EL GLAMOUR DE LA CELEBRACION

La fiesta inició, los dieciséis participantes fueron escoltados hasta una habitación especial en donde degustarían aperitivos mientras que el público disfrutaba en el estadio.

—Sean bienvenidos todos a este lugar, espero que puedan sentirse como en su hogar, tenemos aperitivos y bocadillos también, disfruten de su noche que fue preparada para ustedes —mencionó Vanessa haciendo un alemán para que pasaran a degustar, acción que no tardaron en hacer.

Después de agarrar los bocadillos y tomar su vaso con la bebida de su elección, todos empezaron a reconocer a gente en el lugar y las pláticas no tardaron en llegar.

—Penélope, cariño, ¿también aceptaste este concurso? No lo había imaginado —preguntó Zoraida llegando con una copa de champagne.

—Eh, si, no es como que tenga que pedirte permiso para aceptar ofertas de trabajo —dijo sarcásticamente Penélope tomando un sorbo a su bebida.

—Esa actitud tan sarcástica tuya, espero que puedas ganar con esa personalidad tuya, ya sabes, a ver si puedes ganarte al público con tu sarcasmo —respondió la directora sonriendo.

—Tu amabilidad no siempre podrá ganarse a la gente, después de todo, como una directora de cine ya debes saber que te puede salir todo bien o todo mal, mamá —dijo riendo irónicamente.

Mientras madre e hija discutían sobre quien se ganaría a los espectadores, en la zona de aperitivos, dos amigas se reencontraban después de años.

—Hola Tiffany, aun me recuerdas o porque no me has mandado ni un misero mensaje en todos estos años —reclamó Kailany molesta.

—Porque no me dices mejor porque no me mandaste ningún mensaje si tanto me querías hablar —respondió molesta la idol.

—No has cambiado casi nada, aunque admito que eres un poco más enojona que antes, hasta donde recuerdo no eras tan así —dijo riendo Kailany.

—Siempre tratándome mal, aunque ahora no me tratas tan mal como antes, así que supongo que me quieres todavía amiga —comentó Tiffany dándole un abrazo a la bailarina.

—Por supuesto que te quiero, seguimos siendo amigas a pesar de la distancia —dijo mientras se despegaba del abrazo—. Y, ¿cómo te ha ido con tu última gira? Según escuché rompiste récord al ser la idol con más canciones en el top 100 durante 42 semanas seguidas —preguntó.

—Bastante bien, aun me da mucha felicidad el recordar cuando me dieron el récord, pero tú no te quedas atrás, he visto en las noticias que donde das una presentación siempre está lleno, rebasando siempre el límite máximo —mencionó la idol.

—Tenemos tanto que ponernos al corriente —comentó la bailarina.

—Claro que sí, y lo mejor es que tenemos un gran tiempo —mencionó Tiffany.

Mientras las dos amigas se ponían al corriente con sus vidas después de tanto tiempo, unos chicos tenían temas de que hablar.

—No has perdido el toque con las chicas, “Don Juan” te dicen por las calles Kail —mencionó el cantante con un tono sarcástico en su hablar.

—Por lo menos no ando ahí con una faceta de chico perfecto que a las chicas les encanta tanto —respondió el actor en un tono irónico.

—¡Oh vamos! Sabes que los dos somos así —dijo serio Alexander.

—Y por eso llevamos tanto tiempo de amigos, ¿verdad? —preguntó Kail con una sonrisa.

—Así es, esta fiesta está muy buena, así que hagamos que el ambiente entre nosotros este bueno, así como cuando te animé en tu película donde actuaste como un mafioso —comentó Alexander haciendo que Kail se riera.

—Tienes tu boca llena de razón, disfrutemos de la fiesta —dijo ofreciéndole un vaso con ponche de frutas que no tardó en aceptar.

Por cierto, ¿hoy no vinieron Theodore, August y Charles? —preguntó tocándole el hombro.

—Por supuesto que sí, ellos están teniendo su propia fiesta —Sonrió.

En una esquina de la habitación, se encontraban dos amigos de años en compañía de la mano derecha de uno de ellos.

—Así que Hanna Maranata es tu mano derecha, no lo hubiese pensado jamás, ni por la mente se me cruzaba que ustedes dos eran amigos —confesó el crítico examinando a la ex política.

—No es mi mano derecha, es una amiga mía muy querida, ella fue la que me impulso a ser escritor y a escribir de romance —dijo Linus defendiendo a Hanna.

—No se preocupe señor Isaac, le prometo que la amistad con Linus es puramente personal y para nada influye en lo profesional —mencionó Hanna segura.

—No soy quién para decidir con quien debe estar mi amigo, solo me preocupa que la gente piense mal de el por ser amigo de una ex política —confesó Isaac.

—No me importa lo que piense la gente, yo decido con quien me junto y con quien no —dijo el escritor cruzándose de brazos.

—Así es, además ya no soy política, durante un largo lo tiempo lo fui, pero ahora soy una youtuber querida por todos mis seguidores —confirmó la youtuber.

En tanto que los tres amigos dialogaban, un rebelde platicaba con alguien que, si bien no era rebelde, tampoco se dejaba domar por nadie.

—Entonces, déjame ver si te entendí, estas aquí para demostrar que la rebeldía es la única forma de derrotar al gobierno moderno, ¿así es? —preguntó la diva con un tono confundido.

—Así es, el gobierno nos aprisiona, nos quiere meter ideas para que seamos pequeños robots que solo hagan lo que ellos quieren que haga, así que la mejor forma de que no nos ganen es siendo opositor al sistema y creando nuestra propia libertad —dijo orgulloso Jayce de su ideal.

—Si, eres un loquito del centro, mis sospechas eran ciertas, ¿cómo puedes ser tan famoso y amado por las chicas? —preguntó Aurora intrigada.

—Por lo menos no soy una chica egocéntrica que se cree la muy muy solo por ser guapa y tener los hombres a tus pies, excepto a este hombre —dijo riendo el dibujante.

—Como sea, tampoco es que te quiera tener, solo quiero ganar esta competencia y demostrarle a la gente que yo soy la única e inigualable diva, Aurora —dijo con un aire egocéntrico.

—Lo que tu digas, y yo soy el loco —dijo en voz baja Jayce, riéndose internamente.