El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 68: El Nuevo Universo Nyberg

Universo: Vía Láctea

Planeta: Tierra cuatrocientos treinta y uno punto cero. (Tierra falsa)

Lugar: Ciudad costera de Palma, isla Baleares, Archipiélago de España

 

Los soldados de diferentes universos empiezan a festejar grandemente por la victoria que han obtenido contra Ginjo.

Algunos universos (Eifell y Mistral entre otros) deciden reunirse para conocerse un poco más; especialmente con los ayudantes del Gitano Blanco, quienes están custodiando a los secuaces del dios serpiente que capturaron.

Los ejércitos infernales y celestiales se han retirado, junto con sus generales y dioses, puesto que ya no tienen nada que hacer aquí.

Los amigos de antaño se vuelven a saludar, especialmente Filip y Albert Cathal, quienes no se habían visto desde hace mucho tiempo.

—Es muy grato volverte a ver Karlo. Me alegro de que hayas llegado para ayudarnos; la verdad, ya estoy bastante viejo para estas guerras —le dice Filip al segundo guardián sagrado.

—También me alegro de verte, viejo amigo. De saber que ustedes también participarían, hubiera acompañado a Édznah y a Fiorello desde que llegaron a visitarme en mi palacio —menciona Cathal un tanto apenado.

—Hablando de tu compañero dragón, ¿sabes en donde se encuentra? —le pregunta Lucy a Édznah, quien está parado junto a ella; lo acompaña su hija Assyla.

—La verdad no; lo perdí de vista en medio de la batalla —responde Abihu secamente.

—¿Y cuando pretenden ejecutar a estos enemigos? Hay que asegurarnos de hacer bien el trabajo —comenta Maltan, observando a Lozkar, Ókinam, Réum Slee, Rebeca y Aleryd.

—¡Óyeme! ¡Sí le tocas un solo cabello a mi esposa Aleryd, juro que te haré sufrir! —le advierte Abihu bastante furioso, mientras invoca sus seis alas negras.

Todos se quedan sorprendidos por esa reacción, al tanto que Assyla intenta calmar a su padre.

—¿Qué dijiste? ¿Aleryd es tu esposa? —pregunta Anastasia bastante sorprendida.

—Así es, y ella es mi hija Assyla —menciona el tíseim ya calmado del todo, abrazando con un brazo a la chica que está parada junto a él.

—No podemos matar a Lozkar, aunque lo intentemos todos juntos. Es el doppelgänger de Carlos Alberto; él es el único que puede asesinarlo y exterminarlo —explica Albert Cathal con seriedad, volteando ligeramente hacia ese enemigo.

—Con respecto a Ókinam tampoco podemos quitarle la vida —comenta seriamente Ariadna Berenice.

—Mi padre me protege con un contrato escrito, así que ni siquiera lo intenten —advierte la hija de Satanás, para luego desviar su mirada enojada hacia un lado.

—¿Qué hay de las otras dos? ¿A ellas sí podemos exterminarlas? —inquiere Gwen, señalando a Réum Slee y a Rebeca.

—Ellas también serán encarceladas; nuestro jefe así lo pidió desde muchos años antes. Preferimos no hacerlo enojar y seguir sus órdenes —informa Friedrich tranquilamente.

—Esperen un momento. Faltan dos enemigas; aunque para mí son amigas. ¿Dónde están Aris y Sophi? —inquiere Anatema en voz alta y volteando alrededor.

En esos momentos los compañeros faltantes se acercan desde el cielo, aterrizando varios metros lejos y caminando el poco trecho faltante.

—Eso si que fue revitalizante; ya necesitaba distraerme con mis dos ragazzas al mismo tiempo —celebra Fiorello Evangelos muy feliz, abrazando a Akuris Gaels y a Aris al mismo tiempo. Detrás de ellos tres se acercan Sophi y Carlitos, ahora mostrándose como dos jóvenes de dieciocho años. Todos vestidos con las mismas ropas que tenían puestas durante la guerra.

Cuando llegan junto a los demás camaradas, Fiorello explica que Aris es su amante, y que Sophi es la pretendiente de Carlitos.

—¿Akuris ya sabe que Aris es tu amante? —pregunta Lucy bastante sorprendida.

—Certo che sì; incluso ella me dio el permiso de tener las amantes que yo quisiera, pero con una es más que suficiente —comenta Evangelos muy feliz.

Varios se quedan asombrados por esa noticia, aunque la mayoría no le presta atención; los extranjeros de Rómgednar ya tienen controladas a las siete amenazas, por lo que no deben de preocuparse.

—Es bueno que los demás aliados hayan llegado, pero hubiéramos ganado de todas maneras. Ya sabía desde antes que mi hermano dracónico Bolt-Ra se aparecería; solo lo necesitábamos a él para ganar la guerra —menciona Fiorello con soberbia, mirando de reojo a los otros soldados.

—¿En serio, dragetto? —inquiere Lucy en tono de mofa, no creyéndole para nada; de hecho, nadie de alrededor le cree.

—¡Es verdad! —exclama Fiorello con firmeza, dando un par de pasos al frente mientras suelta a sus mujeres, agregando—. Mi orsetta sí me cree y puedo demostrarlo.

Algunos comienzan a reírse, mientras que otros solamente sonríen.

Entre las risas, todos se percatan que un brillo desconocido color azul claro con café claro los empieza a cubrir por completo.

—¡¿Ahora que?! —inquiere Albert Cathal, empezándose a preocupar.

«¡Hora de la verdadera fiesta!».

Exclama la voz omnipresente del Gitano Blanco del pasado, al mismo tiempo que todos desaparecen en un parpadeo.

 

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Universo: Nyberg

Ubicación: Grandes campos de la Torre de la Discordia

 

Fiorello abre sus ojos, dándose cuenta que han sido todos transportados de forma misteriosa hacia el universo Nyberg; la mayoría del lugar está destruido. Varios bosques decoraban esta isla, pero ya no hay rastros de alguna vegetación; ni siquiera hay pasto verde, porque todo ese pasto quemado es negro. Estas son las consecuencias de la tarjeta de presentación que él y Carlitos dejaron antes de irse.

—¡¿Dónde estamos?! —inquiere confundida Ritta mirando alrededor; la misma interrogante se repite en las mentes de miles de soldados de diferentes universos.




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