Ella corría incansablemente tratando de salvar su vida la tarde tenía un aspecto tenebroso, estaba nublado. Había llovido y ella atravesaba la hierba dorada del campo de los Harrison. Estas hierbas eran altas y tenían la altura hasta la cintura.
Estaba cansada de correr, pero no se detendría a que la matasen, eso sería muy absurdo.
A lo lejos quedaba el gran bosque solo tenía que cruzar la pradera y llegar a ese bosque lleno de arboles para cubrir su rastro y que sus cazadores no llegaran a atraparla.
De vez en cuando ella agitada se daba vuelta y miraba hacia atrás, pero no había nadie que la siguiera, pero sabía que no estaban tan lejos de donde ella se encontraba, que cruzarían la colina y llegarían a ella.
Su mente estaba confundida, se preguntaba, ¿Por qué me quieren? porque me ha tocado llevar este poder en mi interior por mis venas? Cuando hay mucha gente a la que le puede tocar y no solo a mí y tener que pasar este tipo de peligro.
Estaba a punto de llegar al bosque, que estaba lleno de pinos y arbustos por debajo eran muy altos y de ese bosque existía la leyenda que estaba maldito, que habitaban criaturas que te succionaban el alma, pero en el caso que entraras en el bosque y si te perdías y no salías a tiempo ahí te encontraban los succionadores y te dejaban vacio de todo y dicen que personas se han perdido allí y quien sabe quizás en lo más profundo del bosque se encuentren los cuerpos de aquellas personas que han perdido sus almas.
Solo existía una excepción, si eras portador del poder místico ellos huían del resplandor que despedía tu poder.
Los descendientes del poder místico eran personas como cualquier otro pero estos tenían ciertos poderes especiales que al entrar en cierta fase astrológica cada 15 años se reactivaban estos poderes en las personas y que solo durarían una cierta temporada y para que sucediera tenía que pasar todo en cierta fase lunar para alcanzar liberar el gran poder supremo. Hasta ahora solo unos sobrevivientes de las bestias feroces hace 75 años pudieron liberar el poder supremo que restauró al mundo de las bestias feroces que se los denominaban con ese nombre a los cazadores porque eran un tipo de cosa rara que en vez de manos tenían garras y si te atrapaban te quitaban todo tu poder y por ende morías porque era lo que te mantenía vivo. Sus garras podían cortarte como navajas filosas si te rosaba una. Tenían piernas flacas y largas y su aspecto era tétrico y asqueroso ya que su piel era oscura y viscosa eran más altos que un humano.
Aunque en reiteradas veces se llegó a reconocer que ciertas criaturas se disfrazaban de humanos para engañar a los descendientes y convencerlos de alguna cosa para atraer su atención y quitarles sus poderes cuando tuviera la oportunidad.
Soplaba una brisa fría de la tarde y casi llegaba al bosque. Corría y me quedaban unos pocos metros para ingresar. De la izquierda oigo un gran ruido como una gran rama rompiéndose y algo me empuja bruscamente hacia la derecha de donde me dirigía y luego yacía tirada en el suelo, mi cabeza había golpeado fuerte podía observar borrosamente lo poco que me quedaba para llegar, luego mis ojos se cerraron y un gran dolor invadió mi cuerpo y luego lo sentí pesado e inmóvil y eso había sido todo