El evento de la coronación de la nueva encargada del universo Nyberg ha llegado a su fin.
Muchos ciudadanos se han retirado a sus respectivos universos; ellos tienen que reconstruir sus hogares, ahora que por fin ha llegado la paz. Tuvieron la ayuda especial de las diosas Sayoko y Kirika. Quienes han abierto varios portales hacia sus respectivos universos.
Los últimos invitados que se han quedado, son los dos seres creadores supremos definitivos, sus siervos más importantes, némesis y familiares; estos dos grupos finales, son por parte del escritor Carlos Alberto.
—Bueno primo, llegó la hora de irnos —menciona Carlos Alberto, acercándose nuevamente hacia Tsubaki.
Alejado de la reunión, Lozkar observa atentamente a los dos familiares despedirse.
—Que bien. Ahora ya tenemos más libertad —expresa Sophi muy feliz, abrazando a su pareja sentimental.
—No solo eso; ese guardián sagrado nos ha regalado varios planetas para nosotros mismos —comenta Ókinam, comenzando a planear mentalmente sus nuevas actividades; especialmente no puede esperar a encontrarse con su amante secreto.
—Así que ya se retiran —menciona Maltan cerca de ellos, añadiendo—. Fue un placer jugar con ustedes en la guerra.
Todos tratan de ver el rostro de esa deidad, pero no pueden, debido a que una gran capucha lo cubre totalmente; eso no impide que su aura maligna sea bastante perceptible, siendo bastante fuerte como todos los demás dioses.
—Milagrosamente no va a ser necesario que ustedes nos visiten; su creador les tiene asignado ciertos universos para ustedes mismos —comenta Lozkar tranquilamente.
Sabe que el dios es bastante poderoso y maligno, pero tiene prohibido visitar otros planetas que no están a cargo de su amo.
—Milagrosamente no, pero existen miles de siervos de nosotros que viven en todos los universos —asegura Maltan con una sonrisa maliciosa, antes de retirarse a otro sitio.
—¿Siervos? Eso es imposible, ya que… —dice Berenice, pero Lozkar la interrumpe.
—Tiene razón. Fiorello dijo que los universos predestinados de Carlos Alberto, e incluso los que ha creado en todos estos años, son controlados principalmente por dioses benévolos, a comparación de estos dioses que intervinieron en la guerra —explica el doppelgänger, tomando aire para seguir explicando mientras que voltea con la reina Ariadna—. Carlos sabía desde el principio de la medida ideal entre las dos fuerzas fundamentales; inconscientemente, pero lo sabía. Él se enfocaba en los dioses benévolos, pero yo me encargaba de los dioses malévolos… de hecho, me sigo encargando de ellos.
»La verdad, es que esos dioses malvados que controlan los otros universos de Carlos Alberto, en realidad son parte de los tantos siervos de esos dioses; en otras palabras, son los sirvientes de los siervos de Tsubaki Chaos.
—La buena noticia de todo esto, es que esos sirvientes de Maltan, Nockmon, Lius y demás dioses, son más débiles a comparación de ellos; son más débiles que yo, e incluso más débiles que Lozkar. Hay una segunda buena noticia: los jefes directos de esos sirvientes, estas deidades presentes, tienen prohibido intervenir directamente en otros universos —comenta Ókinam con soberbia, contemplando a todos los dioses malévolos sin ninguna preocupación; cree que nunca más los volverá a ver.
—¡Maldita sea! Presiento que algo malo está por suceder —dice Lozkar, logrando ver que a lo lejos Chloe se presenta con Carlos Alberto y Cathal mientras que se despiden.
Ókinam y las otras cinco demás hermanas se sorprenden por ese comentario.
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(Momento en que Lozkar y las hermanas son interrumpidos por el dios Maltan)
—Muchas gracias primo por haber venido a este evento, realmente me fuiste de mucha ayuda para preparar toda la decoración y comida; tu protegido y compañero romaní también ayudaron mucho —anuncia Tsubaki.
Mientras ellos hablan, otra invitada se acerca con ellos.
—No es nada primo, realmente… —dice Carlos Alberto, pero es interrumpido por Chloe.
—Disculpen, ¿ustedes son también bastante fuertes como Tsubaki? —inquiere la pirata con algo de felicidad.
—Así es —responde Albert Cathal, esbozando una sonrisa.
—Es un gran honor conocer a aliados bastantes poderosos. Mi nombre es Chloe —se presenta ella al tanto que extiende su mano derecha, El Gitano Blanco corresponde el saludo y el breve apretón de manos.
—Mi nombre es Carlos Alberto y soy el creador supremo definitivo del Sur —comenta él, mientras que parte de sus ayudantes y compañeros se acercan.
—Hola. Mi nombre es Albert Cathal y soy el encargado del universo Rómgednar —expresa el gitano-hechicero, quien se encuentra parado al lado del humano escritor.
Solo realiza un ademan con la mano, porque Fiorello se atraviesa en su camino.
—Mi nombre es Fiorello Evangelos y soy uno de los mejores consejeros de Carlos Alberto, ragazza bellissima —dice Fiorello, mientras sujeta con delicadeza la mano de Chloe y le da un beso en el dorso. No le importa coquetear descaradamente en frente de su esposa y amante, porque ellas casi no son celosas; excepto con mujeres dracónicas, claro está.
—Mucho gusto Fiorello —dice Chloe con una sonrisa.
En esos momentos Carlos Alberto comienza a sentir un mal presentimiento, pero no sabe la razón de esta repentina preocupación.
—Muchas gracias, realmente estaba ansiosa por conocer a Carlos Alberto, el otro ser creador supremo definitivo. No quisiera quitarles más tiempo y muchas gracias por este honor —menciona Chloe antes de marcharse.
No solo El Gitano Blanco tiene este presentimiento inusual; un escalofrío recorre la espalda de Tsubaki Chaos, teniendo la corazonada de que algo malo acaba de suceder. Ninguno de los dos escritores muestra preocupación alguna; deciden mantenerse tranquilos para no preocupar a los demás.