Traté de huir, pero fracasé, me encontraste y me obligaste a volver.
Pasé largos meses encerrada en una habitación y ni siquiera con mis lágrimas te apiadaste.
Me sentía ahogada a tu lado, te tenía que escapar y no puedes culparme por eso. Eras un monstruo y yo te tenía miedo.
Tenía que protegerme a mí y a mi hijo.
Pensé que la noticia de tener un hijo me alegraría, era mi sueño.
Y ahora solo tengo miedo y tú eres el responsable.