Después de la conversación con mi padre, me quedé pensando en lo que quiso decir cuando mencionó “limpiar los alrededores”. Pero no se me ocurrió nada. Decidí que después de clases revisaría las redes sociales, tal vez encontraría alguna información.
Sin embargo, mi objetivo principal era comenzar a entrenar y aprender técnicas de lucha de Maks. Sospechaba que después de atreverme a contradecir a Alan y recibir el apoyo de mi padre por ello, podría necesitar habilidades de autodefensa…
Así que cuando vi a Maks en el campus de la universidad, me dirigí directamente hacia él. Al acercarme lo suficiente, noté que algo andaba mal con su rostro.
—¿Quién te hizo eso? —pregunté, olvidando incluso saludar, molesto por el hecho de que alguien había golpeado a mi ayudante.
—Alguien de la universidad, pero era la primera vez que los veía —Maks frunció el ceño, mirando a su alrededor.— Necesitamos entrenar. Un cuerpo débil no sirve de nada.
—Hablas de una forma extraña, como si no fuera tu propio cuerpo —le dije, perplejo.
—Olvídalo —dijo él, haciendo un gesto con la mano.— Realmente tengo la sensación de que no puedo manejarlo adecuadamente. Pero si entreno, todo cambiará.
—Probablemente solo estabas enfermo o desnutrido —supuse.— Recuerdo que dijiste que en el mundo inferior no hay mucha comida…
—Sí, la situación con la comida fuera de las murallas no es tan buena como aquí —suspiró Maks.— Yo todavía estaba mejor, mis padres me daban lo mejor a mí y a mi hermano, al juzgar por cómo lucían... Pero solo ahora pensé en ello.
—¿Quizás te dé algo de dinero? —le pregunté.— Para ropa, alimentos, lo que necesites.
—Ahora hay una boca menos, así que debería ser más fácil para ellos —dijo Maks.— Pero si tus familiares se enteran, podría haber problemas.
—Vamos, ¿cómo se van a enterar? —abrí mi billetera y saqué algunos billetes.— Toma, no es mucho, pero normalmente pago todo con el teléfono. Luego sacaré más efectivo y te lo daré.
—¿Nunca has estado fuera de los muros? —me miró.
—No, pero me gustaría ir para verlo con mis propios ojos.
—¿Puedes inventarte una coartada por un día? Podemos arreglarlo —dijo Maks, pensativo.
—Puedo decir que estaré en casa de un amigo. Creo que a mi papá le alegrará; siempre se queja de que no tengo amigos.
—¿Y si te sigue? No podemos permitirlo. Se asegurará de que estés en contra de salir de las murallas —suspiró Maks.— Necesitamos una buena coartada confiable, que alguien pueda confirmar si es necesario.
—Tengo un amigo en la universidad, un poco “nerd”, no muy popular en el grupo, así que puedo decir que voy a su casa, a preparar algún informe. Luego me quedaré un rato y saldré en silencio para ir contigo a donde sea que querramos.
—Sí, afuera de los muros —acordó Maks.— Sé cómo salir evitando puntos de control. Si todo va bien, nadie se enterará.
—Genial, me encantaría ir —sentí que me emocionaba con la idea.— ¿Cuándo planeamos nuestra excursión?
—Podemos hacerlo el viernes, para no tener prisas el sábado por la mañana para ir a la universidad —propuso Maks.
—Bien, me parece perfecto —escuché la campana que señalaba el inicio de la primera clase.— Bueno, vamos, este profesor odia que alguien llegue tarde.
***
El jueves por la noche, cuando todos estaban reunidos en el comedor, pensé que era el mejor momento para poner en marcha nuestro plan con Maks.
—Papá, mañana quisiera ir a la casa de un amigo —dije, tratando de que mis palabras sonaran naturales.— Puede que me quede a dormir, por lo de la hora de toque de queda...
—Vaya, ¿te vas a quedar a dormir en casa de alguien? —Alan sonrió.— ¿Encontraste a alguna nerd y lo suyo es…?
—Dave y yo prepararemos un informe —dije.
—¿Ese nerd? Apenas han intercambiado unas palabras alguna vez —continuó Alan, pensativo.— Pero, ¿son amigos realmente?
—¿Sabes que pronto serán las elecciones del presidente de la universidad? —me encogí de hombros.— Necesitamos tener algún tipo de equipo de campaña.
—¿Te vas a postular? —finalmente intervino mi padre, su voz sonaba interesada y sorprendido, no recuerdo que alguna vez me haya hablado así.
La verdad es que mencioné esas elecciones al azar, ya que no se me ocurría otra cosa. Pero pensé que si a mi papá le interesaba la idea, tal vez estaría dispuesto a dejarme ir para esas “cosas de campaña”. Y yo me ocuparía de lo que realmente me interesaba. Y si antes eso eran principalmente libros y ciencia, ahora mis prioridades habían cambiado un poco.
—¿Y por qué no? —miré a mi padre a los ojos.— Alan se postula, ¿por qué yo sería menos que él?
—Estoy asombrado —dijo Alan.— Pero las elecciones son en menos de un mes y medio, la lucha oficial comienza en unos días, ¿qué vas a lograr? No estás en la lista de candidatos, lo sé.
—Mañana me inscribiré —contesté, pensando que ahora tendría que resolver algo con esas elecciones. Pero me encargaría de eso sobre la marcha; ahora tenía planes más importantes.
—Será interesante ver cómo ustedes dos compiten por el puesto —dijo mi padre, satisfecho.— Alex, cada día te pareces más a mi hijo. Sigue así.
— Me esforzaré por justificar tu confianza — respondí con una leve sonrisa.
— Estoy seguro de que te venceré — dijo Alan apretando los labios en una fina línea y entrecerrando los ojos, mirándome casi con odio.
— Bueno, veremos quién obtiene más votos — pensé que mis posibilidades eran pequeñas, pero aún así quería molestar un poco más a mi hermano. Me agradaba verlo perder la compostura mientras yo permanecía tranquilo, aunque a nuestro padre no le gustaba.
— Alex, si necesitas más dinero, ya sea para la campaña o cualquier otra cosa, dímelo y te enviaré más — dijo mi padre. — Deben estar en igualdad de condiciones; me interesa ver qué resultará de esto.
— Gracias — asentí. — Es muy importante para mí que creas en mí.
— ¿Pero no le darás a él más que a mí, verdad? — preguntó Alan. — ¡Eso también sería injusto!
#69 en Ciencia ficción
#995 en Fantasía
litrpg cyberpunk distopia, desigualdad social futuro, rebelión contra los poderosos
Editado: 17.10.2024