El Planeta Pilar: Pieza Clave Del Poder

Capítulo 71: Encuentro Con El Dios De Los Dragones, Bolt-Ra.

—¿No regresaremos para mantener vigilado a Édznah? —le pregunta Akuris a su esposo, mientras que caminan entre varios arbustos cercanos a un bosque, justo en las orillas de las mesas y celebracion.

—Despreocupate, orsetta; Assyla sabe muy bien cómo controlar a su padre y madre. Nos distraeremos unos momentos antes de regresar con ella —menciona Evangelos muy tranquilamente.

—Miren; nunca había visto esa clase de flores —menciona Aris, señalando la flora local cercana.

Los pétalos de esas flores son de diferentes colores brillantes; desprenden continuamente una neblina color rojo brillante. Son enteramente inofensivas, pero esa fragancia roja visible produce un efecto de iluminación sorprendente, simulando una larga tela muy fina brillante que cubre las flores multicolores. Una decoración natural que se suma a los listones y estatuas de hielo. Este toque de arreglos florales al natural, es apta para todos los enamorados y novios que desean tener unos momentos a solas.

Llega el ocaso y poco después la noche, pero gracias a la iluminación que emite toda la flora del planeta, el mismo se ilumina con diferentes colores.

—Ya oscureció. Uhmmnn. Me pregunto, ¿podremos distraernos entre nosotros, en medio del bosque? —inquiere Fiorello, dirigiendo su mirada pícara hacia su esposa y amante.

Ellas dos solo sonríen de forma seductora mientras que vigilan a su alrededor.

—No hay nadie que pueda vernos —susurra Akuris.

—Por mi no hay… —dice Aris, pero es interrumpida por una voz masculina.

—¡Mejor no lo hagan! —exclama una voz masculina cercana, pero Fiorello se percata en ese momento de alguien en especial.

Los tres invitados voltean hacia la derecha, sorprendidos por ser descubiertos, aunque Fiorello se calma rápidamente.

—¡Hermano Bolt! Perdona por no saludarte antes, pero estaba distraído con mis dos hembras —menciona Fiorello feliz, sin dejar de abrazar a su esposa y amante. Ellas observan al hombre con cuernos y cola.

—El… es… —tartamudea Akuris muy sorprendida, contemplando al misterioso invitado dracónico y su cuerpo escultural bastante llamativo, además de las marcas doradas que abarcan desde el cuello hasta su pecho.

El hombre está semidesnudo de la cintura para arriba, usando solamente unos pantalones de vestir modernos color negro, el cual se mantiene en su lugar gracias a un cinturón de cuero color café oscuro; el hombre está descalzo.

—¿No piensas presentarme? —inquiere el invitado, esbosando una ligera sonrisa.

—¡Oh! Disculpa —menciona Fiorello, soltando las cinturas de sus compañeras y diciendoles—. Tesori miei, les presento al gran Bolt-Ra, dio dei draghi; otro siervo del hechicero Tsubaki Chaos. —Ahora, Fiorello se dirige con su paria—. Bolt, te presento a Akuris Gaels, mia moglie.

—Mucho gusto —menciona ella con una mirada coqueta.

—Hola —saluda Bolt-Ra secamente.

—Y ella es la mia amante, Aris —menciona Evangelos, señalando con una mano a la demonio cilnlumoit.

Ella solo saluda con un ademan de mano, por lo que el ser dracónico solo mueve la cabeza.

—¿Dios? ¿Eres un dios o un dragón nivel dios? —inquiere Akuris con interés.

—Los dos. Soy el dios de todos los dragones de estos universos y tengo ese nivel de poder; sé que existen otros de mi rango que están encargados en otros universos, pero no me interesa interferir en otros asuntos ajenos; no por el momento —responde Bolt-Ra muy sonriente.

—Es raro verte alejado de la fiesta; creía que te estabas divirtiendo junto con los demás —menciona Fiorello con tranquilidad.

—Solo te quería informar que realicé mi promesa, tal como lo dicta nuestra ley; te busqué por unos breves momentos cuando llegué a la guerra, pero no percibía tu poder como lo percibí cuando llegué aquí —informa Bolt-Ra sin quitar la sonrisa.

—Disculpa hermano, pero usé el conjuro de bloqueo de energías; por eso no me encontraste. Me estaba divirtiendo con mis hembras, así que quería completa privacidad; de hecho, también use el conjuro de tiempo ralentizado —menciona Evangelos al tanto que abraza nuevamente a sus amores por la cintura.

—No presumas de más, no presumas —le tranquiliza Bolt-Ra después de una ligera risilla, al tanto que hace un ademan con su mano izquierda—. También quería saber un detalle que me ha intrigado desde que logré salir de mi celda —ahora el dios dragón voltea con Aris—. Exactamente, ¿qué era esa piedra que me lanzaste? Por cierto, gracias por ayudarme.

—De nada, pero no podría resolverte esa duda.

»Mi amante Fiorello fue el que me la entregó, un día antes de que Ginjo nos liberara; nos reunimos en la noche mientras que nuestros compañeros dormían. Él me advirtió que ese dios serpiente nos liberaría y que nos llevaría hacia tu celda. Me pidió que lanzara esa piedra contra ti cuando nadie me viera, pero no me dijo que clase de roca era —responde Aris serenamente.

Ahora Bolt-Ra voltea con su paria, realizando la pregunta con una simple mirada.

—A según el tipo del pasado que me la entregó, era una piedra mágica; específicamente, una piedra «evolus-corporus» —menciona Fiorello, recordando las palabras exactas.   

—¿Del pasado? ¿Usaste el hechizo para viajar en el tiempo? Eso requiere demasiada energía y es demasiado inestable, incluso para los más dragones-hechiceros de élite —menciona sorprendido Bolt-Ra.

—No, nunca me atrevería a realizar ese conjuro. El otro sujeto era el viajero del tiempo; él viajó desde el pasado hasta nuestra época —aclara Evangelos.

—Qué extraño. Cuando alguien quiere arreglar algo en su vida, siempre viaja al pasado, no al futuro —piensa Bolt-Ra, al tanto que se frota la barbilla y desvia su rostro hacia otro lado.

Hay un corto tiempo de silencio, hasta que Fiorello realiza la siguiente pregunta.

—¿Si encontraste lo que deseabas? —inquiere Fiorello con una amplia sonrisa.




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