El poder de las estrellas

Capitulo 9

Al otro día con Jace llegamos a un acuerdo de no esperar a Constantine y seguir el viaje nosotros, quizá nos de más ventaja antes de que nos atrapen las bestias feroces. De una cosa estábamos seguros, debíamos escapar de ellos y escapar a la montaña lo antes posible. En el camino hacia la ruta principal que nos llevaba a Radley encontramos un auto rojo de la marca Audii A1 con la puerta abierta. A unos metros del auto estaba en el asfalto un gran charco de sangre. Alrededor no había nadie nisiquiera un alma.

Jace como no tenia la llave y tampoco había señales de ella, cortó unos cables del auto y los conectó y encendió el auto, subimos y fuimos camino a Radley, pero no parariamos allí ya que estaban esos malos, nos iríamos a una ciudad más alejada de allí…quizá unos 560km de Radley.

El viaje era largo así que hablamos un poco y luego Jace decidió poner un CD de música que había encontrado en el auto y le dio play y las listas de canciones empezaron a sonar y así anduvimos todo el viaje, disfrutando de la bella melodía.

Después de 12 horas de viaje paramos en una estación de servicio a descansar ya que estábamos muy cansados y estaba oscureciendo, decidimos dormir allí.

Cuando desperté jace no estaba en el auto y ya casi se hacía de día. Temí de que lo hubieran atrapado, pero cuando veo mejor estaba sentado afuera pensando y observando su alrededor. Decidí salir del auto y sentarme cerca de el. Cuando me senté a su lado me miró con extrañeza y pasó su brazo por entre mis hombros, abrazandome y me besó apasionadamente, su boca se movía rítmicamente junto con la mía y su aroma me encantaba, era algo que prefería hacer, oler su perfume y embriagar mi olfato con el, haciéndome llenar de sentimientos encontrados. Luego de ese beso eterno, él apoyó su cabeza sobre mi frente y nos quedamos observándonos, sus ojos brillaban más verdosos que nunca y se mostraba una gran ilusión en ellos, como quizá un cachorrito indefenso, se veía tierno, asi que decidí abrazarle y acariciarle la nuca mientras lo hacia.

Cuando ya había salido el sol retomamos nuestro viaje y esta vez estábamos mucho más cerca.

Ibamos por el carril rápido acelerando a fondo. A lo lejos en el carril opuesto venía un auto blanco que venía de frente. Cuando ya estaba más cerca, este empieza a zigzaguear y se pasa a nuestro carril, sin poder evitarlo, Jace intenta esquivarlo pero este nos choca lateralmente del costado izquierdo y perdemos el control. El auto sale hacia la derecha y se va de punta hacia la zanja del costado y en el impacto mi cabeza impacta en el vidrio de mi puerta.

 

Cuando despierto, mi cabeza dolía mucho e instantáneamente me llevo mi mano al lugar en donde tenía un corte y ardía demasiado y cuando veo mi mano tenía una gran mancha de sangre en ella.

Ahí fue que recordé lo que había sucedido, miro a mi izquierda y ahí estaba Jace inconsciente. Tenía varios cortes en el rostro y brazos, al igual que yo.

–Jace… Jace me oyes? Por favor contesta– y estiro mi brazo teniendo contacto mi mano con su hombro y lo sacudo hacia los lados pero no respondía asi que toqué su cuello para sentir si tenía pulso en su yugular y bajo mis dedos sentía sus pulsaciones pero bajas y tranquilas.

Asi que luego de eso me relajé, y mi cabeza seguía doliéndome, pero esperé a que Jace despertara. Me dio curiosidad de ver en donde se encontraba el otro auto que nos había chocado así que decidí asomar mi rostro por la ventana pero no he visto a nadie no estaba el otro auto estacionado por ahí o quizás el dueño/dueña viniendo a ver si estábamos bien, solo estaba nuestro auto a un lado de la carretera. Cerré mis ojos y me recosté en el asiento, me sentía adolorida mientras estaba relajándome, empecé a oir graznidos a lo lejos, así quie abrí mis ojos y en el capot humeante había un cuervo posado mirándome con su ojo rojo que resaltaba con el dia nublado.

Mientras el cuervo me observaba yo sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, era una sensación desagradable. Decido mirar hacia el lado de afuera donde estaba Jace inconsciente y lo que vi me aterró totalmente.

A una distancia no tan lejana de nosotros había un árbol pequeño, seco y sin hojas, pero en lugar de hojas tenía cuervos y muchos de ellos mirándonos a nuestra dirección y graznando.

Más allá de lo que mi vista estaba enfocando, vi como sombras que se movían entre los arboles más altos que no estaban tan lejos de donde nos encontrábamos.

En mi interior escuchaba una voz de que eso no era nada bueno, debíamos de salir de allí y pronto.

Empecé a sentir frio en el ambiente estaba frio y cada vez aparecían más y más cuervos observándonos. Cuando uno se acercó a mi ventana y me observaba con sus ojos espeluznantemente rojos escarlatas, luego se elevo en el aire quedando suspendidos por unos cuantos segundos y tomó forma materializándose como un hombre.

–Hola mi señorita– se arrodilló y se llevó la mano derecha cerrada en un puño a su corazón y bajo su cabeza al suelo demostrando respeto hacia mí.



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Editado: 26.06.2018

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