El Portal de los Muertos

18

En una habitación, se encontraba Fernando con uno de los detectives encargados del caso. La habitación era común, tenia una mesa de metal y dos sillas: una frente a la otra. Las paredes eran de color gris, dándole un ambiente muy neutro a la habitación. Pues claro, era la habitación de interrogatorios, Fernando no tenia duda de que mas de un asesino se había sentado en donde él se encontraba justo en ese momento.

El detective, quien no vestía un uniforme negro como los policías, si no, que se encontraba con un jean oscuro, botas y una camisa azul, además de su placa de policía guindándole en el cuello, toma asiento frente a Fernando, saca de su bolsillo una grabadora que pone en la mesa junto a una carpeta crema y luego de unos segundos, pregunta: –¿Dónde estuvo usted el día de ayer?

–Estuve en mi trabajo, ubicado en el mismo edificio, la tienda de joyas. Las cámaras lo pueden demostrar. Solo compre el almuerzo de mi hija en la tienda de comida de al frente antes de que mi hija fuera a la escuela –respondió Fernando seguro, recordando el momento. Parecía increíble, pero cada vez que ese hombre hablaba de su hija, sus ojos hablaban por si solos: amor. Era lo principal que denotaba su mirada al hablar de ella.

–¿Notó algo extraño en el comportamiento de su hija? –pregunto el detective sin despegar la mirada de Fernando, en busca de alguna señal de nerviosismo. En eso consistía su trabajo, debía ver el lenguaje corporal de los sospechosos.

Fernando negó a la pregunta –para nada, mi hija es una dama y le aseguro que lo que le paso a ese muchacho no es culpa de ella –contesto seguro, él conocía a su hija y sabía de lo que era capaz.

El detective asintió –Si podemos corroborar toda esta información se puede ir a su casa una vez terminemos con su hija –dio por finalizada la interrogación.

Mientras tanto, en otra habitación, se encontraba Laura con el otro detective a cargo de la investigación.

Al igual que el detective anterior, este tomo asiento frente a Laura, saco su grabadora junto a la carpeta de color crema y luego de unos segundos, procedió a preguntar –¿Cuál fue el altercado que tuvo con Carlos? Y ¿cuál es su conexión con él? –pregunto imitando la acción de su colega, miro fijamente a la joven en busca de alguna debilidad a la hora de hablar.

–sé que él estudiaba conmigo y no tiendo a tener relaciones sociales con ninguna persona en mi escuela –comento con su vista pegada a la mesa frente a ella, recordando las veces que lo había visto en el salón o cuando respondía a los llamados de la profesora, pero aparte de eso, nunca establecido contacto con él –Solo voy a lo que voy, que es estudiar –alzo la vista y la centro en el detective –Como les dije en mi casa, me invitó a salir y le dije que no quería, que se buscara otras personas que sean tan inteligentes como él. Obviamente, él se molestó y me sujeto para robarme un beso, pero yo lo empuje con mucha fuerza para alejarlo y a menos de que el haya caído muerto en el momento que lo empuje, entonces no tengo nada que ver ni quiero saber que le paso –respondió honesta y segura a la pregunta.

El detective asintió analizando la información –eso fue lo que vimos en las cámaras de la escuela. ¿De casualidad te ofendió en algo como para mandarle a hacer algún daño? –pregunto a ver si obtenía alguna respuesta diferente.

Laura negó –Para nada –respondió y miro directamente al detective –me ofende que me traigan para acá a mí y a mi papá, cuando somos personas que nunca nos hemos metido en ningún tipo de problema –frunció el ceño, un poco molesta por la situación.

–tranquila señorita, ya respondió todas nuestras preguntas. puede irse tranquila para su casa. Disculpe los inconvenientes –le dijo el policía para luego levantarse –Pero antes, me gustaría que viera esto –dijo abriendo la carpeta y sacando unas imágenes, cuatro en total, donde se veía, a quien rápidamente pudo reconocer Laura como Carlos

En una de las fotografías, tomada por los forenses, el joven se encontraba en lo que parecía el frente de su edificio, lleno de sangre y mirando hacia arriba. En otra imagen, se veía lo que parecía ser su cuello con unas marcas un poco profundas, como si le hubieran clavado las uñas. Y en la tercera imagen, se enfocaba en un golpe que tuvo en la cabeza.

Ella suelta una expresión sorprendida y lleva se lleva la mano a la boca sin poder creerlo –Dios mío...

–Nos preocupa que a él joven Carlos lo tiraron de un edificio, desde el piso 6 exactamente. Lo encontraron con unas extrañas marcas en su cuello como si fueran mordidas o uñas enterradas, pero los forenses nos dijeron que él ya estaba muerto antes de que el tocara el piso.
 



#3476 en Ciencia ficción
#36124 en Novela romántica
#5987 en Chick lit

En el texto hay: amor, fantasia, demonios

Editado: 14.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.