Recuerdan cuando todo era más fácil, recuerdan esas tardes de verano junto a sus amigos y digo recuerdan porque ahora no son nada más que eso simples recuerdos. Como cuando nos quedábamos dormidos en el sillón y despertábamos en nuestra cama, saben esto de crecer ya no me está gustando, conforme pasan los años aprendemos a ser personas maduras aunque eso signifique el perder y conocer nuevas personas o nuevos amigos, algunos de ellos vienen desde la infancia y al cabo de algunos años se van de nuestra vida y así como los conocimos así los empezamos a desconocer, y conforme avanzamos en nuestro camino conocemos nuevas amistades que quizá no sean para toda la vida sino que llegan a nosotros solo para enseñarnos algo nuevo, algo que quizá nos hizo falta aprender. Cuando somos mayores lo que queremos es volver al pasado, volver solo para contemplar esos días, incluso volver a esos años tan llenos de vida en la cuál aún estaban esos seres queridos con nosotros, esos amigos que un día nos prometieron nunca irse de nuestro lado. Cuántas veces hemos llorado por lo que estamos pasando hoy en nuestro presente, porque la vida a algunos nos ha llevado lejos de casa, o incluso lejos de nuestra madre patria. Conforme pasan los días vamos aprendiendo a ver la soledad como una amiga, aprendemos a confiar en ella, porque los mejores maestros serán la soledad, el miedo, y los fracasos. Pero enfoquemos nuestra mirada en la soledad no la veamos tan solo como algo vacío, veamos a la soledad como una amiga más que nos muestra quienes verdaderamente valen la pena, la soledad es simplemente un amor sin dolor. Ese es el precio de crecer, muchas veces nos encontraremos con muchos desafíos, muchos caminos por escoger pero a veces solo trataremos de avanzar sin importar cual de estos elijamos, pero si elegimos conforme a nuestra desesperación quizá fracasemos o quizá nos demos cuenta de no saber que destino elegir pero arriesgarnos para no quedar con esa duda de saber si éramos o no capaces de alcanzar nuestros sueños, y demostrar a los demás que al final éramos merecedores de tal recompensa. Porque con cada error y fracaso que tengamos sabremos si en verdad merecemos está vida que se nos ha otorgado, o si simplemente somos un peso más para este mundo, recuerdan cuando alguien les prometió estar con ustedes siempre sin importar lo que sucediera, pero cuando se llegó ese momento se vieron solos, recuerdan lo que sentían al ver a la niña del Kínder su primer amor de niño, o al niño que les gustaba, pero según pasaban los años dejaron de verla quizá porque se cambió de colegio, o de barrio pero aún la, o lo recuerdan, o cuando éramos ya adolescentes y tuvieron ese amor de colegio, incluso un amor de verano como dice la canción. Pero apuesto a que nunca se preguntaron ¿Qué pasó con ese niño? ¿Qué pasó con ese adolescente tan lleno de sueños? Será que somos nosotros mismos quienes nos encargamos de sepultarlo porque nos dijeron que ahora que ya somos mayores solo debemos estudiar, trabajar y adaptarnos a una vida rutinaria, es en ese preciso momento donde sí bien queremos ser felices lo que debemos hacer es divertirnos como lo hacíamos cuando éramos pequeños, cuando éramos niños sin pensar en los problemas, sin pensar en esas facturas que hay que pagar, porque como dice David (Rayden artista español cantante de rap) los problemas solo son acciones sin resolver, no les pasa que siendo aún ya adultos o adultos jóvenes lo que menos quieren es seguir cumpliendo años, no porque tengamos miedo de llegar a nuestro final sino porque tenemos miedo de ser olvidados para siempre. Incluso hay quienes que ya fuimos olvidados Por nuestros amigos, incluso por nuestras propia familia aún estando aquí en este mundo. Creo que a más de alguno le gustaría despertar y saber que todo lo que ha vivido ha sido nada más un sueño y despertar teniendo aún siete años, poder ver que personas que fallecieron en nuestro sueño aún están aquí con nosotros que aún podemos vivir momentos con ellos porque si bien en nuestro sueño no le dedicamos un poco de tiempo y cuando ya no estuvieron con nosotros solo nos lamentamos, ahora es cuando debemos aprovechar estar con ellos, pero lo cierto es que solo fue un sueño no hay forma de poder hacerlo.
