Universo: Nyberg
Ubicación: Gran torre de la discordia
En uno de los tantos pisos de este edificio, se encuentra una habitación oscura decorada con algunos muebles, sillas y mesas elaboradas con madera de excelente calidad. Un portal se abre en medio de esta habitación, apareciendo Ginjo y todos sus demás compañeros.
La pequeña Sophi da un vistazo a su alrededor; está confundida. Esta habitación es un poco… extraña para ella.
—Que linda habitación tienes —comenta Rebeca, observando un pedestal en medio del cuarto; algo estaba colocado sobre ese pedestal, pero ya no hay nada. De seguro era algo valioso.
—Retiren a la prisionera hacia una de las celdas y recuperen energías —ordena seriamente Ginjo, dirigiéndose hacia una de las ventanas.
Paythius, Lozkar, Ókinam, Sophie, Rebeca, Réum Slee, Aris y Aleryd se dirigen hacia la salida; Élmer Homero sigue cargando el cuerpo de Lindalë, listo para colocarlo en ese lugar especial para los presos. Al final, el dios serpiente se queda completamente solo.
Ginjo observa que el campo del planeta está completamente devastado; luego dirige su mirada hacia atrás, buscando a otro ser que se esté escondiendo o algún compañero que se quedó atrás, pero no hay nadie.
«Ahora, ¿Qué haré?», medita Ginjo, dudando de las siguientes acciones por realizar; «He conquistado a todos los universos más importantes y peligrosos; nadie puede contra mi dominio… pero… de forma extraña… me siento insatisfecho ».
Se aleja de la ventana, acercándose al pedestal principal que sostenía la pócima de la discordia.
—El brebaje de seguro me sirvió para conquistar todo sin ningún problema, a pesar de que no sentí sus efectos en ningún momento —piensa tranquilamente Ginjo en voz alta, observando atentamente pedestal.
El tiempo sigue avanzando al tanto que sigue sumergido en dudas, planes y suposiciones, hasta que una perturbación lo despierta; voltea a un lado, percatándose de un portal que se abre cerca de él, apareciendo al segundo siguiente su maestro.
—Ginjo, mi estimado alumno —expresa Satanás, mostrando una sonrisa malévola; Ginjo se arrodilla.
—Maestro, he cumplido con conquistar todo sin ningún problema, gracias a la pócima y su ayuda —menciona el dios serpiente con alegría, al tanto que el Lord del infierno mayor da un par de pasos y se acerca.
—Por una parte tienes razón; pero en estos quince minutos que has desperdiciado, he descubierto que existe solo un universo… mejor dicho un planeta. Ese astro es el más importante de ese cosmos —anuncia satanás.
—¿Universo? —pregunta confundido Ginjo.
—Exactamente, mi estimado alumno; existe un cosmos que todos los dioses tenemos prohibido atacar, ese universo posee demasiado poder por sus habitantes —responde el dios malévolo mayor, añadiendo—. Es el universo más importante de todos los existentes.
—¿Cuál es esa galaxia? —inquiere Ginjo muy emocionado.
—Estuviste muy cerca de ella cuando liberaste a tus secuaces; se llama Vía Láctea. Posee varios planetas, pero existe un astro que Yahvé protege bastante a comparación de los demás.
—¿Planeta? —pregunta Ginjo al tanto que se pone de pie; por su parte, Satanás se dirige hacia una de las ventanas cercanas.
—El planeta se llama Tierra; en ella viven los seres más importantes de la existencia. Si llegas a crear un gran destrozo en ese planeta, Yahvé o su hijo va a querer intervenir para derrotarte; pero crearán un gran problema, ya que los moradores se asustarían al verlo… la mayoría de ellos.
»Hay una profecía que circula entre los habitantes de la Tierra, llamados humanos, la cual habla del “fin de los tiempos”. Sí Yahvé o su hijo se aparecen para proteger a los humanos, ellos lo tomarían como una señal de esa profecía; comenzaría un caos peor y los mismos dioses benévolos no podrán reparar los daños, teniendo la única opción de adelantar la fecha de “la gran limpieza”. Yahvé le reveló en el pasado la cruda verdad a un guardián sagrado, pero eso no ayudó en nada para cambiar la mentalidad de esos habitantes —explica Satanás, volteando ligeramente hacia afuera.
—Pero Yahvé es mucho más poderoso que yo; posee al ejercito celestial más poderoso de todos los universos, esto… —expresa Ginjo, pero es interrumpido por su maestro.
—Tú tienes el poder de la pócima de la discordia y ahora eres el dios malévolo más poderoso de todos los universos; además, yo no tendría inquietudes por Yahvé o por su hijo Yeshúa. Mi ex compañero regente ama demasiado a sus humanos; le entristece verlos sufrir, pero más les preocupa adelantar su fecha de “limpieza”. Yahve y Yeshúa preferirán solo observar, evitando así un desastre mayor.
»Es una oportunidad única que puedes aprovechar para conquistar el universo pilar —explica Satanás, entre que realiza varios ademanes con sus manos.
»Uhmmnn. Excelente. Veo que Yahvé decidió juntar a miles de tropas para defender el planeta pilar; una estrategia bastante exagerada, jejeje —dice Satanás, comenzando a desprender un aura rojiza; esa energía se introduce en la cabeza de Ginjo.
La imagen del planeta en cuestión, aparece en la mente del dios serpiente.
—Ese es el planeta pilar; el planeta más importante de todos los universos —informa Satanás al tanto que su alumno sonríe—. Si llegas a conquistar ese planeta, serás conocido como el dios más poderoso de todos los universos y todos se postraran ante tu poder.
Ginjo voltea hacia arriba confiadamente, al mismo tiempo que su mentor camina alrededor de él, siguiendo con su discurso.
—Serás reconocido y tu fama sobrepasará a todos los dioses; Yahvé estará obligado a reconocerte como un gran dios malévolo. Apareceré otra vez durante ese suceso, solo para dejarte a cargo de todos los universos; aunque, al final tendrás que liberar únicamente al planeta pilar.