El poeta 2: Quiero volar

Ojos vendados

Entre la incertidumbre que puede verse reflejado en mi caminar, me encuentro nuevamente con aquel recuerdo fugaz que creía que ya había muerto desde hace tanto tiempo.

Frente a mí lo que puedo ver en un destellar, es una nueva ciudad, en esta pintoresca y en el cual puedo visualizar varias construcciones arquitectónicas colonial, me hace recordar a mi hogar, en el cual, a pesar de no estar en el centro de la ciudad, puedo decir con orgullo que este es el que me ha visto crecer, pero en realidad nunca lo había pensado.

¡Já…! Pero entre los sinsentidos que un simple sinvergüenza trata de escupir desde su boca, con aquellas palabras bañadas con un dulce mortal que puede ser como la miel, pero que sólo contiene un final absurdo que ni siquiera la historia podría hacernos entender. ¡Ni el más inteligente! Aquel que se jacta de conocedor ¡Aquel que debería de poder ser quien lidere el futuro de muchas personas! Se ha visto siempre cegado por esta misma y al final, con un todo por tener un nada es lo que queda en sí.

No puedo negar ser alguien que pueda ser lo suficientemente fuerte o inteligente, pero en el andar de este ancho camino que he seguido por mucho tiempo veo al final de todo que nada me queda… nada… nada mientras trato de nadar como un profesional mientras en realidad me hundo en estas aguas turbulentas que parecen no tener fondo.

Si me ven ahí en la mar, me pregunto ¿Me extenderán la mano para ayudarme a salir de aquí? ¿Serán esa luz que necesito para poder respirar? ¿O simplemente me abandonarán y dejarán que me hunda en lo más profundo de este mar?

Peor sería decir que puedo ver, ya que ahora que me siento en esta calle tan concurrida y veo pasar a todas esas personas que cuentan con una historia detrás de ellas. Esas personas que me pueden decir mucho sin hablar nada, ya que el simple hecho de verlos sonreír, correr, en sus rostros cansados o resplandecientes, una dura batalla que llevan día a día han encontrado su propia manera de poder avanzar.

Es por eso que en este momento me pregunto ¿Por qué es que parezco ser un completo ciego? ¿Quién me puso estas vendas en mis ojos? Ya que me muevo como las olas del mar que van y vienen con el fuerte viento, mientras yo… ¡no….! Nosotros nos movemos más por lo que oímos.

¿Será por eso que una persona termina siendo muerta antes de que se pueda aclarar su inocencia? Pero el ser que nos movemos más por esas partes sin siquiera poder verlo, entonces ¿Qué haremos con esas cosas que no podemos ver?

La verdad es una completa ironía, ya que con ojos vendados es como vamos dando un paso. Así como aquel juego de confianza, aquel en el que te tirabas para atrás mientras otro se supone que te debe de agarrar y si no lo hace terminarás cayendo al piso.

Pero mientras un paso deja marcado mi pasar que quedará guardado completamente en el pasado, me siento en esta roca a un lado del camino. Puedo escuchar como pasan las personas caminando en estas veredas, las cuales pueden ser un desvió del camino principal dando una alternativa de como poder llegar al destino.

Sin siquiera lograr comprender lo que estaba por surgir, sin siquiera ser consciente del peligro que guarda, todo lo que haga es seguir viendo en este lugar donde en este momento puede ser mi parada temporal para luego retomar el andar.

En este caminar, cuando no veo nada, el viento me susurra en mi oído “Sabes, ¿Qué es lo que estas buscando? ¿A dónde quieres llegar? ¿Quién te está esperando? ¿Es el camino correcto?” entre un sinfín de preguntas que me hacen dudar de cada paso que he dado y de mi misma capacidad de poder estar haciendo lo correcto en este preciso momento. Es por ello que yo lo único que le susurro es “Sabes… no sé nada… creo que ya no hay nadie que me esté esperando, pero… si por casualidad pudieras ver a esa persona que está atenta de mí pero que no puedo ver, susúrramelo y dime hacia donde debo de avanzar. Ya que en realidad no puedo verlo” para luego dirigir una mirada nostálgica al cielo y gritar con todas mis fuerzas “¡Oh…! Dios… te suplico que me puedas quitar esta venda que me mantienen en la oscuridad, ¡Muéstrame eso que yo creía saber pero en realidad soy un completo ignorante! Aquel vendaje que se ha forjado con mi orgullo. Aquella venda empapada de mi inocencia que se volvió en una completa tontería y ya no en una virtud. Así que… ¡Dime! ¡¡¡¿ESTAS VENDAS EN MIS OJOS ME LAS PUEDO QUITAR?!!! ¿O acaso sólo tú puedes hacerlo? Y si eso es así, entonces ¡¡Qué tengo que hacer para poder acercarme a ti y que me puedas dejar ver todo aquello que está oculto!! ¡¿O acaso deberé de pasar el resto de mi vida sin saber nada?!” para luego escuchar un cantico entre las hojas de los árboles.

¡Aquel canticooo! Sí, así es… es un cantico en el que me dice una y otra vez con firmeza “¡Dime! ¿Acaso eres digno de poder reprochar lo que está sucediendo en tu vida? ¡¡¿Acaso no fueste tú quien eligió el camino en el que querías ir?!! Pero ahora que te has quedado ciego quieres volver a ver. Ahora que te has puesta la venda y no puedes quietártela, ¿Acaso no has aprendido nada sobre lo que deberías hacer? ¡¡LA VIDA…!! La vida es el único lugar donde podrás ser capaz de encontrar la respuesta que estás buscando, sólo en ella podrás entender todo aquello que está escondido. Pero si la respuesta no está ahí, entonces…” para luego terminar en silencio y dejándome con la duda nuevamente.

La revelación que está para aquellos que buscan, pero si buscas, siempre se hará con los ojos vendados ya que no sabrás hacia dónde vas por más que quieras hacerlo. De esta manera me pregunto nuevamente ¿Por qué todo se mantiene oculto? Para luego concluir que es para buscarlo, para luego regresar a una nueva pregunta que no me deja en paz, siendo que si busco algo ¿Cómo sé que es lo que estoy buscando? Para regresar nuevamente a este ciclo del que nunca acabar.



#2133 en Otros

En el texto hay: recuentos de vida

Editado: 21.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.