El precio de la corona.

VI. Cada día estoy más cerca de ser su reina.

Todos en el castillo están apresurados, aunque los condes ya han venido a reuniones antes, han sido solamente a las que yo los he convocado, y siempre las organizo con tiempo, ahora tuve que apresurar cualquier documento que pueda ser de relevancia en esta reunión.

Noto como una joven de servicio apenas ve a Landon pasar se interpone en su camino, le habla, y me percato que efectivamente le está coqueteando. Lo único que debo reconocer es que Landon se ha puesto algo incómodo.

—Marilla.

—Ordene su majestad. —dice para luego hacer una reverencia.

 —¿Quién es la chica que está con mi prometido?

—La nieta de la cocinera su majestad.

—Te ordeno que traigas a su abuela ante mí.

Hace una reverencia y sale rápidamente en dirección hacia el área de servicio, tomo aire y alzo la mano para que cualquiera de los dos guaruras se acerque a mí, Carlo es el que llega. Camino decididamente hasta donde la pareja está hablando, la chica está de espalda a mí, y cuando Landon me ve noto como se empieza a paniquear.

—¿Ya terminaste de coquetearle a mi esposo? —la espalda de la joven se tensa y voltea rápidamente.

—Que yo esté informada aún no se casan.

—¡Amelia! —se escucha una voz femenina un poco alejada de nosotros.

Alzo mi mano y la golpeo contra la mejilla de aquella sirvienta, ella cae sentada al suelo y alza la mirada mientras se lleva la mano a la mejilla la cual está marcada de un color rojo, sus ojos están llenos de lágrimas y noto como se quiere intentar levantar, pongo mi pie encima de sus piernas impidiendo que lo logre.

—Lo único que exijo es respeto, y ni eso puedes hacer bien. Si yo digo que el señor Madden es mi esposo tú no tienes ningún derecho a contradecirme. —me inclino un poco para poder verle a la cara— No quiero que andes de ramera ofreciéndote a MI esposo.

Ella intenta hablar y contradecirme nuevamente, pero recibe otro golpe en la mejilla de mi parte, la miro fijamente y sonrío, bajo mi pie de su pierna y me acerco a Landon lo jalo hacia mí, y dejo que pase su brazo por mi cintura, le está sacando provecho, no es tan idiota como pensaba.

—Que te quede claro que él no está a tu altura, y que nunca se fijaría en alguien como tú.

Se levanta rápidamente y se trata de abalanzar contra mí, Landon hace un movimiento rápido y me acerca aún más a él, mientras Carlo pasa un brazo por su cuello, noto como le empieza a faltar el aire, ya que empieza a jadear, Landon se ve preocupado, pero yo simplemente me suelto de su agarre, volteo a ver a la cocinera que está en un mar de llanto y luego hago un ademán a Carlo para que la suelte. Ella cae sobre sus rodillas mientras empieza a recuperar el aire.

—Por respeto a tu abuela dejaré que vivas, — digo solamente para meterle miedo, no me mancharé la conciencia por una sirvienta como ella— pero te quiero fuera del castillo, ¡ahora!

Nerviosamente, asiente repetidas veces y solo veo como sale corriendo hacia los brazos de su abuela, se unen en un mar de llanto y yo solo las veo haciendo el ridículo, deberían aprender a educar a sus nietos, y sobre todo enseñarles que conmigo no se meten, no sin salir humillados. Landon trata de volver a tomarme por la cintura, pero me separo rápidamente.

—Ni se te ocurra ponerme una mano encima.

—Pensé que como me has hecho una escena de celos ya lo tenía permitido. —hace un mohín y yo ruedo los ojos.

—¿Celosa de qué? Solo lo he hecho para mostrar que nadie me puede ver la cara de estúpida, si vas a coquetear con alguien por lo menos procura que yo no esté cerca, ten un poco de vergüenza.

—¡Yo no le coqueteaba! Trataba de ser amable.

—La amabilidad guárdatela para las personas de alto rango, ellos —señalo hacia donde aún sigue la cocinera, mis damas de compañía y algunos guardias— están para servirnos. Lo siento si en tu país no es igual.

—No quería molestarla su majestad. No se repetirá.

Me toma de la cintura y me acerca a él, tarto de poner mis manos en su pecho para empujarlo lejos de mí, pero parece no rendirse, aún sigue cerca de mí, su respiración rosa mi rostro y su mirada está clavada en mis ojos.

—¡Te ordeno que me sueltes o sino…! —grito, pero alguien me interrumpe.

—¿Aun no están casados y ya empiezan las peleas? Supongo que su matrimonio no será para nada aburrido.

Cuando volteo a ver hacia donde proviene la voz, sonrío y camino rápidamente hacia el conde Harvey, él hace una reverencia antes de unirnos en un ameno abrazo. Me separo de él y me sonríe, yo asiento y volteo hacia Landon que nos está mirando algo extrañado.

—Landon Madden, mi prometido. —le menciono al conde para luego voltear a ver a Landon— El conde Harvey, era el mejor amigo de mi padre.

—Aún lo sigo siendo Violet, Estevo sigue estando con nosotros, aunque no lo veas. También Alessa, tu madre, aun siento su calidez en el castillo.

Cuando menciona a mis padres no puedo evitar sonreír y tener que aguantarme unas cuantas lágrimas. Dejo que pase delante de mí y noto como empieza a analizar a Landon, lo repasa con la mirada, y lo rodea inspeccionando cada parte de él, hace lo mismo que yo, de hecho, fue un hábito que aprendí de él. Por su parte el actor se queda estático, algo nervioso, le enarco una ceja y él suelta una risita.




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