazo alrededor, descubre a lo lejos a un extraño que se acerca; es acompañado por muchas tropas desconocidas. Néstor enfoca su vista mientras aparta a su compañera a un lado.
—Alguien se acerca —susurra Néstor; segundos después su compañera corre con los guardias cercanos.
—¡Todos prepárense para la guerra! —ordena ella.
Esos soldados se repliegan hacia el reino, mientras que dan fuertes gritos a los ciudadanos para que huyan.
Néstor contempla a miles de tropas de origen reptil avanzar hacia ellos, acompañando a una chica misteriosa con extrañas ropas. Él prepara su ballesta para poder atacar.
—El primer reino; no es gran cosa. Esto será fácil —dice en voz baja Aris mientras se detiene.
En un segundo su cuerpo empieza a producir un aura densa color negro; con varios ademanes hace aparecer su naginata. Tanto el asta de madera como la hoja metálica afilada, son del mismo color oscuro. De sus muñecas emergen nueve cadenas vivientes (cinco en una y cuatro en la otra), muy parecidas a las que tiene escondidas Lozkar en su cuerpo; al igual que esa aura misteriosa, los eslabones de esas cadenas con vida propia son negros.
La demonio Cilnlumoit se queda en una posición ofensiva, mientras que sus soldados esperan la orden; uno de esos guerreros reptilianos se acerca hacia ella.
—Gran general Aris, ¿algún… —inquiere el soldado serpiente, pero antes de poder terminar la interrogante, su cabeza es perforada por un virote; Aris se sorprende por ese ataque sigiloso.
—¡Todos ataquen! —ordena Aris mientras que un par de sus cadenas forman un gran escudo para protegerse de otros posibles proyectiles.
El ejército completo carga contra la ciudad cercana; Aris da un vistazo rápido, percatándose que el enemigo que asesinó a su soldado, está emprendiendo la retirada.
—¡Todos prepárense! —ordena Néstor.
Los defensores muestran su poderío, apareciendo más de veinte mil tropas portando espadas, escudos, arcos y flechas; a lo lejos, varios dirigibles se elevan por los aires.
—¡Varios caballeros acaban de partir hacia la Torre de Pael, para dirigirnos a todos hacia ellos! —exclama un guardia mientras que Néstor sonríe.
—Excelente. ¡Envíen la señal para que ellos se preparen! —ordena Néstor; otros arqueros afirman con sus cabezas, dirigiéndose hacia otro rumbo.
Néstor y todas las tropas se preparan para enfrentar a su nuevo enemigo, a pesar de que es bastante claro que el enemigo los supera por mucho en cantidad de tropas.
A lo lejos, mil tropas de origen serpiente se acercan contra ellos a gran velocidad; mientras las tropas del reino Indova se preparan para el combate, varias catapultas enemigas se preparan para disparar los primeros proyectiles.
—¡Todos ataquen! —ordena Néstor al tanto que empieza a disparar sus virotes.
El ejército defensor inicia la carrera para enfrentarse a los guerreros serpientes. Ambos contingentes chocan bruscamente, empezando una carnicería desmedida de serpientes y humanos.
—¡Debemos de soportar este ataque! ¡Varios ya se dirigieron hacia la torre Pael! —grita la compañera de Néstor.
Los enemigos son bastante fuertes, aparte de su armadura resistente; es difícil asesinarlos. Un reto bastante complicado para todos… pero no imposible.
Entre la álgida batalla, Filip y Lucy se acercan con varias tropas de refuerzo; tienen que soportar otro tiempo el ataque de su nuevo enemigo.
Aris observa a lo lejos que los defensores no se intimidan y luchan con todas sus fuerzas; de verdad es un desafío para ella en cuestión de habilidades y guerra, a pesar de que ha liderado tropas en el pasado, pero no tan grandes como este. Algunas de sus tropas comienzan a ser asesinadas, aunque también se da cuenta que el enemigo está teniendo bastantes pérdidas.
Una extraña bola de fuego sale disparada hacia el cielo, Aris no había visto esa clase de ataque, dudando unos segundos en sus siguientes órdenes.
—¡No se rindan! —ordena Aris mientras se acerca a las líneas frontales; ha decidido ayudar a sus soldados con su naginata y cadenas vivientes.
El ejército avanza más contra el enemigo, de forma lenta pero segura.
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Universo: Mistral
Ubicación: Reino Idatrir
En el reino recién conquistado por parte de todos los reinos aliados se encuentra Anatema (***), observando el cielo mientras camina hacia las costas del reino. Varias tropas se mueven a su alrededor, debido a que se están preparando para la guerra contra Ginjo.
Un guardia observa una gran bola de fuego que explota a lo lejos.
—¡Atacan a los reinos! —exclama ese soldado.