¿Sería mucho pedir?
Que estaríamos dispuestos a hacer para poder volver a ver a aquellos que se nos han ido?, cuando perdemos a alguien lo único que queremos es morir porque las lágrimas no nos alcanzan para demostrar lo que nos duele, y nos duele aún más cuando nos damos cuenta qué no apreciamos nada el estar con esa persona, ahora solo nos queda llorar sin poder hacer más.
Cuando sufrimos así incluso no medimos lo que decimos, terminamos incluso ofendiendo a Dios y te lo digo por experiencia propia. Hace un par de años perdí a alguien muy especial para mi, no fue porque así lo hubiese querido la naturaleza sino porque las manos de aquellos envidiosos quisieron jugar a ser Dios y decidir el destino de aquella alma, cuando lo supe se hizo un nudo en la garganta, quería llorar y maldecir pero pudieron más las lágrimas, no podía creerlo y lo que hice fue encerrarme en mi habitación y llorar, llore como un niño y luego empecé a clamar al Dios que está en los cielos que si en verdad había un Dios… porque había permitido eso me enoje contra el y le dije que si así era que ya no lo necesitaba más, lo decía con mi rostro lleno de lágrimas y mis ganas de querer morir allí mismo de una vez. No digo que esa sea la forma correcta de tratar con Dios, pero al día de hoy aún no logro aceptar y no quiero entender que en verdad se ha marchado. Sí pudiera volver al pasado y evitar eso no dudaría en hacerlo, sin importar el precio, pero lamentablemente no se puede y creo que es así como se va formando nuestro camino supongo que hay que aprender a vivir con lo que en este podamos encontrar.
Sí tuviéramos un deseo un solo deseo, y pudiéramos pedir lo que fuera y me refiero a que no importa que tan imposible fuera creo que los que hemos perdido a alguien sabríamos que pedir, en utilizar ese cartucho que se nos ha dado para poder disparar al destino esa bala de amargura lo hiciéramos sin pensarlo, quisiera saber, saber porque pasan las cosas así, y sí pudiera, sí tan solo fuese posible tener a Dios frente a frente y poder aclarar todo esto, creo que nunca terminaría de preguntar todo lo que he pasado. ¿Sería mucho pedir eso una cita frente a frente con él? Será que lo que nos queda es aprender nada más a vivir sin pensar mucho en eso, lo que puedo decir es que nunca podré olvidarlo y ahora que ya no estamos juntos solo nos queda soñar en que pudimos haberlo hecho mejor.
Sí tan solo pudiéramos comprimir nuestros sentimientos, o si pudiéramos no tenerlos pero eso sería demasiado egoísta para nosotros, sí hubiera un precio que pagar para ser mayores creo que no lo pagaría, porque mi sueño ya me hubiera advertido sobre eso y no estaria dispuesto a eso preferiría quedarme como niño para toda la vida, o eso quizá sería lo más egoísta que pudiéramos hacernos a nosotros mismos? El no darnos esa oportunidad para saber qué es el amor, el miedo al fracaso, y a conocer la mejor amiga de todas la soledad. Pensaría que hoy por hoy y con tanto que duele que se vayan personas de nuestro lado esa sería la mejor opción no me juzgues por querer dejar de crecer, simplemente no quiero morir o vivir olvidado por aquellos que una vez prometieron estar allí sin importar las circunstancias. Cuántas veces hemos tomado la decisión de avanzar sin ningún objetivo solo para complacer a los demás sólo para sentirnos aceptados por tales personas y al final nos decepcionan, y nos sentimos inútiles pero no queremos dejar de seguir avanzando a pesar de que estemos equivocados. Porque lo que nos hace humanos es eso esa sensación de querer amar y poder sufrir tal cual somos, eso es lo que nos hace vulnerables y al mismo tiempo peligrosos para nosotros porque de acuerdo a lo que vayamos encontrando en el camino eso nos hará más fuertes o más débiles.