Universo: Vía Láctea
Planeta: Venus
Lugar: Desconocido
Entre que la reina Ókinam regresa para apoyar a Ginjo en la guerra, se realiza una junta de último momento en este planeta tan cercano al sol; los dioses que se han reunido son: Yahvé, la reina Cóvniem, Hastur, Azathot y la deidad Chronos/Caelis. La temperatura aquí es demasiado alta… para un ser humano; pero para los dioses, es un ambiente agradable.
—Llegó la hora de avisarle a ambos que deben de desaparecer el planeta pilar —anuncia Yahvé, observando seriamente el cielo.
—Podemos encontrar al ser creador supremo definitivo del Sur, pero el ser creador supremo definitivo Tsubaki se encuentra en un universo desconocido; ese lugar está prohibido para nosotros —menciona preocupado Chronos/Caelis.
—No hay problema. Ustedes avísenle a Carlos Alberto y yo le avisaré telepáticamente a Tsubaki; de hecho… lo acabo de hacer —comenta Yahvé con tranquilidad.
—Yo le avisaré a David Ricardo, no se preocupen por… —dice Chronos/Caelis, pero es interrumpido por Yahvé.
—Diríjanse todos ahora mismo hacia el falso planeta pilar, ¡ya! —ordena el anciano Yahvé, señalando el cielo con su largo bastón de madera que nunca suelta.
—¡A la orden! —exclaman Hastur y Azathot, invocando un portal y encaminándose a ese sitio en particular.
La deidad única y suprema se acerca al portal abierto, aunque… tiene una duda que apenas entró a su mente.
—¿Sucedió algo, padre? —inquiere perpleja la deidad bicolor Chronos/Caelis.
—En este momento, Belfegor se está enfrentando contra Tsubaki.
—¡Tenemos que ayudar a Tsubaki! —grita la deidad única y suprema, sorprendida y preocupada; trata de abrir otra grieta dimensional, pero es interrumpido por Yahvé.
—¡No lo hagas!
Chronos/Caelis obedece, pero no está tranquilo.
—Pero padre. Belfegor es un demonio de alto rango; afortunadamente no está con Lilith(*) —comenta él/ella.
—Si quieres ve, pero no te sorprendas por lo que vayas a descubrir; cuando ese enfrentamiento acabe, vayan a la luna y esperen al familiar del Sur —le advierte su padre.
El hijo lo empieza a meditar, especialmente cuando percibe un aura maligna que se desata al otro lado del portal; aun así, se aventura y se adentra en el portal nuevo, dirigiéndose con el ser creador supremo definitivo del Norte, Tsubaki.
Una vez que se ha quedado solo, Yahvé cierra las dos grietas dimensionales abiertas.
—Mejor le encargo a Madogis y a Kijuxe hablar con Carlos; ellos sabrán convencerlo.
Piensa Yahvé serenamente; luego, abre otro portal y desaparece del planeta.
¿Qué sorpresas le aguardan a la Deidad única?
¿Por qué Yahvé le advirtió que no se dirigiera a apoyar a un ser supremo creador?
Nota.
(*): Lilith es un personaje que le pertenece al talentoso autor: Carlos Alberto (ElGitanoBlanco)