— Al fin Llegaste.— Su rostro volteó a verme, mostrándome esa cálida sonrisa que se ocultaba entre la oscuridad.— Pensé que habías olvidado este lugar por conpleto.
— Jamás lo haría, sabía que estarías aquí.— Me acerco para sentarme en el césped y observar las luces de la ciudad.— Después de todo, es tú lugar favorito.
Lo miro a los ojos.
— Lo sé, fue aquí donde nos conocimos. Por eso lo hace tan especial para mí.— Me mira fijamente para tomarme de la mano y dirigirme la palabra.— Agradezco al mundo por juntarnos nuevamente Layla.
— Sí... yo igual.
Quito mis manos de las de él, para tomar mis piernas con mis brazos.
— ¿Te sucede algo?— Me pregunta desconcertado.— No quise incomodarte Layla.— Su cambio de expresión es tan melancólica.
— No es eso... créeme.— Suspiro melancolicamente.— Han pasado tres años desde lo sucedido. Es desconcertante.
— Créeme que lo sé, pero todavía sigo aquí. Tan sólo mira me. Pronto te olvidaras de eso.— Me toma por los hombros para darme un abrazo.
— Qué haría yo sin ti, te necesito tanto....
lo abracé con firmeza para no querer llorar...