Entra a pasos grandes un hombre con aspecto de piel blanca, ancho de hombros, pelo semi rubio en una de sus manos llevaba sombrero de vaquero, tenía una camisa de color beige y su pantalón era verde musgo, con unos zapatos negros.
Y AHÍ fue cuando recordé esos zapatos que vi antes de quedar inconsciente.
– Hola mosquita muerta, como has dormido? – Me hablo mirándome bien fijo y solo riéndose de lado queriendo llamar mi atención
– Que es lo que quieres? – se lo dije muy despectiva lanzándole una mirada de odio o lo más enojada que pude. Y añadí – Donde están mis amigos? , Dímelo! – El bajo su mirada al suelo y se agachó a la altura en donde estaba sentada en la cama e invadió mi espacio personal para decirme algo en el oído –Tus amigos están muertos mosquita– y se retiró para observar mi rostro ensombrecido por el enojo y la ira que me invadía en ese momento.
–¡¡¡¡NOOO NO ES CIERTO!!! – Le grité en la cara –MIENTES!!! – y lo miré más enojado de lo que estaba antes.
El se paró y se empezó a reír en frente mío y yo ya no me pude contener. Mis manos expulsaron llamas violetas y degradaron la soga que me contenía y luego hice un torbellino de fuego en dirección al hombre que desconocía y este fue despedido con fuerza de aquel pequeño cuarto, fuera de la puerta estaban sus amigos, cuatro tipos más igualmente vestidos. Dividí el fuego para que interceptara a cada uno y ellos gritaban y se retorcían del dolor, realmente se estaban quemando. Luego todos yacían en el suelo sin reacción alguna. Me acerque al tipo en donde se encontraba tirado, lo miré y le pisé la mano y abrió los ojos y con su otro brazo agarró uno de mis pies desestabilizándome y cayendo al suelo.
Me reincorporo y como el tipo me agarra de un brazo con fuerza, yo con mi otro brazo le extiendo mi fuego por todo su cuerpo y el empezó a gritar:
– No, ya deja de hacer eso niña, está bien te dejaré libre, puedes irte – y me puse cerca mirándolo con mucha atención y le pregunte– ¿Dónde están mis amigos? –
El hombre me vio y muy confundido dijo – Yo no he visto a tus amigos, no lo sé – y cerró sus ojos. Luego me paré y camine lejos de ese lugar, el autoservicio no sabía en donde estaba, así que estaba un poco desorientada, me voy al medio de la calle y miro hacia los dos lados pero no se en donde me encontraba.
Empieza a soplar el viento y me doy vuelta y en el medio de la calle se empezó a abrir un agujero que emanaba rayos azules y se abrió un portal a otro lugar y de allí salen Jace y Constantine y quede sorprendida. Luego que terminaron de pasar para el lado en donde me encontraba.
Constantine se da vuelta y cierra el portal y llegan a mi encuentro
– Hola disculpa la tardanza y siento haberte abandonado, no tuvimos opción, nos estaban disparando así que abrí un portal y nos fuimos de allí y te dejamos, discúlpanos y luego yo te rastree hasta aquí – Dijo Constantine
– Así que esos son tus poderes? Wow que geniales– y deje salir una carcajada
– Si lo son y me han servido mucho, y que es lo gracioso del asunto? –
Yo me quede como la cara de poker face, demasiado seria ya que no sabía que decir.
– Eeh nada, supongo – y mire hacia el suelo avergonzada y Constantine me miro luego se dio vuelta hacia el lado opuesto que abrió el portal y camino en esa dirección.
– Vamos que no nos queda mucho tiempo– y todos nos fuimos caminando en esa dirección.