— Tranquilo, acá esta — el hombre mayor se la pasó — la limpiamos y la reparamos, dentro de lo que pudimos, ten.
Andrés vio que ahora estaba más claro el rostro impreso en el plástico.
— ¿Por qué el hombre me atacó al saber que él era mi abuelo?
— Duerma, mañana lo explicaré todo. Nuestra ciudad se llama Avalon.
El anciano se fue tranquilo, sabía que el recién llegado no huiría, se veía que tenía muchas preguntas, y estaba seguro que las respuestas no le gustarían.
Apenas salió el sol el hombre de la bata blanca volvió a donde estaba Andrés.
— Anoche olvide presentarme, soy Williams, John Williams.
— Un gusto Sr. Williams, soy Andrés...
— ¿No recuerdas tu apellido?
— Es que hace mucho no necesitaba usarlo, es el mismo de mi abuelo... Bereschith.
— ¿Tus padres no te dijeron que descubrió él?
— No ¿Fue un inventor? Siempre me dijeron que había sido un laboratorista, que trabajaba investigando cosas de la sangre.
— Él investigaba para encontrar una vacuna contra el cáncer.
El joven miró tratando de entender porque se quedó callado el hombre mayor.
— ¡¡Fue quien creo todo este caos!! Fue el maldito desgraciado que hundió nuestro mundo — tenía ganas de llorar, de rabia y angustia.
— Espera, no todo fue como decían, vamos a mi laboratorio, allí te explicaré todo.
Se dejó llevar sin problemas a un vehículo, no habló durante el camino, ni vio la gente bien alimentada, contenta, animada, todos tenían esperanzas, y sueños, a él ya nada le importaba, su sangre era la que había creado todo ese apocalipsis. Seguramente todos en el lugar donde vivía sabían eso, todos van a tratarlo como el que lo dejo inconsciente. Recordó una vez que uno de los jóvenes sugirió que debían contactar con el mundo para saber que pasaba, pero uno de los mayores atemorizado se negó. Cuando les comentó a sus padres y les consultó porque se puso así el anciano, le dijeron que olvidará todo.
— Este es el virus — Andrés vio una imagen en una pantalla.
— Es el que creo el maldito de mi abuelo.
— No sabía que pasaría, hizo sus ensayos en ratones, y cerdos, vio que las células no se desgastaban, era la panacea, pero quienes uso ya no podían reproducirse, por eso tu antepasado quería seguir haciendo estudios, y ver porque pasaba eso y evitarlo, pero los dirigente de su país supieron de los resultados, por eso robaron su descubrimiento, y lo usaron haciendo creer que era para evitar el cáncer.
— ¿Acaso no supieron que producirían a esos seres, y que no podrían tener hijos?
— No sabían que produciría amazonas y zombies, su idea era que los que inocularán se convirtieran en los trabajadores perfectos, no se enfermarían, vivirían por más de 100 años sin los problemas de la vejez.
— Pero no habrían descendientes. La humanidad se extinguiría.
— Siempre habría algunos que no se vacunaran, así como los hijos de las autoridades, esos se reproducirían y se convertirían en los dirigentes de las masas.
— ¿O sea querían crear algo así como una sociedad feudal? Que malditos, no pensaron en las personas.
— Los líderes mundiales aceptaron el proyecto. Muchos decían que la gente de sus tierras apenas sabían leer y escribir, que no sabían que era lo mejor para ellos.
— Para algo así debieron deber hacer estudiosa largo plazo ¿Nadie pensó en eso?
— Nada hacía pensar que esto pasaría, fue como con el Talidomida.
— ¿Qué cosa?
— El Talidomida, en 1960 más o menos, se experimentó ese medicamento en ratones, no presentó problemas para aliviar el dolor de cabeza en embarazadas, pero al usarlo en humanos produjo nacimientos de niños sin brazos ni piernas. Los dirigentes de nuestra época no quisieron esperar — cerró los ojos evocando sus recuerdos — al principio cuando empezaron las muertes fue un caos, pero logramos establecer este lugar, por suerte cada día quedan menos amazonas y zombies, aunque no sabemos cuánto podrán vivir, ya que todavía no dan muestras de desgaste ni enfermedades en sus sistemas.
En eso Andrés vio pasar un hombre, inmediatamente se le tiró encima, ambos cayeron al suelo.
— Déjalo, ya no es peligroso — el Dr. Williams trató de separarlos.
— Es uno de los zombies, yo lo ataque no hace mucho, pero escapo. Mire, le falta la parte de arriba de la oreja, y tiene una cicatriz en la ceja, yo se los hice.
— Suéltalo, por favor.
El joven lo miró fijamente, lentamente lo hizo soltarlo, la mirada del "zombie" era normal, ya no estaba alterada como cuando estaba en el grupo al que pertenecía.
— Él ya está bien, tranquilo — insistió el científico.
— ¿Cómo? — el joven moreno se levantó, y dejo ponerse de pie al atacado.
— Lo siento si hice algo malo, es muy poco lo que recuerdo de cuando... estaba así — bajo la vista y se alejó rápidamente.
— ¿Ustedes los cambiaron? Esta normal — estaba asombrado.
— Hace 10 años conseguimos encontrar la forma de revertir el proceso, quisiéramos ir por todo el planeta inyectándolos, pero nuestros dirigentes no lo aceptaron, no quieren perder personas e implementos, se decidió esperar que vengan a atacarnos, para eso usamos estrógenos y progesterona, que atraen a los zombies.
— Mi hermana podría haberse salvado si... ¿Por qué siguen con sus traseros escondidos en su gran cuidad? Hay afuera hay gente que sufre, que mueren, ustedes pueden ayudarlas.
— Quisiéramos eso, pero como te dije nuestros dirigentes no lo aceptan, si no nos cuidamos la humanidad desaparecerá.
— Mi abuelo fue quien empezó esta locura — Andrés lloraba amargado.
— Como te dije no fue el responsable directo, él también fue engañado.
— No, fue responsable de todo, si no hubiera descubierto esa cosa nada de esto hubiera ocurrido — se arrodilló y gritó con todas las fuerzas — soy un maldito, igual que él, donde voy solo la muerte es mi compañera.
Editado: 05.04.2021