El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 66: Venganza Y Fin De La Guerra

Universo: Desconocido

Ubicación: Desconocida

El nuevo escenario es el centro de varias ciudades post-apocalipticas, llenas de radiación, contaminación y montañas de chatarra. Aquí aterrizan Bolt-Ra y Paythius Imperatore.

El dracónico azota a su presa en el suelo, provovando que la cabeza del arlequín destroze una parte del asfalto.

‹Puaj, cof, cof›

Paythius escupe bastante sangre mientras intenta recuperarse.

—Esto no es nada, ¿verdad? —inquiere Bolt-Ra, ahora azotando al payaso contra la pared de un edificio. Imperatore no opone resistencia, debido a sus heridas graves y pocas energías.

—Bolt… —susurra Paythius.

Antes de que pueda decir otra palabra, Bolt-Ra sigue castigándolo sin misericordia. El draconico nuevamente alza vuelo directo a una aparente fábrica abandonada; el cuerpo del arlequín nuevamente es azotado con fuerza contra algunos grandes engranajes.

—¡Perdóname! —grita Imperatore.

—Demasiado tarde. Lo debiste de pensar mejor antes de traicionarme —dice Bolt-Ra, propinándole un fuerte puñetazo al rostro de su víctima, arrojándolo contra la pared de un edificio cercano—. Maldito traidor. Desde miles de años atrás he estado esperando este momento —expresa el dracónico, finalizando con una orden—. ¡Levántate!

Pero Paythius niega con su cabeza, permaneciendo en su lugar y sepultado por varios ladrillos.

—No puedo, ya que me acabas de herir gravemente. Necesit… —menciona Paythius, solo para ser perforado por la cola de Bolt-Ra.

Con ayuda de esa extremidad tan versátil, el dracónico carga el cuerpo de su víctima sin ningún problema, acercándolo y quedando cara a cara.

—Tu mismo te buscaste estas consecuencias; si no me hubieras traicionado, en estos momentos estarías vivo y sano. Violaste el pacto de los dragones, y eso se paga con la vida.

Bolt-Ra nuevamente sujeta a Paythius del cuello; el herido suelta gritos de dolor.

—No… Pued…

Son las últimas letras que Paythius Imperatore susurra, antes de ser asesinado por Bolt-Ra; satisfecho por su trabajo, el dracónico suelta el cuerpo sin vida de su enemigo.

—Bueno, un inútil menos —menciona el dios draconiano después de una respiración profunda.

Sin esperar otro segundo sale volando hacia otro rumbo, abandonando este extraño planeta.

 

*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*{}*

 

Universo: Vía Láctea

Planeta: Tierra cuatrocientos treinta y uno punto cero. (Tierra falsa)

Lugar: Ciudad costera de Palma, isla Baleares, Archipiélago de España

 

—¿Dónde está él? Hace poco estaba ahí —comenta Carlos Alberto, caminando junto con Albert Cathal hacia la dirección de los dioses más malévolos de todos los universos.

El ejército de Ginjo ha sido arrasado por lo aliados. Deberían estar festejando, pero todos están confundidos con la misteriosa desaparición del dios serpiente.

Los dos gitanos se detienen cerca de los dioses más malévolos de todos los universos, atrayendo su atención. Esos entes divinos voltean hacia los dos humanos, repitiendose un rostro enojado en todos ellos; no muestran ningún respeto hacia el ser creador supremo definitivo y su acompañante, porque solo respetan a Tsubaki.

—Disculpen, ¿no saben a donde se fue Ginjo? —inquiere Albert Cathal; en respuesta, los dioses niegan con sus cabezas.

—El muy maldito fue raptado por Melraim hacia otro planeta u otro cosmos; no sabemos que sucedió —responde Lius seriamente, acercándose hacia ambos gitanos.

—Debemos de estar preparados por si vuelve Ginjo mucho más poderoso —opina Nockmon también dando varios pasos cerca, pero los humanos se alejan. No quieren arriesgarse a morir, tal y como sucedió con el guerrero serpiente que Nockmon lo empujó.

—¡Maldita sea, vinimos los más peligrosos y temidos de todos los universos para que Ginjo… —grita enojada Kirika, pero un suceso fuera de lo normal la interrumpe; es un portal que se abre en medio de todos.

Esperando al enemigo en común o a otro ser misterioso, todos se preparan para el combate, incluyendo Carlos Alberto, Albert Cathal y sus ayudantes de cada quien.

Al final todos se calman, descubriendo que los viajeros son Rislek y Chloe.

—¡Chloe! —exclama Marie, acercándoseles junto con otros amigos.

—Chloe, ¿qué sucedió con Ginjo? —pregunta Maltan; mientras tanto, Rislek decide alejarse un poco, muy triste por la pérdida de todos sus amigos.

—Él esta… —responde Chloe volteando con Maltan y sonriéndole, respondiéndole—. Afortunadamente, Melraim pudo derrotarlo.

—¡¿Queeé?! —pregunta Lius bastante sorprendido, acercándose junto con Nockmon, Lisa, Maltan y Kirika.

A lo lejos, el dios Shader aterriza junto con Reona, dark Death y Matilda.

—Sí, tal como lo acaban de escuchar; Melraim lo derrotó, gracias a su sacrificio —ratifica Chloe, dirigiendo su mirada triste hacia su pareja sentimental.

—Excelente. Vencieron a ese dios molesto —dice Albert Cathal.

Él y Carlos Alberto se mantienen varios metros lejos, pero han logrado escuchar la noticia; aunque, El Gitano Blanco empieza a observar perplejo los alrededores en lugar de festejar. Sin prestarle atención Albert Cathal regresa con sus ayudantes, mientras que Carlos Alberto decide quedarse en su lugar por unos momentos.

«Derrotaron a Ginjo. ¿Así de sencillo? No, algo debió de haber sucedid… », piensa Carlos Alberto.

Sus pensamientos son interrumpidos por otro suceso extraordinario. Otro portal se abre repentinamente, emergiendo el mismo familiar del Norte: Tsubaki Chaos.

—¡Gran maestro! ¿Es verdad lo que dice Chloe? —inquiere Nockmon, acercándose hacia el segundo ser creador supremo definitivo.

En otro punto, Carlos Alberto se da cuenta que su familiar no le tiene miedo a ese dios en particular, a pesar del gran peligro que representa por ser el dios de los zombies.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.