Ambar
La risa de Kate resonó en la pequeña cocina de mi departamento mientras yo retiraba la pasta en la sartén. Ya era de noche y la cena estaba casi lista, pero la conversación con mi mejor amiga había captado toda mi atención. La cena podía esperar. Kate se movía inquieta, claramente sorprendida y sin poder creer lo que acababa de ver.
—Así que… ¿Axel y tú ya es algo oficial? —preguntó, con los ojos muy abiertos y una sonrisa traviesa. Se acomodó mejor en la silla, cruzando los brazos, esperando una respuesta.
No pude evitar reírme. La expresión de Kate era un poema . Esa mezcla de incredulidad y emoción. Era casi imposible no contagiarse de su energía, pero lo que más me hacía reír era cómo me sentía por dentro: completamente feliz .
—Digamos que sí, algo así —respondí, con una sonrisa enamorada que no podía ocultar. Sentí mis mejillas calentarse al recordar cómo había llegado hasta este momento. Axel había sido claro, decidido y valiente. Después de tanto drama y confusión, él había hecho lo impensable. Y ahora, teníamos un plan. Uno que cambiaría todo.
Kate dejó escapar un resoplido de asombro, mirándome con una ceja levantada.
—¿"Algo así"? —repitió, burlándose un poco—. Amiga, ¿cómo puedes decir "algo así" con un anillo de diamante de ese tamaño en tu dedo?
Me reí de nuevo, mirándome la mano con esa joya que parecía a pesar del doble de lo que debería. Era un símbolo de todo lo que Axel y yo habíamos atravesado juntos , de lo que estábamos dispuestos a enfrentar de aquí en adelante. Alice, su padre, los negocios… nada de eso importaba cuando estábamos juntos.
—Es difícil de explicar, Kate. Es que todo ha sido tan rápido, pero al mismo tiempo… se siente bien —le dije, levantando la mirada para encontrar sus ojos.
Kate me observó con una mezcla de sorpresa y algo de alivio, pero también con esa chispa curiosa que no la dejaba quedarse callada.
—Y Alice… —comenzó a decir, con cierto recelo—. ¿No es una preocupación? Digo, el rumor de la boda con Axel ha estado corriendo por toda la oficina. Pensé que estarías más preocupada.
—No —le dije rápidamente, con una sonrisa segura—. Alice no es ninguna preocupación . Axel aprendió la lección. Ya no va a arriesgarse a perderme de nuevo por algo tan absurdo como un matrimonio arreglado o un contrato familiar.
Me acerqué a la mesa y me senté junto a Kate, colocando los platos con la comida. Ella me miraba fijamente, como si intentara procesar toda la información a la vez.
—Eso es lo que más me tiene en shock, Ámbar. —Kate se inclinó hacia adelante, apoyando el codo en la mesa y sosteniendo su rostro con la mano—. En serio, ¿cómo acabaste con ese anillo de boda en tu dedo? ¡Cuéntame ya! Necesito saber cómo pasó todo.
Solté una carcajada, disfrutando de su reacción. El anillo en mi mano brillaba bajo la luz cálida del comedor, y cada vez que lo miraba, me recordaba la determinación de Axel y cómo no había dejado que nada se interpusiera entre nosotros.
—Bueno, todo comenzó hace unas semanas… —empecé a contarle, mientras me inclinaba un poco más hacia ella, como si fuera un secreto jugoso—. Después de que Axel me confesara que su familia lo estaba presionando para casarse con Alice, todo cambió. Me dijo que yo era el amor de su vida y que no estaba dispuesto a perderme por nada en el mundo.
Kate dejó escapar un suspiro soñador, claramente encantada con la historia.
—Eso suena tan de película, ¿sabes? —dijo, riéndose—. Pero sigue, ¿qué pasó después?
—Axel tenía un plan. Sabía que su padre y Alice estaban tramando algo, pero también sabía que no iban a ganar. —Sonreí mientras recordaba cómo Axel había compartido su plan conmigo esa noche. Era tan claro, tan seguro de sí mismo —. Me dijo que todo saldría bien, que no tenía que preocuparme por Alice ni por su familia. Y entonces, justo antes de irse, sacó esto… —levanté la mano, mostrando el anillo brillante.
Kate se quedó boquiabierta de nuevo, como si fuera la primera vez que lo veía.
—¡No puedo creerlo! —dijo, llevándose las manos a la boca—. ¿Y qué hiciste? ¿Qué dijiste?
Me reí, recordando mi propia sorpresa en ese momento.
—Primero me quedó en shock. No esperaba que me propusiera matrimonio en ese momento, ¿sabes? Estábamos en medio de una conversación seria sobre nuestros planes, y de repente, pum , el anillo. Me quedé sin palabras. Pero lo miré a los ojos, y todo lo que pude hacer fue sonreír. Le dije que sí, claro. —Mi corazón se llenó de calidez mientras hablaba. Axel y yo teníamos algo especial , algo que no podía romperse tan fácilmente.
Kate me observó durante un momento, procesando todo.
—Entonces… ¿ya están comprometidos de verdad? —preguntó, todavía incrédula.
Asentí, sonriendo.
-Si. Lo estamos. Pero no hemos hecho ningún anuncio oficial, ni nada por el estilo. Por ahora, lo mantenemos en secreto. Sabe cómo son las cosas con Alice y su familia. No queremos levantar sospechas hasta que todo esté bien asegurado.
Kate dejó escapar un suspiro de alivio y me disgustó.
—Bueno, estoy feliz por ti, amiga. De verdad. Sabía que Axel era importante para ti, pero esto… esto es increíble. Te mereces toda la felicidad del mundo .
Le devolví la sonrisa, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, todo estaba cayendo en su lugar .
—Gracias, Kate. Y no te preocupes, todo va a salir bien. Axel y yo tenemos esto bajo control —le dije, con una mezcla de emoción y confianza.
Las cosas estaban a punto de cambiar de manera definitiva , y aunque el futuro aún era incierto, sabía que Axel y yo enfrentaríamos lo que viniera juntos .
La cena estaba servida, y Kate no podía dejar de mirarme con esa mezcla de incredulidad y emoción que me hacía reír. Sabía que lo que estaba a punto de contarle la dejaría sin palabras , pero también que entendería todo al final.
—Bueno, si creías que lo del anillo era sorprendente, espera a escuchar lo que te voy a contar ahora —le dije, inclinándome sobre la mesa con una sonrisa traviesa.
#749 en Novela romántica
#306 en Chick lit
novelaromantica, segunda oportunidad drama, reconciliacion y amor
Editado: 05.05.2025