Capítulo 43: Se complica el rescate

Universo: Nyberg

Ubicación: Gran torre de la discordia

Mientras Ókinam tortura a la tigresa antropomorfa con sus relámpagos morados oscuros, el resto y los demás compañeros esperan el momento ideal para entrar; están reunidos en el corredor exterior de ese piso.

—¡Chingaos! Lozkar se separó del grupo —comenta enojado el guardián sagrado de Rómgednar al tanto que usa su “visión divina”.

—¡Ustedes entren por Lindalë, nosotros les cubriremos las espaldas! —les ordena Filip a Berenice y a Lucy, al tanto que invoca una espada.

Segundos después, Lozkar y Rebeca aparecen volando a metros de la torre, descubriendo a los intrusos.

—¡¿Tú?! ¡¿Te atreviste a venir?! —grita Lozkar muy furioso.

En lugar de contestar, Carlos Alberto extiende su brazo derecho al frente, invocando un moderado tornado viviente que succiona a los dos enemigos en su interior; controlando ese fenómeno natural, el guardián sagrado lo fuerza a girar en sentido contrario, provocando que los cuerpos de su némesis y de la androide salgan expulsados en un segundo, demoliendo dos paredes de la torre en diferentes pisos.

—Vamos por ellos; hay que darles tiempo a Bere y a Lucy —ordena Carlos al tanto que abre dos portales diferentes; Francisco y Ayato atraviesan uno, mientras que Filip y él atraviesan el segundo.

Friedrich se queda solo, pero no por mucho tiempo. Réum Slee tuvo que tomar el camino largo de las escaleras, encontrándose cara a cara con uno de sus némesis.

—¿Cómo te las ingenias para estarnos molestando cuando nos estamos divirtiendo? —inquiere ella muy molesta, para después transmutar su bastón en su arma personal: un gran lucero del alba.

—Yo también sé muchos secretos, momia viviente —responde el doctor, empuñando su Bō metálico cubierto con electricidad.

La batalla entre ambos sabios empieza de inmediato, moviéndose a otro pasillo cercano de la gran torre.

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Ókinam ha escuchado el breve escándalo de afuera, deteniendo su tortura por unos segundos, empezando a voltear alrededor y agudizando sus oídos; repentinamente, la puerta de metal en frente de ella cae al suelo. Lucy la acaba de derribar con una fuerte patada. Al segundo siguiente, Berenice invoca sus alas y embiste frontalmente a su enemiga con todas sus fuerzas, arrastrándola hasta que choca con la segunda puerta de metal, derribándola en el trayecto.

Aprovechando la oportunidad, Lucy corre para tratar de abrir la celda; usa uno de sus hachas-pistolas de chispa para romper el candado que asegura la entrada de barrotes. Apenas logra hacerlo cuando Ókinam se quita de encima a Berenice, atacando directamente a la sacerdotisa de Arasius.

Ambas amigas luchan con todas sus fuerzas, pero necesitan la ayuda de Lindalë, quien está muy lastimada por la reciente tortura; Ariadna ha invocado su espada flamígera gracias a su energía mana.

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En otro de los pisos Zeroko se enfrenta a la demonio Aris; la hija de Erika está blandiendo su katana, mientras que la amante de Fiorello está empuñando su naginata. Ambas hojas afiladas chocan constantemente, soltando chispas negras.

Por su parte, Angelique y Sophi se enfrascan en una batalla igual de feroz.

La última de las hermanas, Reiko, se enfrenta a la súcubo Aleryd. La tercera hija de Erika blande sus dos espadas, al tanto que la esposa de Abihu empuña su gran martillo de batalla.

Al poco tiempo las peleas suben de intensidad.

Las tres integrantes de la hermandad Doppel usan su habilidad innata para volar, alejando a las hijas de Erika de la torre y arrastrándolas hacia las montañas circundantes; en esos lugares solitarios las batallas se reanudan.

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En el piso de arriba de mazmorras, luego de que Paythius fue atrapado por la cadena misteriosa y azotado contra una pared cercana, el payaso se recupera en un santiamén, observando que en frente de él se encuentra un dragón antropomorfo blanco.

—Buongiorno amico, ¿te gustó la pizza de crema batida? —le pregunta Fiorello para después soltar una risa burlona; luego, sale corriendo por una puerta abierta cercana.

—¡Maldito malnacido! —grita Paythius al tanto que se apresura a alcanzar al bromista.

Imperatore persigue a Fiorello por un trecho, hasta que sus pies se empiezan a resbalar sin control; alguien ha tapizado el suelo con cascaras de plátano, el cual lleva a las escaleras hacia el piso de abajo. Evangelos ha estado flotando a centímetros del suelo todo el tiempo, aparentando que estaba corriendo; el consejero siniestro vuela más alto y se quita del camino, mientras que Paythius se desliza sin control hasta llegar a las escaleras, cayendo estrepitosamente hacia el piso de abajo.

Carlitos y Fiorello celebran por unos momentos, antes de retirarse a preparar otra broma pesada.

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Dos pisos abajo, Francisco y Ayato se enfrenta contra la bio-androide Rebeca

El comandante ha invocado su fuerza de guerrero águila, al mismo tiempo que su fusil de asalto se transforma en un macuahuitl forjado con un metal desconocido, aparte de un escudo grande mexica, igualmente compuesto por ese metal; por su parte, Ayato invoca una espada larga y un escudo circular medieval.

Rebeca usa todas sus armas futuristas: balas de metal, láseres, armas sónicas y lanzallamas; el escudo de Francisco y los escudos mágicos de Ayato los protegen de este armamento novedoso. Al final, Rebeca tiene que enfrentarse cuerpo a cuerpo contra sus enemigos; sus brazos pasan a convertirse en dos cuchillas bien afiladas.