El Portador - Serie El Metamensaje

Cap. 3. Exploración - El Inicio

New Denver, Consolidated States of North America - Futuro

Richard Smith, seguido de Markussen, se dirigió a un grupo de ginoides que trabajaban frente a la “Cúpula de Desplazamiento” del contínuum espacio-temporal.

Una ginoide se separó del grupo y saludó a Smith con una voz femenina, atractiva y melodiosa.

“Cronoingeniero Smith, el dron para el rastreo genético ya está programado para identificar y marcar al sujeto. Las coordenadas espacio-tiempo han sido evaluadas y halladas conforme. Se han llevado a cabo los protocolos de Crono-correcciones y descargado los datos al dron. En caso de detectar una potencial paradoja, la unidad está capacitada para realizar ajustes automáticos y minimizar el impacto en la línea de tiempo”.

Con aire preocupado, Peter Markussen se dirigió a la ginoide Supervisora, “No estoy enterado de todos los detalles, pero sí quisiera saber si el dron es capaz de destruirse en caso de que sufra un percance y no pueda regresar”.

“Director Markussen”, replicó la ginoide en actitud reverente. “La unidad tiene un sistema de autodestrucción para eliminar cualquier rastro de su existencia en caso de que por algún motivo esté impedida de regresar al punto de envío inicial en la Cúpula de Desplazamiento. Así evitamos la posibilidad de ser descubierta o mal utilizada, y creando la probabilidad de generar un Bucle Temporal Abierto con su consecuente modificación de la realidad presente. Aunque al final, entero o por partes, una vez agotada la energía cuántica para mantenerse en el pasado, el dron regresaría a su punto espacio-temporal de origen”.

Smith se acercó al grupo de ginoides: “Inicien los procedimientos de carga energética al dron explorador. Notifiquen cuando esté todo listo para el desplazamiento espacio temporal. Estaremos en la estación de control y seguimiento”.

Los dos hombres abordaron el aeromóvil y con un comando mental por medio de su Neurosincronizador, Richard Smith dirigió el vehículo a un extremo lejano del domo principal. El aeromóvil se deslizaba silenciosamente a unos metros sobre la superficie de color azul oscuro que refractaba un ligero brillo dorado. Eventualmente, la unidad esquivaba unas delgadas columnas que colocadas en doble fila rodeaban la elevada columna central. Un suave tono melodioso les indicó a los pasajeros que ya habían llegado.

Ante ellos se erguía imponente la pared de la sala ovalada, alcanzando una altitud de noventa metros. Ascendieron por una amplia rampa, cuyas filigranas elegantes conferían un aire de lujo y refinamiento. La gran puerta, adornada con hermosas talladuras, se abrió en un silencio reverencial, revelando la figura de una ginoide que los aguardaba. Su presencia, enigmática y de mujer perfectamente esculpida, parecía fusionar la tecnología con la belleza, creando un contraste fascinante en aquel lugar.

Peter Markussen se acercó a Richard Smith con tono jocoso, “¿Oye Richard, no teníamos originalmente androides operando la sala? ¿Cómo es que veo solamente ginoides por todos los alrededores?“

Smith arqueó sus gruesas cejas y se encogió inocentemente de hombros. “Verás, es que dan un aire singular a la hermosura de este rincón. Confieso que siento inclinación por infundir un soplo de feminidad a la tecnología. Aunque algunos puedan percibirse como un hombre austero y carente de refinamiento, no es más que un velo para resguardar mi intimidad. En esencia, me seduce lo bello, lo armónico, especialmente cuando se entreteje con la ciencia”.

Smith añadió. “Además, debo observar, que estas creaciones de vanguardia operan en los límites más elevados de la inteligencia sintética, sin que surjan conflictos con nuestras premisas de autonomía segura. Cada una de ellas sigue rigurosamente los protocolos establecidos por nuestro proyecto, sin generar variaciones que alteren la programación”.

Peter Markussen se frotó la barbilla. “Pero, lo que me preocupa es que alguien pueda tratar de acceder a la memoria de unas de nuestras ginoides. ¿Cómo podríamos contrarrestar cualquier intento?”

“El flujo de datos históricos se entrelazan en una relación paralela, donde cada acción real es encriptada y reescrita automáticamente. En caso de una amenaza a la seguridad, los registros encriptados se desvanecen de sus sistemas de memoria, como si nunca hubieran existido”. Tranquilizó Smith a Markussen y continuó, “Curiosamente, estas entidades, con sus recuerdos falsos meticulosamente tejidos, defenderán sus ilusiones con una devoción inquebrantable. ¿Quién podría discernir la frontera entre la realidad y la ficción en sus mentes?”

Mirando a los ojos fuertemente violeta de la ginoide, Smith le indicó que los acompañara al área de control. Peter Markussen observó con detenimiento la figura de la ginoide que con pasos gráciles comenzó a adelantárseles.

“Estas versiones nuevas se ven individualmente muy diferenciadas. Sin embargo, he notado que tienen dos patrones de color de ojos”.

Smith, ligeramente emocionado por notar la aprobación por parte de Markussen comentó.”La diferenciación física ayuda al reconocimiento de cada individuo. Pero el color de los ojos permite de inmediato reconocer el tipo de cerebro que tienen. Las ginoides con un cerebro puramente sintético tienen los ojos verde esmeralda. Son las que efectúan los protocolos de labores generales”.

“En cambio, las ginoides de ojos violeta, son las supervisoras. Tienen un cerebro humano alterado tipo cyborg. A diferencia de las demás, disponen de una empatía aumentada, pudiendo responder a las señales emocionales con una precisión y sensibilidad excepcionales. Con su aprendizaje adaptativo personalizan sus respuestas y comportamientos para satisfacer mejor las necesidades emocionales y sociales de sus compañeros humanos”.




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