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–Laura, Laura, despierta, tenemos que irnos –le susurró Fernando-.   
̶ ¡Papá, papa! -le decía Laura, mientras lo abrazaba fuertemente-. Cómo es que estás vivo, yo vi cuando la casa se desplomó y tú estabas adentro y ahí no quedó nada. 
–Luego te lo explico, hija, hay que salir de aquí. 
–No entiendo, papá, qué está pasando.  
–¡Laura, no tenemos tiempo, debemos salir de aquí ya mismo! 
Sin que nadie se diera cuenta, ni monjas ni guardias, Laura y Fernando salieron por la puerta trasera de la iglesia, que era entrada y salida exclusiva del sacerdote.  Sin dificultad se alejaron del pueblo y se detuvieron en un punto del bosque:  
̶ ¡Padre, espera, explícame que está pasando! –le suplicaba Laura, con una mezcla de alegría y miedo, mientras lo abrazaba fuertemente-.  
–Quiero que sepas que te amo, hija, y nada de lo que te diga en este momento debe cambiar tu sentimiento hacia mí y el respeto y cariño hacia Vlad –le decía Fernando, separándola apenas para verla directamente a los ojos-. Hija, antes de que el fuego terminara de derrumbar nuestra casa, Vlad me ayudó a burlar la muerte… con esto.   
Fernando se descubrió el cuello y con su mano limpió los restos del humo negro que aún lo cubría, para que Laura pudiera ver la mordida: 
–Pero, padre… qué es esto, no entiendo… ¿cómo eso pudo haberte salvado la vida? 
–Es que hay historias que debes saber y cuentos que ya no son cuentos, que son ahora nuestra realidad. 
–Está bien, pero a dónde vamos –seguía Laura sin entender las palabras de su padre-. 
–Vlad ahora es mi hermano, hija, y él me habló de un sitio al cual podemos recurrir en caso de emergencia. Sé que estamos cerca.   
De camino a aquel misterioso lugar, Fernando le contaba a Laura historias fantásticas de seres con la fuerza de cien hombres y habilidades especiales, muy parecidas a las de aquellas criaturas llamadas vampiros: 
̶ ¿Entonces tú eres uno de ellos?, ¿y ahora qué vas a hacer?, ¿serás un héroe? –preguntaba en ráfaga la niña, entusiasmada, con dudas al mismo tiempo-. 
-No, todo lo contrario, desapareceremos para siempre porque ese incendio fue provocado y hubo una pérdida muy grande para nosotros de la cual siempre estaré agradecido.