Me llamo Contessa... Contessa Blaire. Y esta es mi historia.
Sé que te estarás preguntando por qué he decidido contarte todo esto si está bastante claro que no es el mejor momento. También existe la posibilidad de que ni siquiera vayas a creer ni una de las palabras que salgan de mi boca. No te preocupes que no te culpo, si no lo hubiera vivido yo tampoco me lo creería. Sin embargo, a pesar de lo fantasioso de los eventos que quiero contarte, todo lo que estoy a punto de explicar es totalmente cierto.
Así que, si quieres quedarte a oírme, pienso contarte la triste historia de los cuatro siglos que he estado sobre este planeta. No hace falta que te sorprendas y me digas que no los aparento, lo sé perfectamente. Y, aunque una dama no debería decir su edad, dadas las circunstancias, comprenderás que no me queda otra que ser totalmente sincera contigo.
Aunque, por otra parte, estás en todo tu derecho de marcharte por donde has venido y abandonarme a mi suerte. No te voy a culpar. He hecho cosas demasiado horribles como para merecer siquiera la lástima de alguien. Pero, oye, ¿quién sabe? Puede que realmente tengas interés en saber cómo he llegado hasta aquí y por qué me interesa tanto que me conozcas de verdad. La decisión es tuya, yo no me voy a mover de aquí.
Bueno, veo que ya has decidido. Será mejor que empecemos. Esta va a ser una historia muy larga.